En la medida que el movimiento feminista avanza, surgen nuevos conceptos que podrían tener un gran análisis desde una disciplina sociológica, sin embargo, la cruda y violenta realidad que vivimos las mujeres, desafortunadamente, siempre va a rebasar la teoría. 

Purplewashing es uno de estos conceptos. Significa mercantilizar, desde una óptica capitalista, la lucha feminista, sin que genuinamente exista una intención de contribuir a un cambio para erradicar la violencia en contra de las mujeres, niñas y adolescentes; pues ésta violencia no la vivimos de manera aislada. La vivimos colectivamente. Deviene de un sistema patriarcal, en el cual todas hemos sido y somos víctimas. Las diferencias son los diversos sistemas de opresión que interseccionan y la medida en como nos afectan, es decir, puede ser una violencia apenas perceptible que va aumentando poco a poco y se materializa de diversas formas, o bien, llegar al mayor grado de violencia hacia nosotras, que es el feminicidio. 

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El purplewashing puede ser aplicado tanto por empresas trasnacionales, es decir, aquellas que poseen preponderantemente los medios de producción, así como por actores de otros sectores. Un ejemplo de ello es el cine a través de creaciones de películas o series que abordan el feminismo como una forma de empoderamiento hacia las mujeres y que, al ser un tema con tanto enfoque actualmente en redes sociales y en diferentes espacios, han logrado tener un gran éxito, lo cual se traduce en ganancias monetarias únicamente para dichas empresas, sin contribuir en nada a la realidad de las mujeres, por que se está llevando a cabo únicamente como una forma de marketing. Otro ejemplo, es el campo de la política, en éste no sólo lo pueden aplicar los partidos políticos que utilizan luchas sociales legítimas con el fin de obtener un capital político o el voto, sino también mujeres dentro de la política, lamentablemente. 

Pasa en Disney y en la política

Entonces me pregunto ¿Cómo es que los pequeños y grandes avances que vienen desde hace años de la lucha feminista los usan en nuestra contra? La paridad de género, por ejemplo. Con los recientes resultados de las elecciones 2020 – 2021, puedo afirmar que ha habido un gran avance en materia de paridad, al resultar 7 mujeres ganadoras de las 15 gubernaturas que se renuevan. Sin embargo, que una mujer esté en un puesto de poder no nos garantiza que sea feminista, ni que se cumpla con el principio de paridad de género (que no es solo una cuota), ni mucho menos que sus decisiones nos beneficien. 

Tal es el caso de Maru Campos, gobernadora electa por el PAN en Chihuahua, quien durante el proceso electoral fue acusada por actos de corrupción en la gestión del exgobernador César Duarte (detenido por la misma causa). Maru Campos durante su campaña afirmó que fue víctima de violencia política en razón de género para situarla en desventaja en la contienda. Sin embargo, el feminismo y ser mujer no puede ni debemos permitir que se reduzca a un comodín político, porque la corrupción también nos mata. La corrupción nos arrebata la justicia, así como el sistema patriarcal nos ha arrebatado a cientos de mujeres, niñas y adolescentes.

Evelyn Salgado es un ejemplo más, al ser gobernadora electa en Guerrero, triunfo que es de ayuda para que su partido pueda afirmar que la paridad es una realidad, aún y cuando solo está siendo objeto de una gigantesca injusticia y bofetada a las víctimas de Salgado Macedonio, así como a todas las víctimas de abuso sexual y violación en México que han sido muy valientes al denunciar; y el sistema, nuevamente, nos deja al amparo de la autodefensa feminista y antipatriarcal. ¡Claro, pero al ser una mujer gobernando es una estrellita en el compromiso del partido con las mujeres! 

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Recientemente, se estrenó la película “Cruella” por Disney, un gran salto para el posicionamiento de dicha compañía, pues ha tenido críticas positivas por darle al personaje principal un empoderamiento femenino y ser girl boss. Sin embargo, dejan de lado que siguen replicando estereotipos de género, tales como la enemistad entre mujeres y el deber ser como mujer, es decir, solo hay dos vías según la película: ser callada, tierna y obediente, o ser intensa, no convencional y loca. Claramente, aquí existe un purplewashing por parte de la compañía, pues, aunque su marketing se enfocó en el girl power, replicó conductas patriarcales en sus personajes femeninos y normalizó la explotación laboral en el mundo de la moda. ¡Claro, pero al ser una mujer empoderada y la mejor en su área, se perdona que sea violenta! según Disney. 

Pasa en Disney, en la moda y en la política. Y en todos los sectores. Curioso que el sistema patriarcal y capitalista busque diferentes formas de subsistir y mutar, pero no cuenta con que la lucha feminista está construida en la resistencia de millones de mujeres diversas y en las redes tejidas por esas mujeres, por nosotras. Redes que son imposible de copiar, por más que intenten ser aliados de la lucha por capital económico o político. Y por eso, todos los sectores en donde se tomen decisiones, incluyendo la política y la moda, serán feministas porque para nosotras no nos queda otra forma más que resistir para poder vivir en libertad.

Cynthia Ortiz Monroy es abogada e internacionalista en formación. Feminista y luchadora en pro de los derechos humanos. Trabajando desde el derecho internacional.