Yuma, psicóloga y activista LGTBIQ, partició en un anuncio de la cada de supermercados VkusVill. Varias familias posaban en una fotografía y compartían sus recetas de cocina.

Ella posó sin su pareja. ““Trabajaba para una empresa estatal (en Rusia), así que nadie podía saber que era lesbiana”, explicó por e-mail a El País.

En la fotografía aparecían sus hijas y la novia de una de ellas. Los comentarios elogiaban el hummus o arroz del supermercado.

HOMOSEXUALIDAD EN RUSIA

Aún es un tabú mostrar a familias homosexuales en Rusia. Al tiempo de publicarla campaña, trolls acosaron a la familia de Yuma y las amenazaron de muerte y violación.

La cadena retiró el anuncio y pidió disculpas por herir los sentimientos de sus clientes. El acoso no paró.

“Estamos acostumbradas al odio”, explica Yuma, activista LGTBIQ en un país donde serlo puede llevarte a la cárcel. “Pero estos no eran insultos, eran amenazas. Y muy graves”.

El caso fue reportado por la corresponsal María R. Sahuquillo, corresponsal de EL PAÍS en Moscú. Yuma recibió diversos comentarios de apoyo de España.

Yuma pidió asilo político en España y ha vivido en casa de conocidos y albergues.

En Rusia ser diferente puede llevarla a la cárcel. A los 37 años aceptó su sexualidad. “Mis hijas ya eran mayores y yo era independiente”. Fue entonces, separada, empoderada, cuando se propuso que nadie más pasara por lo que ella pasó y decidió apoyar a otras mujeres.

Tras la caída del régimen, se despenalizó la homosexualidad, fueron excarceladas cientos de personas. Pero la homofobia siguió en el país.

Yuma comenta que le encanta España pero sabe que no está por elección.