Con sus dinámicas coreografías, sus canciones pegajosas y sus multidisciplinarios artistas, el K-pop, como se le conoce a la música pop proveniente de Corea del Sur, ha conquistado a millones de personas alrededor de todo el mundo, con un estimado de 89.19 millones de fanáticos a nivel mundial, un aumento del 22% con respecto a los 73.12 millones que existieron en 2017, según datos obtenidos por la Fundación Corea.

Tanto ha sido el impacto de estos artistas que sus seguidores, principalmente mujeres jóvenes o adolescentes, son conocidos también por su gran pasión y lealtad. Además, al ser uno de los mayores productos de exportación que Corea del Sur ofrece al mundo, lleva a su país importantes ganancias económicas. Tan sólo en 2018 el K-pop "aportó alrededor de 18 billones de wones a la economía coreana", declaro para la BBC Kyunghee Hannah Choi de la Fundación Corea para el Intercambio Cultural Internacional, institución  financiada por el Ministerio de Cultura, Deporte y Turismo de Corea del Sur; esto equivale a unos 18.000 millones de dólares.

Pero no todo es color de rosa, diversos periodistas y académicos especializados en estudios coreanos,  han comenzado ya a hablar sobre el lado oscuro del K-pop, de todas aquellas irregularidades que se ocultan detrás de una aparente perfección.

¿Por qué es tan importante el K-pop para Corea del Sur?

El K-pop, es uno de los componentes del Hallyu u “Ola coreana” que es como se le conoce al fenómeno cultural mediante el cual los productos culturales producidos en Corea del Sur son promocionados en todo el mundo. La música, los dramas o telenovelas, el cine, la literatura y el deporte, son los productos culturales que lo integran.

“Es así que el Hallyu se ha convertido actualmente en una de las herramientas más eficaces tanto de la industria del entretenimiento como del gobierno coreano para insertar a Corea, a partir de imágenes estructuradas e intencionadas, en el escenario mundial”, puntualiza Nayelli López Rocha, doctora en estudios internacionales con especialidad en estudios coreanos, en su artículo El rol del Hallyu como cultura pop en la creación y la difusión de la imagen de la mujer coreana contemporánea.

“Siempre nos dijeron que teníamos que ser el número uno”

La realidad es que la industria musical en Corea es sumamente competitiva y es conocida por tener reglas estrictas para sus artistas que van desde prohibiciones de citas, rigurosas dietas y entrenamientos; a contratos esclavizantes e injustos. Expertos concuerdan en que, además, la industria tiene requisitos adicionales para las chicas, reglas sobreentendidas que son reflejo de la sociedad patriarcal surcoreana.

“(…) múltiples cirugías estéticas para lograr una imagen deseable (…), disponibilidad de tiempo y espacio total, comportamiento controlado bajo perfiles específicos dependiendo del perfil del grupo o estilo al que pertenecen, o bajos salarios, en comparación de los ingresos que las compañías obtienen por la comercialización de su música y su imagen”, son sólo algunas de las condiciones que tiene que soportar las jóvenes artistas, explica la doctora Rocha.

Al respecto la cantante Amber Liu, ex integrante del grupo F(x), comentó recientemente durante una entrevista para la cadena de televisión estadounidense CBS, sobre la importancia de la perfección en la industria:

“Hay un gran énfasis en la perfección, eres un idol (…). Tienes que ser un ejemplo para las personas, cómo tu maquillaje, tu cabello, siempre estar perfecto, siempre excelente. Siempre nos dijeron que teníamos que ser el número uno”

Frente a este estricto panorama muchas idols han optado por desafiar al sistema a través de su música, su apariencia física y sus ideales, con la intención de marcar una diferencia para ellas mismas y para las futuras generaciones dentro de la industria.

CL

La ex líder del legendario grupo 2NE1, desde su debut ha demostrado un placer por ir en contra de lo establecido. Desafió el estereotipo de chica cute que predominaba en aquella época, con sus looks sexys y extravagantes; y demostró junto con todo 2NE1, que podían alcanzar la cima del éxito siendo como ellas querían ser. En su etapa de solista Cl se mantuvo fiel a sus ideales no permitiendo que las críticas a su apariencia la perturbaran, siendo canciones como Hello Bitches y The Baddest Female de sus más grandes éxitos.

Kim Hyuna

La ex integrante de 4minute, es considerada como una de las mujeres más sexys de toda la industria lo cual la ha mantenido en una constante polémica. Ella frecuentemente hace comentarios sobre la desigualdad que existe en la industria. En una de sus presentaciones, siguiendo el “ejemplo” de los artistas masculinos, se quitó la playera que vestía quedando únicamente con sostén, mientras cuestionaba el por qué a los varones se les aplaude este tipo de acciones con los fans mientras a ella se le critica.

