Danae Hidalgo empezó a jugar fútbol donde la dejaron, sin conocer a muchas mujeres futbolistas, a lado de hombres que en ocasiones no creían en ella, pero con el apoyo de su familia. Tiene más de 15 años jugando con el balón y ha tenido la oportunidad de construir una familia con las amigas que ha conocido dentro y fuera de los equipos. Estudia Finanzas en el Tecnológico de Monterrey, campus Lago de Guadalupe y cuenta que si no fuera por las condiciones laborales tan desiguales entre hombres y mujeres, tal vez, sí sería futbolista profesional. 

“No querían pagar un profesor para nosotras”

“Comencé jugando fútbol en un equipo de hombres, como la mayoría de las mujeres que conozco, porque no había equipos exclusivos para mujeres”, Danae compartió en entrevista para La Cadera de Eva, y explicó que una niña tenía que jugar donde la dejaran practicar. En su primaria un grupo de cuatro niñas interesadas en jugar con el balón se juntaron para pedir formar y entrenar a un equipo femenil. 

“No querían pagar un profesor para nosotras”, dijo la futbolista, y afirma que desde el comienzo fue un reto porque todo el tiempo le dijeron que se interesaba por un deporte de hombres. Mayra, su hermana, practicaba danza árabe, hawaiana y también jugaba fútbol y afirma que sus compañeros le decían: “Mejor vete a bailar”. 

Foto: Danae Hidalgo 

Desde pequeña Danae no era muy “femenina” y cuenta que, tanto hombres como mujeres, la molestaban y/o excluían por sus intereses deportivos. “Algunos me decían marimacha, pero yo no sabía ni qué significaba”, compartió Danae con una risa. Por otro lado, Mayra afirmó que ella que hombres le decían no tener suficiente fuerza para jugar fútbol. 

La falta de representación femenina 

El equipo de Danae son los Pumas, no tuvo opción, también el es equipo de su papá. Desde niña vio los juegos, pero afirma que no hace más de 10 años comenzó a ver y conocer la liga femenil porque lo “estándar” era ver sólo a hombres. Sin embargo, es importante resaltar que no fue hasta 2017 que México tuvo una Liga de fútbol profesional femenil. 


Danae escuchó de Maribel Domínguez, la futbolista del Estado de México, ex capitana del Tri Femenil y nombrada como una de las mejores jugadoras del mundo, cuando empezó a entrenar a nivel amateur y recuerda haberla visto dirigir. 

Existen más mujeres futbolistas como Charlyn Corral, actualmente delantera en el Atlético de Madrid, Mónica Vergara, directora técnica del Tri Femenil, Fabiola Ibarra, delantera del Atlas o Kenti Robles, jugadora del Real Madrid, todas jugadoras de la primera división. Y a pesar de que ya hay más mujeres y más conocimiento de la liga femenil, las hermanas Hidalgo concuerdan con que aún falta mucho trabajo para tener una equidad respecto a la representación femenina en el fútbol, las oportunidades, y sobre todo, sueldos justos. 

Condiciones desiguales para las mujeres 

“Aún hay barreras para las mujeres en el fútbol”, sostuvo Danae, que no ve la posibilidad de dedicarse al deporte de forma profesional debido al estado actual de la Liga Mx femenil. “Tengo varias amigas y la mayoría no tiene un salario digno. Van a entrenar todos los días, se mudan de estados, cubren gastos, medicamentos y todo por contratos de dos mil 500 a tres mil pesos...”, expresó la futbolista. Las condiciones de las estrellas son distintas, pero aún así, los sueldos son mucho menores a los que reciben los varones, compartió Danae. 

De acuerdo con el estudio Global Sports Salaries Survey, la liga de fútbol femenil mejor pagada es la D1 Féminine, de Francia, donde cada jugadora gana 49 mil 782 dólares anuales, equivalente a 936 mil pesos. En México, se estima que los equipos con mejor sueldo pagan entre nueve y diez mil pesos, algunas hasta doce mil pesos, pero es cierto que hay jugadoras que reciben dos mil o tres mil pesos mensuales, sueldo que no alcanza para llevar una vida de atleta de alto rendimiento. 

El fútbol le brindó a Danae un círculo de amigas y una gran familia sin comentarios sexistas entre ellas, la oportunidad de estudiar lo que ella quisiera por medio de una beca deportiva en su universidad y conocer a más mujeres que también juegan fútbol, porque “ninguna está sola”; pero afirma que aún falta mucho para llegar a una equidad en el deporte del balón y los hombres aún tienen mucha ventaja por delante.

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