Cuando tenía 13 años conocí a Daniel, mi vecino, un año más chico que yo, tímidio, pero con el mismo tonto sentido del humor. Salíamos a pasar el rato con los demás chicos y chicas de la calle. Nos hicimos muy cercanos, nos reíamos de bobadas y también nos tendimos el hombro para llorar en muchas ocasiones.

Más pronto que tarde hicimos una amistad fuerte. Nos contábamos secretos, nos recomendamos música y nos preocupamos el uno por el otro, pero como pasa siempre en las relaciones amistosas entre hombre y mujer, los cuestionamientos empezaron a llegar. “¿No será que le gustas?” “Son tan cercanos que deberían andar”. “Los mejores amigos hombres no existen” decía una de mis amigas más cercanas. “Es obvio que le gustas” decían, hablando desde su experiencia personal.

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Yo nunca lo ví de esa manera, y me negaba a pensar que las otras personas tuvieran razón. Yo no quería gustarle, pues estaba segura de que él no me gustaba a mí. 

¿Por qué se tiene la idea de que un hombre y una mujer no pueden ser sólo amigos?

¿Por qué se tiene la idea de que un hombre y una mujer no pueden ser amigos sin contacto sexual o romántico? ¿Por qué tenemos la idea de que el chico siempre está enamorado en secreto de la chica o tiene intenciones sexuales con ella? 

Canciones como “Soy tu mejor amigo” de Sin Bandera están muy presentes en las creencias que tenemos sobre las relaciones de amistad entre hombres y mujeres.

“Yo quisiera ser ése por quien Tú despertaras ilusionada Yo quisiera que vivieras De mí siempre enamorada”

¡Wow! Qué intenso si todos nuestros amigos hombres quisieran que viviéramos enamoradas de ellos, ¿no? 

No todas las relaciones amistosas de nosotras con nuestros amigos varones tienen que terminar exactamente como Mónica y Chandler de la serie Friends, mucho menos tienen que ser tan enredadas y desgastantes como la relación de Rachel con Ross. No todos nuestros amigos estarán eternamente atraídos por nosotras como Ted con Robin en la serie How I Met Your Mother.

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Mirarnos más desde una perspectiva horizontal 

Según una investigación realizada en el 2000, los investigadores Bleske y Buss encontraron que en estudiantes universitarios la perspectiva sobre los costos y beneficios de tener amigos del sexo opuesto son diferentes en hombre y en mujeres. Los hombres eran más propensos a mirar potencial sexual en sus amigas mujeres como un beneficio, mientras las mujeres veían ese potencial sexual principalmente como un costo. 

Otra cuestión interesante es que, al mirar las intenciones sexuales de los hombres como un costo, los varones se sentían rechazados y utilizados, cuestión que también causaba incomodidad en las mujeres. Así es, se trata de la famosa friendzone. 

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Dejar de mirar la amistad entre hombres y mujeres desde una visión de costos y beneficios sexuales es la clave para establecer relaciones amistosas con el sexo opuesto sin intenciones sexuales.

La amistad sin intenciones sexuales también rompe el mito del amor romántico

Dejar de vernos a través de los estereotipos de género es el primer paso para quitarnos la idea de que una amistad entre hombre y mujer sin intenciones sexuales no es posible. Mirarnos un poco más desde una perspectiva horizontal nos puede ayudar a crear lazos duraderos de amistad verdadera con hombres. 

Lo anterior también forma parte de romper con el mito romántico del amor. Ni los hombres son los eternos salvadores de las mujeres, ni las mujeres tenemos una necesidad incesante por establecer vínculos más allá de la amistad con los hombres. 

Tener amigos varones y heterosexuales es posible

Tener amigos varones y heterosexuales es posible, especialmente si ellos también nos miran desde el respeto y el valor que tenemos como seres humanos. Si no nos miran a través de nuestros atributos físicos que promueven un deseo sexual, la amistad es posible. 

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Los amigos con derechos son cada día más comunes. La eficacia de esos acuerdos dentro de la amistad depende de cada involucrado; sin embargo, ello no quiere decir que los amigos sin intenciones sexuales existan, y que sea una amistad tan valiosa, sincera y leal como la que tienes con tu mejor amiga. 

Estoy segura de que no soy la única que ha tenido una amistad sicera con un hombre heterosexual, sin ningun tipo de insinuación o intencion sexual. ¿También te ha pasado?