La ropa interior femenina se fabrica en diferentes tipos de materiales y diseños, hay de todos los colores y todos los estilos, pero para escoger adecuadamente la ropa interior hace falta conocer algunos tips básicos.
¿Sabías que la ropa interior de tela sintética puede promover la aparición de las incómodas infecciones vaginales? De la misma forma, usar ropa interior demasiado ajustada puede traer diversas incomodidades a la zona íntima femenina.
Como con el resto de la ropa, no existe un manual popularizado para escoger la ropa interior adecuada. No obstante, hay cuatro errores comunes que cometen las mujeres al escoger su ropa íntima:
1. Comprar ropa interior muy apretada
De acuerdo con una publicación de Instagram difundida por la cuenta Marea Verde México, la ropa interior que aprieta puede promover el roce de la piel y con ello la irritación vaginal.
La ropa interior ajustada es especialmente problemática para las mujeres que atraviesan o atravesaron la menopausia porque durante esta etapa de la vida de las mujeres las paredes vaginales tienden a ser más delgadas.
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2. Ropa con tejidos sintéticos
La tela de la ropa interior femenina es uno de los factores más importantes. Es ideal que los calzones tengan una capa de algodón en el área vaginal. No obstante, si buscas las condiciones óptimas para tu vulva, mantenerte alejada de las telas sintéticas es lo mejor que puedes hacer.
Las telas sintéticas no son transpirables, es decir, aumentan el riesgo de mantener la humedad y con ello, crear un ambiente perfecto para la llegada de una infección bacteriana.
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3. Ropa interior con fajas moldeadoras
Más allá de los supuestos beneficios estéticos que este tipo de ropa interior puede brindar a la figura femenina, las fajas moldeadoras ajustadas pueden generar graves problemas de salud como la disminución de la circulación de forma adecuada. Con ello, las fajas pueden generar hormigueo y entumecimiento de las extremidades, además de fomentar el estreñimiento.
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4. ¿Usar tangas o no usar tangas?
Aunque las tangas son una de las piezas de lencería más usadas, se ha demostrado que el uso recurrente de estas prendas aumenta las posibilidad de contraer infecciones por hongos o bacterias, ya que son un vehículo para las bacterias provenientes del ano.