La colombiana de 40 años, Diana Trujillo, fue la encargada de dirigir este jueves el vuelo de Marte 2020, que culminó con el aterrizaje del robot Perseverance sobre superficie del planeta rojo. Su historia se distingue por ser la primera latinoamericana en entrar a la Academia de la NASA.

Diana Trujillo es una colombiana que trabajó limpiando casas en Estados Unidos para pagarse sus estudios. Ahora es jefa del equipo de ingeniería del brazo robótico de Perseverance y tiene a su cargo 15 personas responsables de los instrumentos claves del vehículo: Sherloc, Watxon y Pix, ubicados en lo que sería “la mano” del robot.

Trujillo oriunda del estado de Cali viajó a Estados Unidos motivada por su padre, quien le propuso que saliera de Colombia para aprender un nuevo idioma, relata al diario El Tiempo. Al llegar al país del norte, donde no conocía a nadie y tampoco hablaba inglés, se dedicó a trabajar, uno de sus empleos fue el limpiar casas, actividad que le dejó dinero para pagarse un curso de inglés.

La motivación de Diana para estudiar fue una revista en la que se exaltaba el papel de las mujeres en la NASA. La mayoría había estudiado ingenieras, así que comenzó a trazar su camino profesional, el ser parte de ese listado de mujeres científicas.

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Toma de decisiones cruciales

Sus matemáticas siempre habían sido buenas así que se inscribió en Ingeniería Aeroespacial en la Universidad de la Florida. En su trayectoria estudiantil, Diana fue seleccionada para ser parte del programa de la Academia de la Nasa, una suerte de campo de verano en el que la agencia espacial inspira a los jóvenes y aprovecha para ver potenciales talentos. Ahí, Trujillo conoció a Peter Diamandis, creador de la Fundación XPrize, que, junto con Google, otorgaba un premio de 30 millones de dólares a quienes fueran capaces de hacer viajes espaciales a la Luna.

En la Academia, Trujillo también conoció a Brian Roberts, un experto en robots de la Nasa que le recomendó que, si quería trabajar en la agencia, debía irse a vivir al estado de Maryland, cerca de la capital del país.

Trujillo no lo pensó dos veces: “Al pasarme a la Universidad de Maryland, me atrasaron un año en mi carrera, pero valió la pena porque logré entrar al departamento de educación de la Nasa como gerente de operaciones de la Academia”, relata.

Después de graduarse

Después de acabar la universidad, Trujillo trabajó en la empresa Orbital Science, después se fue a vivir a Los Ángeles junto con su eposo a trabajar en la sede de Xprize. Diana se presentó al Laboratorio de Propulsión a Chorro de la Nasa (JPL, por su sigla en inglés), donde la agencia construye la mayoría de sus naves espaciales no tripuladas.

La entrevistó Gentry, un ingeniero en jefe de JPL, alguien muy importante en la Nasa, así fue como comenzó su trayectoria profesional. Ella le hacía exámenes al robto a las tres o cuatro de la mañana, cuando nadie quería ir al laboratorio. De pronto se convirtió en la número cuatro de toda la misión, ella considera que esas ganas de los hispanos en trabajar duro, la llevaron a donde está.

“La gente debe dejar de pensar que para trabajar en la NASA hay que ser un genio con cinco posgrados. Yo empecé sin saber bien inglés, atrasada en la universidad y ahora estoy aquí, por el empuje de mi raza, que me enseñó a no darme por vencida”, asegura Trujillo.

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Trabajar en la pandemia

Durante las pruebas del brazo robótico, llegó la pandemia, las examinaciones las tuvieron que hacer vía remota. Para Diana fue una operación a ciegas, porque desde Califnora no podía ver el robot metían una cámara de video a la sala de integración de a la Florida.

“Fue muy estresante: cada uno está en su computador hablando por teléfono con más de diez personas que describen lo que ven. Es una operación con los ojos cerrados. Todo el mundo intentando opinar, tratando de ayudar. A veces ni nos escuchábamos. Por momentos me tocó levantar la voz y hablar fuerte”.

Ya que la misión despegó, qué hará Diana

La NASA lanzó a finales de julio su robot explorador Perseverance, el cual debe llegar a principios de junio de 2021. Su misión es buscar signos de vida microbiana pasada en en Marte.

Diana espera que sí se encuentre que hubo vida en el planeta rojo: “Si lo hacemos, para personas como yo sería una sensación de felicidad, pero, para otros, creo que generaría una mezcla de sentimientos que pueden incluir miedo. Esta misión puede darnos una perspectiva de que no somos el centro del universo, aunque a veces nos portemos como si lo fuéramos.

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Las mujeres en la ciencia

Diana dice que las mujeres científicas están tratando de hacer ruido para que el mundo se dé cuenta de lo que están haciendo las mujeres. Además, quiere ser una voz inspiradora para que niñas aspiren a ser parte de la NASA porque si no las ven sólo serán una voz que desaparece sin fuerza.