La labor de Cupido fue rebasada por la pandemia. Su flechazo no pudo atravesar un edificio de Villa Coapa. Ricardo temía contagiarse, “me puse a pensar en la afluencia de gente. Ella vive en un primer piso, entonces más personas pasan por su pasillo, ¿y si se contagia? ¿y si me contagio, pensé?”.

Los hoteles no eran una opción y tampoco el edificio sobrepoblado del sur. Ricardo decidió quedarse sin pareja durante la pandemia. Lo mismo pasó con Juan Carlos: “la sana distancia se convirtió en alejamiento”, dice para La Cadera de Eva. “Pues el confinamiento, las precauciones, la distancia y las distancias poco a poco se convirtieron en alejamiento”.

“No sé qué hubiera pasado sin el confinamiento. Antes de la pandemia, sí nos veíamos más frecuente, ya casi diario. La distancia hizo su labor, el tiempo también, pasaron los meses. Al principio tratábamos de vernos una vez al mes y después dejamos de vernos. Ya va para un año”, dice Juan Carlos.

México se acerca cada vez más a ser un país mayoritariamente de población soltera, según las cifras del Censo de Población y Vivienda 2020, realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). 34.2% de la población es soltera, mientras 35.4% es casada.

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Carlos Welti Chanes, del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM, explicó: el cambio radical está en el segmento poblacional de mujeres solteras de 20 a 24 años de edad, quienes representan más del 50 por ciento, lo que muestra "una transformación en su estatus social".

La entidad con mayor número de población en soltería es la de la Ciudad de México, pues registra un 38.1% versus el 29.9% de los casados. Los solteros se concentran en las alcaldías Cuauhtémoc, Benito Juárez y Miguel Hidalgo; mientras los casados en Milpa Alta, Xochimilco y Tláhuac.

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Necesidad del contacto físico

Todas las parejas enfrentaron retos durante esta pandemia. Las que viven juntas, las que no, incluso las que permanecieron en línea. “La necesidad de vernos físicamente ha sido algo que ha impactado profundamente en las relaciones, sobre todo, generando mucho miedo, inseguridades, tristeza por no poder vivir estas experiencias más cercanas”, dice Diana Triviño, psicóloga feminista e integrante de ESIRE y parte de la INSURED.

“Algunas parejas ya traían fortalezas y situaciones que les permitieron seguir en esta pandemia. Creo que esta crisis y movimiento, ha puesto a esas relaciones en lugares para probar esas fortalezas que ya habían desarrollado. Además, la pandemia ha atravesado a las personas, como el desempleo, conflictos familiares, sobre todo con muchos duelos, con muchas pérdidas muy dolorosas”, explica.

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En 2019, los divorcios incrementaron, se registraron 160 mil 10; mientras que en el 2000 hubo 52 mil 358, según el Inegi. Al respecto, Alejandra Macías Estrella, catedrática de la Facultad de Derecho (FD) de la UNAM, señala que las principales razones de las separaciones -derivado del confinamiento-  pueden ser de índole económica y, sobre todo, por violencia familiar.

Para Diana Triviño el reto de estar en pareja, también implica que se deben resolver las problemáticas personales: “al reto de estar como pareja, se suma la complejidad de lo que cada miembro está viviendo. A la dinámica de la relación se suman los conflictos individuales, los que ya se tenían como pareja y los que se están generado”, comparte.

“Antes de la pandemia solíamos frecuentarnos más seguido, íbamos bien, pasa lo de la pandemia y poco a poco nos fuimos alejando”, comparte Juan Carlos. En el caso de Nancy, el asistir al funeral de su mejor amigo por covid, la alejó de su pretendiente.

“Yo le había dicho que no viniera, que me guardaba 15 días, entonces insistió en verme. 15 minutos antes de que llegara me preguntó, ‘estás segura que no tienes covid’. Me enojé. Le dije ‘sabes qué, mejor no vengas’. La relación iba bien, ya hasta decía ‘somos un equipo aunque me asegura que no quería tener una familia”, cuenta para La Cadera de Eva.

