Naomi Klein, la periodista y autora de La doctrina del shock habla sobre cómo las élites se están aprovechando de la pandemia del coronavirus para excluir a otros.

Las épocas de crisis pueden ser aprovechada por las élites para aprobar reformas impopulares que agravan las divisiones económicas y sociales. Aunque también suponen una oportunidad de cambio, a esto la periodista lo denomina “la doctrina del shock” o “el capitalismo de la catástrofe”.

“Esta es una crisis global que no respeta fronteras. Por desgracia, los líderes en todo el mundo están buscando la forma de explotarla. Así que nosotros también debemos intercambiar estrategias”, señaló.

Para Klein el problema estuvo en que los líderes no prestaron atención a las señales de advertencia e impusieron una brutal austeridad económica en el sistema público de salud.

La periodista mencionó que cuando fue el huracán en Nueva Orleans, Mike Pence fue el artífice del saqueo, ahora es el encargado de dar respuesta a la crisis del coronavirus. El banquero y actual secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, está al frente del plan de rescate para hacer frente a la pandemia, fue uno de los que más se enriquecieron durante la crisis de 2008.

Klein señala que debemos poner atención en el equipo por el que está rodeado Donald Trump, que son un grupo de empresarios que están administrado al país. Ahora, mucha gente está notando lo que dicen los comentaristas de Fox Sports, quienes sugieren que se debería sacrificar a las personas de la tercer edad para no dañar a la economía.

La sociedad imaginada por Silicon Valley

Al parecer estamos viendo la distopía de Silicon Valley, es decir un sociedad imaginada donde rige la tecnología, donde estamos distanciados físicamente pero virtualmente presentes, que nos obliga a estar pegados a las pantallas.

“Nuestras relaciones sociales están mediadas por plataformas corporativas como YouTube -plataforma a través de la que ofreció el encuentro online-, Twitter, Facebook, etc.  Nuestra ingesta calórica diaria nos la entrega Amazon Prime. Y las personas que están haciendo ese trabajo son increíblemente vulnerables”, dijo Klein.

La autora de La doctrina del shock supone que el único inconveniente, para los empresarios que se están viendo beneficiados por la pandemia, entre ellos Jeff Bezos, es que los repartidores son humanos, ellos preferirían que estas entregas se hicieran mediante drones que no pueden enfermarse.

¿Volver a la normalidad?

Klein señala que mucha gente habla de la nostalgia de volver a la “normalidad”, pero cabe recordar que la normalidad era la crisis. La periodista recuerda los incendios en Australia y el Amazonas

“¿Es normal que a millones de personas en California se les haya cortado la electricidad repentinamente porque su proveedor privado cree que esa sería una buena manera de prevenir otro incendio forestal? Lo normal es mortal. La ‘normalidad’ es una inmensa crisis. Necesitamos catalizar una transformación masiva hacia una economía basada en la protección de la vida”.

“Necesitamos desarrollar nuevas herramientas de desobediencia civil que nos permitan actuar a distancia”

La buena noticia para Klein es que tenemos la posibilidad de transformarnos como sociedad y exigir los cambios que queremos.

“Es por eso que debemos pensar qué tipo de respuesta vamos a exigir, y esta tiene que estar basada en los principios de una economía verdaderamente regenerativa, basada en el cuidado y la reparación”, subrayó.

Klein tiene confianza en la fuerza que han retomado los movimientos sociales, y la astucia con que se ha utilizado la tecnología para movilizar la ayuda mutia“estamos en una mejor posición que en 2008 y 2009”.

La escritora reconoce las protestas de enfermeras que se han dado desde que empezó la crisis sociosanitaria, las reivindicaciones de trabajadores por sus derechos, las huelgas de alquiler o las caceroladas en Brasil contra Bolsonaro.

Klein hace un llamado a desarrollar nuevas herramientas de desobediencia civil que nos permitan actuar a distancia y señal que debemos estar muy indignados pero a al vez inspirados en los movimientos de masas que han derrocado a gobiernos en crisis anteriores.

“Estoy muy esperanzada por las formas que tienen las personas para colaborar en estos momentos, y eso conlleva una ironía, porque es cierto que nunca hemos estado tan distanciados físicamente, pero tal vez es debido a la distancia física que estamos tan decididos a llegar uno hacia el otro”.

“No es un lugar al que podamos volver: es un lugar que tenemos que construir juntos y un lugar por el que tenemos que luchar”, concluye.

(Diana Juárez)

Con información de El Salto