"Parar, retroceder, callarnos, hablar con otros hombres".

 Alexander Ceciliasson en Carta abierta a los hombres feministas

En los últimos días, me he preguntado cómo podría apoyar a las mujeres en #UnDiaSinMujeres. He preguntado con genuino interés a varias amigas feministas sobre la posición que debemos tomar los hombres en ese día para salir del discurso de aliados y realmente apoyarlas. Me he encontrado muchas opiniones que trataré de resumir en estas líneas, para compartir con quienes lleguen a este texto.

Primero que nada, es fundamental que hagamos un acto de conciencia y reflexión para que reconozcamos el problema de machismo que tiene nuestro país y que, a veces sin darnos cuenta, reproducimos con conductas “normalizadas”. Me refiero a todas aquellas que tienden, por ejemplo, a ver el cuerpo de la mujer como un objeto, a disminuir la importancia que tiene el trabajo de cuidados y la casa y pensar que es algo que solo “les toca a ellas”.

Es fundamental que observemos nuestro contexto con otros ojos. Que veamos los espacios que ellas han ocupado a lo largo de la historia, y la forma en que se han ido apropiando de esos espacios en las empresas, los gobiernos y en lo público. Cómo ha sido que, de estar prácticamente relegadas, han logrado escalar posiciones en los puestos de poder en gobiernos y en empresas. Seguramente no les ha sido fácil por todos los prejuicios que existen en torno a los roles de género.

Octavio Salazar, profesor de Derecho Constitucional y autor de El hombre que (no) deberíamos ser, plantea que “ante lo que está ocurriendo lo primero que tenemos que hacer los hombres es ponernos delante del espejo, analizarnos y darnos cuenta de la situación privilegiada que tenemos por el simple hecho de ser hombres. Y justo después asumir la parte de responsabilidad que nos corresponde para transformar el statu quo".

Además de ponernos frente al espejo, ante esta revolución que lleva décadas gestándose, los hombres debemos hacernos a un lado. Debemos entender que parte del problema del machismo hemos sido nosotros mismos porque hemos sido cómplices. Cómplices porque, aunque no seamos feminicidas ni violadores, hemos callado cuando vemos una actitud machista. Esa actitud cómplice nos hace parte del problema.

Como lo he compartido en otras colaboraciones, si queremos acabar con el machismo, es importantísimo que los hombres tomemos la parte que nos corresponde, porque de otra manera el cambio que impulsan las mujeres no llegará nunca.

Ahora, si este 9 de marzo quieres apoyar a las mujeres en esta lucha, te comparto varias acciones que nos recomiendan las mujeres, sin tener que ocupar el espacio que ellas van a ocupar tanto en el paro nacional de mujeres, como en las protestas que se llevarán a cabo en distintos puntos de la ciudad.

1.- Reconozcamos nuestro privilegio. Pensemos por un momento si fuésemos mujeres… ¿Pensaríamos en la ropa que elegiremos para salir a trabajar? ¿Nos sentiríamos seguros de caminar solos por una calle sin luz? ¿Cómo nos sentiríamos de subirnos a un taxi por la noche? ¿Podríamos hacer todo el quehacer de la casa solos?

2.- Dejemos que ellas hablen. Quedémonos callados y escuchémoslas sin interrumpirlas. Su palabra vale lo mismo que la nuestra y no somos quién para corregirlas.

3.- Hablemos de machismo con nuestros amigos hombres. Señalemos los comentarios que promueven actitudes misóginas o machistas.

4.- Hagámonos a un lado cuando ellas estén marchando. Ellas nos necesitan cambiando nuestras actitudes, no acompañándolas a marchar.

5.- Compartamos las labores de la casa. Ya se acabaron los tiempos en que el hombre era “proveedor” y la mujer la encargada de la casa y los hijos.

6.- Visibilicemos la ausencia de mujeres en espacios de poder, toma de decisiones o medios de comunicación.

7.- Respetemos los espacios exclusivos para ellas. Si se han creado lugares solo para mujeres en el transporte público, es porque a lo largo de las décadas nosotros hemos hecho que se sientan inseguras o acosadas. Respetemos sus espacios.

8.- Dejemos de reproducir estereotipos y roles de género. Estos reproducen ideas arraigadas de cómo “tiene que ser” una mujer o un hombre. Entendamos que la mujer no es “débil por naturaleza”, ni “debe ser cariñosa o maternal”, ni el hombre “debe ser fuerte y duro”.

9.- Consumamos información sobre feminismo, violencia de género y feminicidios. Lo peor que puede pasar es que aprendamos cosas que no sabíamos, y lo mejor es que podamos entender un problema sistémico del cuál formamos parte.

10.- Por último, si quieres sumarte el paro o las protestas, no lo hagas “dando permiso”, hazlo apoyando su decisión, callando, escuchando y hablando con otros hombres sobre la urgencia de acabar con el machismo.

José Manuel Urquijo

Twitter: @JoseUrquijoR

Consultor y estratega en comunicación política e imagen pública. Es miembro de la Red de Jóvenes Políticos de las Américas y en 2017 recibió el Napolitan Victory Award por The Washington Academy of Political Arts & Sciences en la categoría Youth Leadership Award.Urquijo tiene estudios en marketing gubernamental, análisis político y comunicación política con perspectiva de género.