La esterilización de niñas con síndrome de Down (SD) es una gran polémica ¿es una forma de prevención o de exposición?, lanza la pregunta el sitio CONNECTAS.

En entrevista para La Cadera de Eva con ginecólogo Jorge Tirado la decisión depende de la condición del paciente y el grado de penetración de la enfermedad, “pero cada uno de los casos es diferente”, declaró.

Tirado comenta el caso de una de sus pacientes que es madre de una hija de síndrome de Down quien decidió esterilizar a su hija, quien le dijo “no puedo cuidar a mi hija las 24 horas, y no puedo asegurar que no le vaya a pasar nada”. El caso de violaciones en las niñas con síndrome de Down es frecuente. Sin embargo, esterilizarlas es una medida que viola sus derechos sexuales, señala CONAPRED.

En 2008, el gobierno de México se comprometió a adaptar sus normas a la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, a través de la cual los gobiernos firmantes reconocían el derecho de las personas con discapacidad a fundar una familia, decidir el número de hijos que quieren tener y a mantener su fertilidad en igualdad de condiciones que el resto.

En México se esterilizan a diario tres jóvenes (niñas y adolescentes con discapacidad), se someten a operación sin su consentimiento y con la excusa de evitar embarazos ante abusos.

Para el doctor Tirado solo cabría en el ámbito de una enfermedad neurológica de gran penetración, donde la persona no tiene una conciencia correcta de su situación.

El artículo de Connectas reporta que de acuerdo con la Secretaría de Salud en 2016 se registraron 23,147 cirugías de oclusión tubaria bilateral (OTB, otra forma de llamar a la operación con la que se ligan las trompas uterinas) en niñas y jóvenes de entre 10 y 19 años. Una cifra sorprendente: era el equivalente a 40 por ciento de todos los casos reportados de 2006 a 2015.

¿Por qué si hay un acuerdo internacional se siguen practicando las esterilizaciones? La situación violencia y abusos excede esta decisión. Quienes abusan de estas mujeres son personas conocidas como cuidador, terapeuta o familiar que asumen que “ya están esterilizadas”, señaló Andrea Flores Ruiz, maestra en Ciencias de la Familia y quien imparte clases a personas que tienen hijos con discapacidad.

Para el ginecólogo Jorge Tirado “la mayor de las discapacidades son los prejuicios”. En otros casos de discapacidad como motriz lo que imposibilita a las personas a tener relaciones son su entorno.

“La sexualidad es un ambiente más complejo, es la interacción de dos personas o de más, a veces la discapacidad hace que quien la tiene se considere o vea menos atractivo o una imagen que no le permite ejercer su sexualidad”, señaló Tirado.

Sin embargo, mientras se está vivo, el deseo también, por lo que la punk, Esther Araceli Díaz quien investiga sobre sobre la sexualidad y la discapacidad invita a través de sus investigaciones a quitarse los estigmas y mitos que “las personas con discapacidad son angelitos”, lo único que pasa es que se ven como personas asexuadas y no como sujetos que tienen el pleno derecho de ejercer su sexualidad.