“Realmente en estas zonas los trabajos son muy limitados, si quieres trabajar, casi siempre vas a tener que salir, tienes que moverte, entonces yo creo que por eso se veía que tantas mujeres trabajadoras utilizaban la Línea 12, porque todas tenemos que movernos para el trabajo”, expresó Karina Sánchez Gasca, habitante de la alcaldía Tláhuac.

La noche del 3 de mayo, Karina iba de regreso a su casa que se ubica cerca de la estación Nopalera, pero no le fue posible llegar por esta vía. Aproximadamente a las 10:22 de la noche la estructura del Metro colapsó a la altura de Olivos, desde entonces la denominada Línea Dorada quedó en pausa.

Karina tuvo suerte, porque su tren estaba seis estaciones atrás al momento del accidente. Sin embargo, la tragedia de esa noche alcanzó a cinco mujeres que lamentablemente fallecieron, mientras que 28 más resultaron lesionadas al caer el tren sobre avenida Tláhuac.

“Es fuerte de procesar. Hoy no era”, dijo Karina, quien tiene muy presente la sensación de que estuvo cerca del peligro, de que podría haber sido ella.

“Todavía tengo ese sentimiento muy fuerte, yo venía estaciones atrás cuando ocurrió el accidente. Esa era la hora en la que yo iba a estar de regreso, yo vivo a una estación de donde pasó, pero se nos ocurrió tomar un café, la verdad no es que viniéramos caminando muy rápido, y acabando la obra todavía nos esperamos tantito por allá”, relató la joven, quien usaba frecuentemente el Metro, igual que otras mujeres trabajadoras. 

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MUJERES VIAJABAN MÁS DE UNA HORA PARA IR AL TRABAJO

El perfil de las mujeres afectadas por la tragedia de la línea 12, coincide con las estadísticas: mujeres trabajadoras en el sector informal, dedicadas a las labores de cuidado o personas que trabajan en servicios del hogar, por lo regular se trasladan a las alcaldías  Benito Juárez, Cuauhtémoc o Coyoacán. Una cifra menor, 19.3% cuenta con una profesión, por lo tanto puede tener acceso a un empleo relacionado estudios, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

En la proporción de las usuarias del Metro, la utilizan más las mujeres por un 56.30%; y en el caso de los hombres son los casados quienes más lo utilizan, 51.40%.

En cuanto al campo laboral, de acuerdo con la Encuesta Intercensal 2015, se estima que sólo 36.0% (56,147) trabajan, mientras que 62.2% (97,128) son no económicamente activas y 1.5% (2,405) se encuentran en disposición de ingresar al campo laboral.

De la población de mujeres de Tláhuac que viajan en metro, 66.4% son empleadas u obreras, 23.7% trabajan por cuenta propia, 4.5% son ayudantes con pago, 3.1% son patronas o empleadoras, 108% empleadas sin pago y 1.5% no especifican, según la Encuesta Intercensal 2015.

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De las mujeres que son empleadas u obreras 14.2% son secretarias, mecanógrafas, capturistas de datos y operadoras de máquinas de oficina, 11.3% son empleadas de venta y vendedoras por teléfono y 6.3% profesoras de nivel básico. De las mujeres que son trabajadoras por cuenta propia, 19.7% son comerciantes en establecimientos; y 17.0% son vendedoras ambulantes (excluyendo la venta de alimentos).

Karina es profesionista y hasta antes de la pandemia de covid-19 usaba diario la Línea 12 para llegar a su trabajo en la zona centro de la Ciudad de México. Explicó que la construcción del Metro en esta parte de la capital cambió la vida de muchas personas, porque antes podían pasar hasta tres horas en el transporte público para llegar a su empleo, pero ese tiempo se redujo a aproximadamente una hora o una hora y media.

En los vagones del tren, ella coincidía con “muchas estudiantes, trabajadoras de oficina, eso se veía un montón, trabajadoras de comercios, como trabajadoras en tienda, y siempre había muchas mamás con niños”.

Después de la tragedia, ahora le preocupa qué va a pasar con el transporte, porque el Metro era la forma más segura y rápida para salir de Tláhuac, Xochimilco o Milpa Alta y le preocupa que ahora tendrá que utilizar microbús, donde se siente más expuesta porque no hay áreas exclusivas para mujeres.

FALTA DE PERSPECTIVA DE GÉNERO EN LA INFRAESTRUCTURA

Los datos de las mujeres de Tláhuac nos dejan ver que pocas tienen acceso a la educación y mantienen perfiles de cuidado y tareas domésticas. Sin embargo, esto genera otra dinámica que es destacable. Carmen Contreras Chávez, directora de la consultoría Perspectivas IG, señaló que la estancia de las mujeres en sus casas genera un sentido de comunidad y de barrio. Además, de conocimiento de las necesidades del entorno. Sin embargo, sus denuncias no son escuchadas por parte de las autoridades.

Dentro de las edades que más utilizan el metro, destaca el rango de 26 a 49 años en cuanto hombres y mujeres..

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“La falta de consideración de las opiniones de la comunidad es parte de una visión masculina que no toma en cuenta las opiniones en territorio donde pasarán esas infraestructuras, donde se prioriza el flujo de los automóviles, provocando daños que ya no se pueden resarcir como la migración o el empobrecimiento de las personas”,  dijo la especialista, ya que su consultoría que se encarga en estudios de impacto social en las zonas en donde se construyen obras privadas y en capacitación sobre igualdad de género.

Un caso donde no se toma en cuenta la comunidad es la construcción del puente de Cuemanco o la construcción de plazas comerciales que provocan el aumento del piso y por ende costos que los lugareños no pueden pagar y tienen que migrar.

