En muchos lugares del mundo son las mujeres quienes juegan el rol de protectoras y administradoras del agua ya que son principalmente las mujeres quienes se ven involucradas directamente en el proceso de recolección, uso y administración del agua.

En muchas culturas conseguir este recurso, es la responsabilidad más importante de las mujeres, labor que puede tomarles un día entero de trabajo. El agua recolectada es destinada principalmente a tareas de cuidado como cocinar los alimentos y el aseo. 

Según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ,en el continente africa no el 90% de las mujeres se dedican a esta tarea. Sin embargo, en muchas comunidades de América Latina también son las mujeres quienes recolectan, abastecen, administran y cuidan el agua. 

La maternidad y el agua

Las mujeres que son madres son consideradas como uno de los pilares respecto a la la educación de los niños y su sensibilización sobre el cuidado del agua, ya que ellas son el primer filtro para racionar el preciado recurso. Actividades como lavarse las manos, cepillarse los dientes, ducharse e ir al baño son acciones que implican uso de agua y donde las madres promueven su cuidado.

 

Fotografía tomada de internet.

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Discriminación en razón de género

Aunque las mujeres constituyen la mitad de la población mundial, y destacan como las principales gestoras del agua en sus hogares, la discriminación las mantiene lejos de la toma de decisiones en altos puestos respecto al cuidado del agua. 

El Diagnóstico de Género  ”Avanzando en la Equidad de Género en la Gestión Comunitaria del Agua“, realizado en Nicaragua y elaborado por Clara Murguialday señala que la primera brecha de desigualdad se observa en el trabajo: 

“Como reflejo de la división sexual del trabajo predominante en la sociedad nicaragüense, las tareas requeridas para construir, mantener, administrar y hacer sostenible el sistema de agua siguen pautas de género que excluyen a las mujeres de aquellas tareas más valoradas en términos económicos y sociales”.

La segunda brecha de género se ubica en el ámbito de la participación en los espacios de poder, ya que las mujeres participan en las estructuras comunitarias que deciden sobre la gestión del sistema de agua, pero lo hacen en menor proporción que los hombres y ocupando, en general, posiciones subalternas y/o de escaso poder de decisión.

Por otra parte, la tercera brecha de género se ubica en el ámbito de las pautas culturales: “Está socialmente aceptado abastecer de agua al hogar cuando ésta se consigue por medios precarios, y utilizarla en las tareas domésticas son ‘funciones propias de mujeres’. Sin embargo, la construcción de los sistemas de agua, la responsabilidad de su mantenimiento y el control de su gestión son considerados ‘asuntos propios de los hombres’”.

Los avances para la inclusión

La inclusión de la mujer en los temas de “género y agua” es un reto en el cual se ha avanzado con resultados positivos, además de ser un tópico recurrente en varias cumbres mundiales:

La Cumbre de la Tierra celebrada en Río en 1992, incluye un capítulo sobre las Medidas mundiales en favor de la mujer para lograr un desarrollo sostenible y equitativo. 

Fotografía tomada de internet.

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Declaración de Dublín en 1992, sobre el Agua y el Desarrollo Sostenible incluye a la mujer en uno de sus cuatro principios: "La mujer desempeña un papel fundamental en el abastecimiento, la gestión y la protección del agua". 

Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer (Beijing, China, 1995), los gobiernos se comprometieron en la Declaración de Beijing a: "promover el conocimiento y favorecer la investigación sobre el papel de las mujeres, particularmente de las zonas rurales e indígenas, en el riego, la gestión de los humedales, el saneamiento, centrándose particularmente en el conocimiento y la experiencia de la mujer indígena".

Conferencia Internacional sobre Agua dulce celebrada en Bonn, Alemania (2001), el tema de género ocupó un lugar destacado en la Declaración Ministerial: “Hombres y mujeres deben participar en pie de igualdad en la gestión del aprovechamiento sostenible de los recursos hídricos y en la distribución de los beneficios. Debe fortalecerse la función de la mujer en las esferas relacionadas con el agua, y ampliarse su participación.”

Con información de: Conagua y Alianzas por la solidaridad