La presencia del Coronavirus (COVID-19) oficialmente es una crisis mundial. La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró oficialmente la situación como una pandemia el 11 de marzo.

En los periódicos se habla de la caída del peso, de la recesión inminente y de las medidas más pertinentes para hacer frente a la crisis sanitaria. Sin embargo, no se habla de las consecuencias en la esfera social, especialmente en lo referente a las relaciones desiguales que vivimos mujeres y hombres, definidas por los roles y carga de trabajo.

Si además de ocuparse de las tareas de cuidado y del hogar, se suma la carga de trabajo profesional, la cuenta parece preocupante en cuanto a la sobrecarga, el estrés y los riesgos para la salud

Por un lado, hay oficios que no permiten la exclusión social por completo que colocan en mayor riesgo de salud a las mujeres. Y los que permiten la opción de realizar “home office” o trabajo a distancia, plantean el riesgo respecto a la sobre carga de trabajo que las mujeres experimentarían al hacerse cargo de las labores domésticas, de cuidado y además profesionales.

“Al estar en casa es posible que la dinámica familiar les demande cumplir con los roles asignados mientras están trabajando simultáneamente para la empresa”

La pandemia de coronavirus tendría un doble efecto sobre las mujeres, según la Organización de las Naciones Unidas. El cierre de escuelas, centro de día y cuidado para niños y ancianos, así como el confinamiento en los hogares de los menores, mayores y personas dependientes aumentan las cargas en el hogar y los cuidados, que siguen recayendo principalmente sobre las mujeres.

Las labores de cuidado son atribuidas mayoritariamente a las mujeres. El Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC) afirma que casi el doble de mujeres, respecto a los hombres, cuidan a familiares (hijos, ancianos, enfermos, etc.) y dedican al menos dos horas más que ellos a estas actividades. El Inegi  por ejemplo, registró que en 2015 las mujeres aportaron 77.2% del tiempo a actividades domésticas y de cuidado.

(Ilustración de Enrique Ortega)

Desde otra perspectiva, los sectores laborales con mayor exposición al virus están feminizados. Según datos de EPA y del INE, el 56% de profesionales médicos en ejercicio son mujeres, porcentaje que sube a 85% si se considera a personal de enfermería.

Si a esto le sumamos los rostros de personal de limpieza y trabajadoras en exposición pública en supermercados o farmacias, la realidad es preocupante. Para algunas, la exposición ha sido mayor, para otras la opción de recluirse en su casa simplemente no es tan viable.

A falta de alternativas respecto al trabajo a distancia, resulta pertinente retomar algunas recomendaciones que desde el Programa de Género de la Universidad Iberoamericana ha trabajado, destacando la corresponsabilidad y la conciliación de la vida personal, familiar y laboral.

Recuerda, todas las personas que habitan en el hogar son responsables en la misma medida de su cuidado, limpieza y mantenimiento

El Programa de Incidencia señala que en la actualidad, aparte del tiempo que las personas le dedican a su desarrollo profesional y personal, la sociedad suele demandar funciones en razón de su sexo, lo cual no les permite equilibrar la vida personal, familiar y laboral. En el caso de las mujeres, se les asigna tareas relacionadas con el cuidado de la familia y el hogar, como limpiar la casa, preparar los alimentos, prever todo lo necesario para el día siguiente, etc.

La corresponsabilidad la entendemos como la distribución equitativa de las responsabilidades del hogar y la familia, entendiendo claramente que realizar las labores domésticas de manera compartida no es "ayuda".

En cuanto a la conciliación, se entiende como la relación armoniosa del ámbito familiar, el personal y el laboral, de tal manera que le facilite tanto a hombres como a mujeres la combinación del trabajo, las responsabilidades familiares y la vida personal; señala la infografía del Programa de Género de la Ibero.