A la escritora argentina Claudia Piñeiro la han inspirado muchas mujeres a lo largo de su vida, pero unas de las que más la han marcado son las que salen a las calles a exigir su derecho por la legalización del aborto legal y gratuito, que es una cuenta pendiente en ese país sudamericano y en México.

A sus 59 años, ella ha marcado pauta en la literatura latinoamericana con novelas como Betibú y Las viudas de los jueves, también es dramaturga y guionista. Su novela Las grietas de Jara la llevó a recibir en 2010 el Premio Sor Juana Inés de la Cruz, que reconoce a escritoras del continente.

Además de su amor por la pluma y el papel, Piñeiro tiene otra pasión que es la lucha por los derechos de las mujeres en su natal Argentina, donde es una de las más reconocidas  promotoras de la equidad y el derecho al aborto.

La marea verde se ha extendido por Argentina desde 2005 con la “Campaña nacional por el derecho al aborto seguro, legal y gratuito”. El 8 de agosto de 2018, el Senado de ese país rechazó en unas votaciones cerradas (38 votos contra 31) el proyecto con el que se buscaba despenalizar la interrupción del embarazo.

En entrevista con LA CADERA DE EVA, Piñeiro enfatiza que tras años de batalla por nuestros derechos, las mujeres hemos logrado construir una hermandad, un grupo de contención que nos demuestra que no estamos solas.

Destaca que es necesario que las mujeres y los hombres que apoyan al movimiento feminista continúen la batalla en las calles, para reclamar hasta que el aborto sea legal. Enfatiza que los gobiernos le han fallado a toda la sociedad al legislar con base en convicciones religiosas en vez de priorizar los derechos.

Eres una mujer que ha roto esquemas, fuiste la primera mujer en ser contratada en la empresa donde trabajaste como contadora y has marcado pauta en la literatura, ¿qué representa para ti?

R: Haber logrado esos lugares me obliga a tener siempre consciente que esa no ha sido la regla para muchísimas mujeres. Por ejemplo, entre a ese estudio (de contadores) porque los obligaron desde Estados Unidos por leyes antidiscriminatorias a tomar mujeres, yo tenía el mejor promedio de la facultad. Muchos de los varones que entraron conmigo, no.

Durante demasiado tiempo se nos exigió más que a los hombres para llegar a los mismos puesto en el ámbito que fuera. Hoy eso va cambiando pero todavía falta mucho para que sea igualitario.

¿Quiénes son las mujeres que han sido tu inspiración en tu carrera y en lo personal?

R: Mi madre me ha enseñado que es muy importante el sentido del humor, que la risa, aún en el peor momento, te salva. Hay escritoras que me interesan mucho también como modelo de profesionales y de personas: Rosa Montero, Liliana Heker o Hebe Hubert, por sólo dar unos nombres.

Hoy me inspiran mucho las mujeres que luchan por sus derechos en Argentina y en Latinoamérica, las que componen el colectivo Ni una menos, la “Campaña por el aborto legal seguro y gratuito”, las jóvenes que ganan la calle con sus cantos y pañuelos para pedirlo.

Has participado activamente en el movimiento feminista de Argentina, ¿cuál dirías que ha sido el mayor logro que han alcanzado las mujeres?

R: Que la gente hable del aborto con naturalidad. La palabra aborto estaba prohibida. A partir del debate se encontraron madres e hijas, hermanas, primas, contándose que habían pasado por esta situación. Las mujeres armamos un gran grupo de contención. Ya no estamos solas.

¿Qué significa para ti la palabra sororidad?

R: Eso, es la hermandad entre mujeres, sentirnos hermanas, acompañarnos. Me gusta la palabra, pero sobre todo lo que significa. Hoy nos podemos llamar con libertad por estos temas o por violencia de género. Hemos armado una gran red.

Colaboraste en el documental #QueSeaLey sobre la lucha por el aborto legal, ¿Los Estados (de Argentina y de México) le han fallado a las mujeres al no permitir este derecho a decidir?

R: Le han fallado a la sociedad toda. Han legislado de acuerdo a convicciones religiosas o a presiones directas de las iglesias. O de acuerdo a lo que creían les daría más votos en las siguientes elecciones. El Estado en Argentina es laico y que la religión de otro se imponga sobre los demás es inadmisible.

¿Qué falta por hacer para que las mujeres puedan ejercer libremente todos sus derechos?

R: Seguir reclamando. Las chicas, las mujeres y los hombres que quieran acompañarnos seguiremos en las calles hasta que sea ley.

En México, como en buena parte del mundo, se ha impulsado el movimiento Me too. ¿Cuál es tu opinión al respecto?

R: Después de muchos años de soportar lo insoportable, las mujeres salimos a decir que no estamos dispuestas a aceptar más abuso, ni acoso, ni exigencias sexuales en ningún ámbito y a cambio de nada.  Así que celebro que hayan salido a la luz situaciones de una gran injusticia que han estado tapadas durante años. Como todo movimiento,  se irá ajustando y mejorando su alcance y aplicación.

Seguramente habremos cometido algunos errores en este camino, pero me parece un precio razonable a pagar en una sociedad que quiere de verdad la igualdad entre todas las personas y donde las mujeres o otras personas no binarias dejen de sufrir violencia de distinto tipo de parte de los varones.