Mérida, Yucatán.- En el mes del orgullo, las historias de personas de la comunidad LGBTT+ permean en todo el país cuando se trata de la lucha por la toma de los derechos de todas las personas, pero también se visibiliza los actos de discriminación que sufren en este proceso.

En Yucatán, la historia de Claudia Débora, una mujer transgénero, cuenta sus días de éxito, pero también los actos de discriminación por lo que ha atravesado a lo largo de su vida.

Claudia Débora Segura Trueba fue la primera y única mujer transgénero de Yucatán que ha intentado ser regidora del cabildo del Ayuntamiento de Mérida. Sin embargo, tuvo que registrarse con su identidad masculina, pues las leyes de la entidad no permiten el cambio de género.

Aunque anhela cambiar sus documentos oficiales, se aferra al sueño de hacerlo en la tierra que la vio nacer. Confía en que los diputados yucatecos legislarán para dotar de derechos a la comunidad LGBTQ+.

“Para irme a México (Ciudad de México) y pagarlo, prefiero hacerlo en mi tierra de origen. La vida te da sorpresas y tenemos la esperanza se logre algún día, lo último que debe morir es la esperanza, esperemos a ver qué pasará”.

Inició su trayectoria política gracias a su amiga Ofelia Morales. Incluso llegó a ser presidenta de la comisión mixta del Partido de la Revolución Democrática (PRD).

“Siempre he apoyado a la comunidad lésbico-gay. En la comisión preparamos a más personas para que apoyen a otros” explicó Claudia en entrevista.

En las elecciones del 2018 surgió la oportunidad de formar parte de la planilla de aspirantes a regidores de la capital yucateca.

A pesar de que en la primera ocasión no obtuvo los resultados deseados, admitió que volvería a intentarlo: “Tampoco estoy peleada con los partidos políticos si me dieran la oportunidad lo haría de nuevo, al final todo será para la comunidad, no para mí porque cuando me muera nada me llevaré”.

Pero su más grande lucha es por obtener un mayor reconocimiento de la comunidad LGBTQ+.

“Ya nos tardamos mucho para que las personas nos empiecen a respeta” puntualizó.

Pero el trabajo de Claudia no solo es político, también formó la agrupación Mujeres Trans Empoderadas junto con sus amigas, con el único objetivo de ayudar a quienes más lo necesitan.

Con la pandemia del Covid-19 no se ha quedado cruzada de brazos y ha juntado alimentos para repartir despensas entre quienes más lo necesitan. 

A sus 61 años de edad reconoce que no le tocó un camino fácil. Los arrestos injustificados y las persecuciones de los policías en el centro de la ciudad de Mérida son ahora parte de su pasado.

Una vida de discriminación

El rechazo de su propia familia y las palizas que le propinaron sus hermanos para “curarla” marcaron su vida:

“Para comenzar, enfrentarse con la familia. Nací en un núcleo familiar muy machista, crecí con puros hermanos y mi papá era muy machista. Los hermanos te quieren componer a base de gritos, golpes, ofensas y comienza un calvario”, cuenta.

Son varias las transiciones que ha vivido, cuando era más joven se enamoró y contrajo matrimonio con una mujer.

“Yo me enamore de mi esposa, no como muchos que dicen que se tapan por taparle el ojo al macho; de que hubo amor y cariño lo hubo, tanto que hasta el día de hoy nos seguimos llevando” confesó.

Producto de ese matrimonio que duró cuatro años tuvo una hija y nietas con las que convive actualmente.

Pero Claudia es solo el ejemplo de otras mujeres trans que han intentado ocupar un lugar en la administración pública en el sureste del país.}

Por ejemplo, en Campeche se ha registrado una candidata transgénero, se trata de Samara Aguilar Calderón, quien en las elecciones del 2018 fue precandidata al XII distrito –Sabancuy- por el Partido de la Revolución Democrática (PRD).

bl