¿Qué pensarías si tu pareja hombre te dice que pueden entrar en el poliamor siempre y cuando solo te relaciones con mujeres? Sin duda parecería sospechoso, porque la posibilidad de relacionarse con otras personas solo sería completamente libre para el hombre de la relación.  

El mundo del poliamor está lleno de conceptos novedosos y una variedad de acuerdos entre las parejas o vínculos. ¿Alguna vez habías escuchado sobre “la política del pene”? 

Existen muchas formas de vivir las no-monogamias, una de esas formas son las relaciones abiertas, donde aunque existe un vínculo primario, ambas partes de la pareja tienen la posibilidad de relacionarse con otras personas. En este tipo de relaciones como en cualquier otra, los acuerdos pueden ser diversos, es ahí donde entra la política del pene.

Fotografía tomada de internet.

De acuerdo con Mariana Ramírez, se le llama “la política del pene” al acuerdo preestablecido o replanteado donde en un grupo de personas poliamorosas o en una pareja, los vínculos principales sólo pueden tener compañeras mujeres. Es decir, sólo hay un pene involucrado en las relaciones. 

¿La política del pene es machista?

Diversas mujeres poliamorosas han señalado que la política del pene sustenta una visión falocentrica y machista de la sexualidad y de las relaciones sexo-afectivas, ya que limíta la libertad de las mujeres para vincularse con varones. Lo anterior puede tener explicaciones donde son los hombres los principales beneficiados de la política del pene. 

Los factores que intervienen en la política del pene se relacionan con la intención de los hombres de mantener el poder en la relación, a través de los acuerdos, el hombre saca ventaja de la situación e impide a sus parejas mujeres, relacionarse con otros hombres.

En este tipo de acuerdos la masculinidad hegemónica es uno de los principales factores que intervienen:

“Es tan difícil pensar que una mujer pueda ser querida y complacida por dos hombres porque a ella se le ve como una puta y a él, como una ‘poco hombre’. Con una mujer ese miedo no se tiene, por la propiedad sexual: como en las relaciones sexuales lésbicas no se necesita un ‘algo’ que penetre, en el imaginario del macho promedio, eso no es una relación sexual y por lo tanto ‘no corre peligro’”, afirma Mariana Ramírez.

Otro factor que interviene en la política del pene es la hipersexualización de la lesbiandad, que refuerza las fantasías sexuales de los hombres al respecto. Asimismo, puede provocar acciones violentas como la “pesca”, de mujeres, donde se corre el riesgo de objetivizar a las mujeres que se integren el grupo poliamoroso.

Con información de: Polifeminismo

INUD