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Las hazañas de Cupido en medio de la pandemia

Nadia y Miguel

Pese a los obstáculos de Cupido durante la pandemia, ha logrado algunas hazañas como la historia de Nadia y Miguel, quienes se hicieron novios en medio de la crisis sanitaria. La primera vez que se vieron fue un par de semanas antes de que se declarara la Jornada Nacional de Sana Distancia. 

Nadia se dirigía a la Fes Acatlán, donde estudió comunicación. En el autobús se encontró a Miguel.  “Estaba metiendo y sacando unas cosas de mi mochila, cerré la mochila, alce mi cara, lo primero que vi fue la cara de Miguel”, cuenta Nadia.

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“Sentí un pinchazo extraño, dije ‘ay no importa, mañana se me olvida’, pero llegó mañana y lo seguí viendo, todos los días me lo volvía a encontrar”, agregó.

Después de tantos encuentros casuales, Nadia decidió hablarle, pero ese día, Miguel no llegó al autobús. Ella pensó en hacerlo al día siguiente, pero ese día no llegó. El coronavirus obligó a todos a permanecer en casa.

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Nuevas estrategias

“El distanciamiento físico sí ha tenido un impacto y ha sido distinto para todos”, agrega Diana Triviño. La pandemia ha venido a generar toda una crisis y movimientos que no tiene que ver con una relación en sí misma. “Por lo tanto ha llevado a las parejas a vivir retos que los han puesto a buscar estrategias”, agrega.

En este sentido, la sexóloga Celeste Campos comparte que algunas de las estrategias de las parejas han venido de la creatividad. “Mucho se hablaba sobre las rupturas amorosas que provocaría la pandemia, no voy a negar que eso pasara, también hubo parejas que se unieron de manera más cercana, aprendieron a respetar ciertos espacios”, dice para La Cadera de Eva.

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“Aquellas parejas que estaban distanciadas, el reto fue ponerse en la creatividad de decir ‘y ahora cómo la vamos a armar si no nos podemos ver y no podemos salir tan sencillamente’, fue una manera de redireccionar la manera en que expresaban sus afectos, así como también su vinculación amorosa y sexual”, comparte.

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El caso de Nadia es un ejemplo de esta nueva búsqueda de estrategias. Durante la pandemia, mientras Nadia navegaba en Facebook, encontró el perfil de Miguel por la publicación de uno de sus amigos.  “Nunca me meto a ver sus fotos porque publica recuerdos a cada rato, pero ese día dije ‘que cool’, vi la foto, hice zoom y la primera cara que me apareció fue la de Migue”.

Tomó el riesgo y le envió una solicitud de amistad. Espero a que él le enviara un mensaje, pero eso no ocurrió, así que Nadia nuevamente tomó la iniciativa, “le envié un mensaje que decía ‘Hola, te invito unas tortas, ¿jalas?’ y él me respondió como a los 10 minutos”.

“Soy muy tímido y no sabía qué decirle, de repente en la noche me envió el mensaje, yo estaba tomando agua y casi me ahogo. Estuve como 10 minutos en shock pensando que decirle. Dije que sí, sonaba muy interesante su propuesta”, comparte Miguel.

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Nuevos aprendizajes

La química entre ellos fue instantánea y siguieron en comunicación. Así pasaron los días durante la pandemia, hasta que Miguel insistió en que se conocieran físicamente. La cita fue en casa de él, ese mismo día Nadia conoció a su familia. “Fue todo de golpe pero pues es pandemia, ¿qué es normal en la pandemia?”, dice Nadia.

“Creo que toda esta situación del aislamiento nos dejó muchísimos aprendizajes en temas de sexualidad y afectividad, descubrimos que no se necesita un contacto corporal para poder expresar nuestros afectos”, dice para La Cadera de Eva la sexóloga Celeste Campos.

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De acuerdo con la experta, para las parejas monógamas que viven juntas el confinamiento representó un reto, especialmente para sobrellevar la convivencia durante tanto tiempo y buscar nuevas actividades para realizar juntos sin salir de casa.

“También dio un tiempo mayor a la exploración del erotismo en pareja, donde hubo más chance de hablar de las preocupaciones”, señala.

Miguel presentó a Nadia como su novia, pero no lo habían hablado. Fue en el cuarto de Miguel cuando la propuesta se formalizó. “En ese momento le dije que sí y ya lo besé … no estamos en una situación normal, lo último que me importaba en ese momento era que montara un circo, no soy así. Lo que me importa más que eso es lo que hemos construido, no importa cómo se haya dado sino lo que somos ahora”, expresa Nadia.

