¿Sabes lo que hay detrás de cada prenda que compras en centros comerciales o por internet? La industria del fast fashion ha sido catalogada como una de las más contaminantes e irresponsables socialmente. 

Las mujeres, quienes son el principal objetivo de esta industria, han comenzado a optar por un consumo más responsable al momento de constituir su armario, además de motivar la reutilización de prendas. 

¿Qué es el fast fashion?

Traducido al español significa “moda rápida”, y se trata de una de las ramas de la industria de la moda que se caracteriza por lanzar de forma muy rápida colecciones de ropa de acuerdo con las tendencias del momento. 

La ropa para mujer es una de las áreas más rentables de la moda rápida. Estas prendas suelen estar ofertadas en tiendas populares entre el público adolescente. Algunas de las más conocidas son H&M, Forever 21, todas las pertenecientes al Grupo Inditex, entre muchas otras. 

La popularidad de este tipo de ropa no es sólo por el diseño, sino también por el precio bajo que hace a las prendas relativamente accesibles, pero ¿vale la pena? ¿en qué consiste que sea ropa tan barata? ¿cómo afecta al medio ambiente?

Lee: Bazares en Instagram, un nicho de subsistencia feminista

Ropa sin ética que afecta principalmente a mujeres

La producción de la moda rápida se lleva a cabo en países con índices de pobreza altos. Aquellas personas que trabajan bajo condiciones deplorables en las maquilas son mujeres. Según información de Fashionunited, la fundadora de la organización Remake, Ayesha Barenblat, afirma que nuestro rápido consumo de moda no ayuda a las trabajadoras de la confección a construirse un futuro sólido y seguro para ellas y sus hijos. 

“Ellas básicamente están atrapadas en una espiral de pobreza. A todas horas escucho ese argumento de que al menos tiene un trabajo. Pero si nos fijamos en el crecimiento de China, construido sobre las espaldas de sus trabajadores, la verdad es que la moda rápida es solamente amiga de los buenos tiempos. Si sigues la cadena de suministros, minuto en el que comienza a haber protestas, minuto que el salario comienza a subir, y la industria se marcha. Las puertas de las fábricas se cierran, y los salarios atrasados nunca se pagan. Los trabajos simplemente desaparecen”, dijo la Fundadora de Remake.

La pobreza en la que las trabajadoras de la confección se encuentran atrapadas, debido a los bajos salarios de las empresas de la moda rápida, está dejando una ruta de pobreza en el mundo y agravando la brecha entre los países ricos y los pobres

“Una vez que China se hizo demasiado cara, nos fuimos a Camboya. Luego, cuando los sindicatos allí comenzaron a envalentonarse, nos trasladamos a Birmania y Etiopía. Estamos dejando un rastro de devastación”, apunta Barenblat.

Más del 80% de los trabajadores de la confección son mujeres, mientras que los jefes de las fábricas son mayoritariamente hombres. Las mujeres a menudo son subcontratadas y permanecen invisibles en la cadena de suministros de las marcas. En algunos casos, las mujeres trabajan entre humos y vapores perjudiciales para su salud, soportando situaciones de acoso sexual y otra clase de abusos cotidianos. 

Daño al medio ambiente 

De acuerdo con datos publicados por la Universidad Nacional Autónoma de México, siguiendo el ritmo actual de la industria, para 2030 se estima un aumento del 50% en la producción de moda rápida, cuestión que preocupa a las y los ambientalistas porque en la actualidad, la industria de la moda es responsable del 10% de las emisiones globales y de la producción del 20% de agua residual a nivel mundial. 

Lee: "Ser ''neni'' no es fácil, hay mucho trabajo en las ventas online"

Por otra parte, el lavado de ropa sintética desprende micropartículas. Por ello, el 30% de los desechos plásticos del océano son microfibras textiles. Tan solo en 2015 la industria de la moda rápida produjo 92 millones de toneladas de desechos. 

El acelerado crecimiento de la industria de la moda y la popularización del fast fashion podría no solamente seguir afectando la condición económica y laboral de miles de mujeres, sino que también afectar gravemente al medio ambiente.

Dejar de consumir fast fashion como medida feminista

El ecofeminismo que busca impulsar una forma de vida que cuide al medio ambiente ha apostado por evidenciar los terribles efectos del fast fashion en el medio ambiente, y ha motivado la idea de dejar de consumir este tipo de moda. 

Cada día más mujeres se suman a disminuir su consumo en la industria de la moda, optando por el consumo de ropa de segunda mano e incluso, por darle una nueva vida a la ropa diseñando y confeccionando ellas mismas. 

Lee: ¿Por qué las mujeres son clave para lograr justicia ambiental?

El trueque de ropa entre mujeres o la venta y compra de ropa de segunda mano en bazares de internet no solo se ha interpretado como una forma de accionar en favor del medio ambiente, sino que también, es una forma en que las mujeres ayudan a la economía de las otras. 

Ahora que sabes todo esto sobre el fast fashion ¿comprarás ropa nueva o le comprarás ropa de segunda mano a tu amiga que tiene su bazar en instagram?

 

Con información de: UNAM y Fashionunited