¿Alguna vez te has preguntado por qué las mujeres nos depilamos las piernas, las axilas y hasta la zona íntima? Cuando comenzamos la etapa de la adolescencia, con todos los cambios físicos que eso conlleva, aprendemos que dejar que se noten los vellos de las piernas es algo vergonzoso y hasta “sucio”, cuestión que no es señalada de esa forma en los hombres. 

Fuera de la cabeza, las cejas y las pestañas, se exige a las mujeres que sus cuerpos luzcan completamente lampiños, y para llevar esa tarea a cabo nos venden diversos productos, desde rastrillos hasta cremas depilatorias, incluso opciones como la cera depilatoria, que son dolorosas.

Crecemos viendo cómo nuestras madres y tías se preocupan por retirar el vello corporal para parecerse a las modelos y actrices, cuya depilación parece ser tan perfecta y suave como piel de bebé, y es precisamente eso lo que causa más desconcierto y preocupación.

Las mujeres adultas tienen vello corporal

Recientemente una publicación de la ilustradora feminista “Emma y Yo” desató fuertes discusiones en redes sociales, porque señalaba a la cultura de la depilación como una creencia basada en la pedofilia. 

“El ideal de belleza nos pide una piel de bebé, tersa, sin manchas ni arrugas, ni celulitis, ni estrías. Sin pelos en las piernas ni axilas, ni bozo y menos en la zona púbica. ¿Qué parte de todo esto suena a mujer adulta. Exacto, ninguna”, afirmaba en su publicación.

Otras feministas han señalado constantemente la relación entre la pedofilia y los estereotipos de belleza. Algunas mujeres han hablado sobre explicaciones históricas relacionadas con los matrimonios arreglados o forzados, de hombres adultos con niñas, una problemática que todavía es una realidad en muchos lugares del mundo. 

Según el artículo "La pedofilia y su influencia en la depilación corporal" de Rama Abed, la falta de pelo y las características infantiles de las mujeres han sido una fijación para los hombres durante mucho tiempo: 

“Hemos escuchado las historias de nuestras abuelas sobre cómo fueron obligadas a casarse en sus primeros años de adolescencia con nuestros abuelos, que estaban en una edad lógica y adecuada para contraer matrimonio. También vale la pena mencionar que varias niñas se encontraban exactamente en la misma situación, incluso a edades más tempranas que las adolescentes. Aunque este tipo de comportamiento ya no está muy extendido, todavía ocurre y el concepto de pedofilia se proyecta a través de la pornografía”, afirma Rama Abed.

“Como he mencionado, la pedofilia no es nueva. Sin embargo, los rasgos físicos como una figura pequeña, ojos grandes y lo que es más importante, la falta de pelo, no solo son demográficamente más deseables para el hombre heterosexual, sino que también son categorías pornográficas muy populares. Ello ha crecido con la normalización de tales 'preferencias'. Desafortunadamente, el concepto de feminidad está relacionado con la apariencia infantil, junto con comportamientos como la 'voz de bebé' y la vulnerabilidad de un niño”, agregó.

La relación entre la depilación femenina y la pornografía infantil

Mucho se ha dicho sobre la relación entre la pornografía y la creación de ideales y deseos en los hombres heterosexuales, que muchas veces están apegados a tipos de violencia reproducidos en los medios de comunicación, tales como la pedofilia.

“A los hombres y las mujeres se les ha lavado el cerebro a lo largo de los años, para que piensen que es una preferencia personal querer una pareja sin pelo. En realidad, los medios que consumimos, que proyectan patrones de belleza infantiles y dañinos sobre nosotros, son la causa fundamental de este deseo. Imponer un cierto estándar a una pareja sexual es, en extremo, inapropiado. ¿Qué nos hizo pensar que la satisfacción sexual depende del vello corporal de nuestra pareja?”, cuestiona Rama Abed en su texto.

Con información de: The Open