Después de la Segunda Guerra Mundial (años) los pinta labios o lápices labiales se convirtieron en productos de primera de necesidad en Estados Unidos, porque subían el autoestima de las mujeres.

El slogan “Ahora, más que nunca, la belleza es tu deber” (beatuy is your duty) de la revista Vogue en 1941, no tardo en convertirse en un compromiso patriótico, inapelable, defendido y reforzado por el mismo Winston Churchill.

En Inglaterra se detuvo la producción, pero Churchill decidió hacer la excepción con el lápiz labial al afirmar que su uso “levantaba la moral de la población”. Mientras que la gasolina, el azúcar o los huevos eran racionalizados, los labiales se repartían con la misma asiduidad que la harina.

En tiempos de crisis, la industria cosmética, la cual podría ser trivial, se convirtió en esencial los gobiernos que entendieron los efectos positivos que éstos causaban efectos positivos en los aspectos psicológicos y sociales.

“Winston Churchill entendió que llevar pintalabios rojo hacía a las mujeres sentirse fuertes, seguras y atractivas, unos sentimientos especialmente preciados en tiempos de crisis”, explica a S Moda Rachel Felder, periodista en revistas como The Cut o The New Yorker y autora del libro Red Lipstick: An Ode to a Beauty Icon

El Ministerio de Abastecimiento publicó un memorando que aseguraba que el maquillaje para ellas era tan importante durante la guerra como el tabaco para los hombres, evidenciando por otra parte el sexismo de la época. “El acto de pintarse los labios emana un mensaje de autoridad y convicción. Para las mujeres que lo llevan es tanto una espada como un escudo, escondiendo cualquier inseguridad y demostrando fuerza asertiva”, añade la escritora.

Los pinta labios durante esta Gran Depresión

El consumo de los lápices labiales también tuvo éxito durante la Gran Depresión. Un grupo de investigadores americanos nombraron su descubrimiento como ‘The lipstick effect’ (La teoría del pintalabios), un término que hace referencia a este fenómeno social.

El estudio fue realizado por la Universidad de Texas, encontraron que durante esa época tanto hombres como mujeres intentaban reducir sus gastos, ellas tenían deseo de adquirir productos que las hicieran sentir atractivas. Los expertos señalan que este fenómeno ocurrió tanto en la Gran Depresión, la gran crisis económica y financiera que estalló antes de la Segunda Guerra Mundial.

Los responsables del estudio analizaron las cifras de venta de productos cosméticos para llevar a cabo sus conclusiones. De esta forma observaron que las ventas en el sector aumentaron un 11% en Estados Unidos a lo largo del año el 2011, en comparación con los años anteriores.

Pero la teoría del pintalabios no sólo pasa durante las crisis económicas, también se ha detectado en momentos de grandes catástrofes. Tras los atentados del 11-S en Nueva York, la compañía Stée Lauder constató que la empresa estaba vendiendo más barras labiales de lo habitual. Los hechos demuestran que estos productos podrían suponer una vía de escape y una manera de encontrar un rayo de luz en tanta oscuridad para miles de mujeres.

(Diana Juárez)

Con información de El País y el diario ABC