La última gran polémica de esta artista fue su salida de la agencia Cube Ent. tras dar a conocer su relación con un E´Dawn, ex miembro del grupo Pentagon perteneciente a la misma empresa. Ella defendió su derecho a una vida privada y al negarse a terminar con su relación la empresa dio por finalizado su contrato.

Lee Hyori

Esta legendaria artista, que inició su carrera en 1998, utiliza su música para hacer llegar a las mujeres mensajes de que el amor propio es lo más importante, que no tienen por qué seguir los estereotipos establecidos, sus canciones buscan inspirarles seguridad a sus fans y a alentarlos a que no le den importancia a las opiniones que los demás tengan sobre su persona. 

Amber Liu

La ex integrante del grupo F(x) es un de las artistas que más ha desafiado los estándares de belleza dentro de la industria del K-pop. Desde su debut ella se mostró como una chica TomBoy, es decir, con un estilo masculino en su imagen general. A pesar de los constantes ataques contra su apariencia, tanto en Corea como en el extranjero Amber se convirtió en una de las artistas más queridas de la industria. Demostró que más allá de los tacones y los vestidos, la feminidad se puede encontrar de muchas maneras.

Jessi

Es una rapera y compositora que gracias a su gran talento se ha abierto paso y se ha llevado el respeto de la escena del Hip-Hop en aquel país, que es mayoritariamente dominada por hombres. Vistiendo atrevidos vestuarios que destacan su curvilínea figura y canciones que sorprenden a más de uno, Jessi ha forjado su lugar dentro de una industria tan conservadora como lo es la de K-pop. 

Hwasa

Esta Idol siempre ha sido criticada por la sociedad coreana debido a que consideran que es “demasiado libre”.  Es una de las pocas artistas que han optado por no hacer ningún tipo de dieta, manteniendo su cuerpo saludable únicamente a base de ejercicio. Al no mostrar un cuerpo en extrema delgadez, en realidad su cuerpo es considerado el más voluptuoso de toda la industria, Hwasa recibe muchos ataques por parte de la prensa, siempre por el tipo de ropa que porta y por su apariencia general, a lo que ella respondió con el último sencillo de su grupo Mamamoo.

La industria del K-pop ha puesto en riesgo la salud mental de sus artistas

Desafortunadamente no todos los casos terminan con el triunfo y empoderamiento de las mujeres frente a la industria. La obsesión por aparentar perfección, tanto física como moral, y el alto nivel de competitividad y presión, somete a las artistas a muy altos niveles de estrés que afectan tanto su salud mental como física. Esto ha puesto sobre la mesa el tema de la salud mental.

El K-pop tiene un largo historial de intentos de suicidio, afectaciones psicológicas y emocionales, así como un alto número de muertes por suicidio. Uno de los ejemplos más polémicos es el de la cantante Jang Ja-Yeon, quien decidió quitarse la vida en el año 2009. En su nota póstuma, la cantante reveló que era obligada por su manager a tener sexo con los altos mandos de la industria. Su caso ayudó a que se abriera por primera vez una investigación sobre los esclavizantes contratos que se firmaban en el pasado.

De la misma forma durante la segunda mitad del 2019 otras dos idols optaron por acabar con su vida. Una de ellas fue la cantante y actriz Sulli, ex integrante del grupo F(x), quien era conocida y criticada por sus ideales abiertamente feministas. Debido al agotamiento físico y mental que le provocó esta oleada de comentarios maliciosos y el ciberbullyng, Sulli tuvo que alejarse de los reflectores por un periodo de tiempo. Hizo e intento de regresar a los escenarios con una nueva producción discográfica pero la depresión termino por consumirla, lo que la llevó a quitarse la vida en el mes de septiembre.

El caso más reciente es el de la también cantante y actriz Goo Hara, amiga muy cercana de Sulli, ex integrante del grupo Kara, quien se quitó la vida el pasado mes de noviembre, tras una larga y profunda depresión.

Un año antes de su fallecimiento sufrió de violencia física, se dice que también sexual, y extorsión por parte de su ex pareja, el futbolista Choi Jong-bum, quien la amenazó con hacer público un video íntimo de la cantante para perjudicar su carrera. La respuesta de la sociedad fue condenarla y atacarla mediante los medios de comunicación y las redes sociales, cosa que la sumió aún más en la depresión.

Todo este panorama resulta totalmente contradictorio con el discurso que el propio Hallyu promueve porque, como explica la doctora Rocha, pretende situar a Corea ante los países extranjeros como un país con una imagen intachable para lograr su inserción el mercado global, a pesar de que existen estos casos que únicamente dejan ver su incongruencia en temas tan básicos como los derechos humanos o la equidad de género.