Sobrevivir a la distancia

Miguel y Nadia han recurrido a las herramientas digitales, para tener citas por videollamada y en general, para comunicarse. “Yo creo que lo principal son las citas por zoom, ya tiene como más de un mes que no nos vemos”, explicó Miguel.

Para la sexóloga, el confinamiento también brindó la oportunidad de entender la posibilidad de una sexualidad más amplia, donde las tecnologías y el internet pueden servir como herramientas. Sin embargo, en algunas personas ha disminuido el deseo sexual derivado de las crisis personales y emocionales provocadas por la pandemia.

“La sexualidad está relacionada con las emociones, hablando de las pequeñas crisis que hubo a nivel personal pues muchas personas se vieron en estrés, en ansiedad, en frustración (...) eso se vio reflejado en lo sexual, al final cuando nos vemos en estos estados de ansiedad, de tristeza o de angustia, tarde o temprano repercute en el deseo y en la satisfacción”.

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Por otra parte, algunas parejas han experimentado el aumento de deseo sexual debido al confinamiento, esto relacionado con el tiempo para explorar el erotismo que brinda el encierro para muchas personas.  “Además, se empezó a lanzar el mensaje de que el mejor sexo o el sexo más seguro es el que puedes tener contigo mismo o contigo misma. Entonces existió un permiso social que hablaba de buscar tu misma el propio placer”, dice, además, compartió que durante el confinamiento aumentó la autoexploración y el uso de los juguetes sexuales.

“A nivel emocional  y de sexualidad, no vamos a volver a ser las mismas personas después de este evento de pandemia y confinamiento”, señala.

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Nuevos temores

Lo más difícil, cuenta Nadia, fue cuando ella se enfermó de covid junto con su familia, quienes sufrieron la pérdida de dos seres queridos.  “Yo todo el tiempo hasta agosto estuve en cuarentena, cuando lo conocí pues rompí la cuarentena y él también, nos veíamos cada semana [...] vernos nos permitía conocernos más y fortalecer el lazo, eso obvio hizo que la relación se pudiera construir”, cuenta Nadia.

La última vez que se vieron fue a finales de diciembre, y pocos días después Nadia se contagió de coronavirus, una de las cosas más difíciles fue la necesidad de afecto físico. Sin embargo, el coronavirus en lugar de afectar su relación, la fortaleció.  “Durante todo ese proceso Miguel estuvo apoyándome, hablando conmigo [...] un día como que nos pusimos a llorar los dos en el teléfono porque ya era insoportable, lo único que quería era un abrazo y pues ni mi mamá ni mi hermana me lo podían dar”, cuenta Nadia.

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La pandemia ha impactado en otro tipo de temores. “El temor de que la pareja fallezca, y ya nunca la vea. O que no se puede estar con los familiares, o con el otro, de extrañar y no poder estar cerca, incluso el miedo de que los dejen de querer por no estar ahí, la forma de llevar estas emociones dependerá de cómo se haya generado el vínculo”, aclara Diana Triviño.

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Las fallas de Cupido

En el caso de José, la distancia también se convirtió en alejamiento y después en una ruptura. “Antes de empezar la pandemia, ella se quedaba algunos días conmigo. Después decidió ir a cuidar a su mamá, hasta Chalco. Así pasaron los meses. Hablábamos diario, pero las discusiones se volvían cada vez más fuertes”.

“Ella quería venir a mi casa pero a mí me daba miedo que contagiara a mi mamá. A veces, me pedía que nos viéramos en el departamento que compartía con su roomie, pero a mí me daba miedo contagiarme. Trataba de estar presente, me mandaba cafés por Rappi o comida, pero la distancia no ayudó a la última discusión que tuvimos y nos dejamos de hablar”.

La pandemia ha retado a las personas a relacionarse de forma diferente y ha propiciado el autoconocimiento. Algunos han decidido permanecer solos por miedo a contagiarse, porque no confían en los cuidados del otro, como fue el caso de Ricardo y José. El resultado ya lo dicen las cifras, la soltería se posiciona como el estado civil predominante.