Cada año, miles de mujeres mexicanas deben viajar a la capital del país para abortar. Los largos recorridos se deben a las leyes estatales que prohíben el aborto en la gran mayoría de los estados. Entre el 2007 y el 2019, se realizaron más de 209 mil procedimientos, de los cuales más de 63 mil fueron a mujeres provenientes de otros estados, de acuerdo con la Secretaría de Salud de la Ciudad de México. Sin embargo, este problema no solamente ocurre en México. También pasa en Estados Unidos, en el estado de Missouri, sólo existe una clínica.

Un artículo publicado en El País describe cómo es la situación para las mujeres en Estados Unidos, particularmente en la ciudad de St. Louis, Missouri. Aunque en el estado hay más de seis millones de habitantes, sólo existe una clínica.

Para llegar a esta clínica en St. Louis, la cual solamente opera los miércoles, las pacientes deben enfrentarse a filas de opositores al aborto. Al entrar, llegan a una pequeñas sala vacía, en donde pacientes anteriores dejaron “cartas para Dios y también para la siguiente paciente en un libro de visitas que se encuentra en la sala de espera,” explica la periodista estadounidense Amanda Mars.

Cruzando el río Mississippi, en el estado demócrata de Illinois, hay 17 clínicas de Planned Parenthood en las que se realizan abortos. Una de ellas abrió tan solo el año pasado y tiene la capacidad de atender a 11 mil pacientes. Mars explica que “en la sala de espera del centro de Fairway, en lugar de cartas, se encuentran cuadros de gente joven, guapa y alegre en la playa, o de paso en la ciudad, como si fueran anuncios de un catálogo de moda”.

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Legalización del aborto en EU

El aborto fue legalizado en Estados Unidos en 1973, cuando la Corte Suprema llevó el histórico caso Roe v Wade. Bajo el argumento de la privacidad de las mujeres, se determinó que se podía tener acceso al aborto sin prohibiciones excesivas de las autoridades.

Sin embargo, aunque el aborto es legal en todos los estados, varios líderes republicanos han aprobado leyes que complican la posibilidad de obtener el procedimiento. Esto se ha dado en estados conservadores como Alabama, Iowa y Missouri. Estas leyes van desde la limitación de la legalidad de ciertos procedimientos hasta la prohibición una vez que se detecta el latido del corazón. También se han presentado ciertas penalizaciones a los médicos que practiquen abortos y el cierre de clínicas. La única clínica en Missouri casi pierde su licencia el año pasado con el pretexto de un conflicto de demandas. Esto hubiera significado de forma indirecta la prohibición del aborto en el estado.

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El problema se ha agravado en los últimos años, tras la elección del republicano Donald Trump. El actual presidente de Estados Unidos ha dicho en varias ocasiones que intentará colocar a jueces conservadores en la Corte Suprema, cosa que cumplió con el acenso de Brett Kavanaugh al tribunal más alto del país. Tras la muerte de la jueza Ruth Bader Ginsburg, Trump nominó a Amy Coney Barret para servir en la Corte Suprema. Se cree que si es nombrada, existe el riesgo de que revoque Roe v Wade.

“Nosotros estamos viviendo ya aquí ahora una realidad de lo que puede ser Estados Unidos en el futuro, si el Tribunal Supremo cambia de opinión. Mujeres que no pueden abortar en su estado y deben viajar a otros”, expone Yamelsie Rodríguez, la presidenta de Planned Parenthood en el suroeste de Missouri.

Mucho también depende de las próximas elecciones en noviembre. Si el candidato demócrata Joe Biden es elegido como presidente, se espera que establezca Roe v Wade como ley general. Esto podría ser una base para el avance de los derechos reproductivos en el país.