TIPOS DE DESPLAZAMIENTOS

En cuanto a los desplazamientos de la población, el uso del colectivo predomina en el Estado de México un 85.1%, y en la ciudad, el metro con un 38.2%, esto derivado a que la infraestructura está dentro de esta zona.

El principal punto de destino es “regresar al hogar” con un 47.3%, en segundo regresar al trabajo 22.0% y en tercer lugar ir a estudiar con un 11.9%.

Tal es el caso de Alina Dorantes, quien usaba la Línea 12 del Metro todos los días para volver a su casa entre las 7:00 y las 9:00 de la noche. Usualmente lo abordaba en la estación Insurgentes Sur hasta Mexicaltzingo, para llegar a su casa ubicada en la alcaldía Iztapalapa, sólo a algunas estaciones de Tláhuac.

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En ese horario, Alina indicó que le tocaba ver cómo otras mujeres regresaban a su hogar, igual que ella, aunque no siempre era tan sencillo porque había muchas personas. “La verdad es que estaciones así como Insurgentes Sur y Hospital 20 de noviembre muy tranquilas, seguras, ya cuando llegaba a la altura de Zapata, que era el transborde, ahí sí se llenaba muy cañón”.

Tláhuac es de las alcaldías que tiene viajes con el mismo destino y origen, 425 mil viajes al día, de acuerdo con la encuesta del Inegi Destino en Hogares de la Zona Metropolitana del Valle de México (EOD) 2017, lo que nos habla de una actividad económica dentro del barrio.

Los datos sobre la actividad económica de las mujeres nos deja ver que tienen otras necesidades de movilidad. Al respecto, Carmen Contreras comenta: “Los trayectos de las mujeres no están determinadas por sus empleos solamente, sino por el cuidado de otras personas. No contamos con una movilidad digna para ellas. En la práctica no hay una perspectiva de género. La economía de cuidado no existe”.

En la Constitución está asignado el derecho al cuidado, no sólo las mujeres, toda la sociedad se tiene que involucrar. El Estado debe proveer toda la infraestructura para los cuidados y eso tiene que ver con la movilidad, de conocer los perfiles de estas personas que utilizan el transporte público.

La planificación de las ciudades evidencia una falta de perspectiva de género y priorización de los automóviles. En el país se mueve una economía de cuidados en la que participan las mujeres; sin embargo, no son tomadas en la planificación del sistema de transporte.

“Se cumple con la infraestructura pero no se ve más allá, no se hace caso a denuncias sobre todo de las mujeres, son ellas las que están en sus barrios y pueden observar más cosas. En el caso de Tláhuac se da un sentido de comunidad muy alto, que se fomenta también por la actividad económica que se genera dentro, ya que la comunidad vive a través de redes de colaboración. Todos se conocen y reaccionan para ayudar”, explicó la directora de la consultoría Perspectivas IG.

FALTA DE PERSPECTIVA DE GÉNERO

“Cabe destacar que la Ciudad de México debe poner un foco de atención al metro, ya que es un transporte accesible para las mujeres que trabajan en el sector informal y tienen unos desplazamientos muy particulares”

Algunas de las dificultades que enfrentan los usuarios en general para llegar al transporte público son: El ambulantaje (35%), la distancia al destino (30%), los estancamientos de agua – charcos (22%) y el alumbrado (21%) son los que destacan en la mayori´a de la población, según Diagnóstico de la Calidad de los Servicios del Sistema Integrado de Transporte (SIT) y Movilidad desde una Perspectiva de Género.

En cuanto a la accesibilidad, las usuarias en la CDMX, inciden principalmente, el alumbrado (24%), el llevar artículos voluminosos (20%), la deficiente calidad de los pavimentos (19%), los cruces de vehículos con alta velocidad (17%), la falta de señalización y las escaleras (13%), y los pasos indebidamente acondicionados (12%).

“Con el accidente de la línea 12 sólo estamos viendo lo técnico, pero no quiénes son las usuarias del transporte, las desigualdades, el impacto para las mujeres. Si entendiéramos la ciudad desde la economía del cuidado nos daríamos cuenta que no están pensando por esto. Con la pandemia, es más evidente, los traslados son más cortos. El transporte se diseñaría pensando en eso, traslados interbarriales, barrios una infraestructura ciclista, con servicios para personas con discapacidad”.

A lo largo de la Línea Dorada la percepción de seguridad era diferente, Alina indicó que al interior se sentía segura y cómoda en los vagones, además de que en algunas estaciones se sentía más tranquila que en otras.

Coincidió Karina, quien dijo que se sentía segura al viajar en los vagones exclusivos para mujeres, pero que sería necesario reforzar las medidas a la salida de algunas estaciones, como en el paradero de Tláhuac, que no están bien alumbradas y se podrían acondicionar también con botones de pánico en caso de que una mujer se sienta en peligro.

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Considerando todo el contexto que enfrentan, para Karina las autoridades tienen todavía muchos pendientes con las mujeres de Tláhuac: “Creo que lo que todos pediríamos aquí es que no se nos den solo las migajas de las cosas.

“Creo que esta zona es tan importante como todas las de la ciudad y sólo pedimos eso, que si se va a hacer algo bien, que no se escatime en los gastos, no pedimos que se gaste extraordinario, ni cosas de lujo. Queremos solo cosas seguras y bien hechas no, queremos la atención necesaria para los problemas que hay aquí. No queremos nada extraordinario, sólo que se nos trate como a todas las otras, igual de importantes”, enfatizó.