En este proceso electoral, que dio inicio en septiembre del 2020, una candidata del Partido Verde Ecologista lanzó la propuesta de castración química a pedófilos y violadores, la cual despertó polémica en redes sociales y críticas por parte de activistas y feministas.

En Instagram, Pia Mistretta, candidata a diputada local, por el distrito 13 de la Miguel Hidalgo, propone la castración química contra el acoso sexual. La campaña tiene el hashtag #PiensaEnTi, acompañada con la canción "Quién piensa en ti", de Mi Banda el Mexicano. 

Al respecto, la activista Bita Aranda señaló en su cuenta de Twitter que se deben proponer cosas más humanas, entre ellas, la prevención de la violencia de género, y no medidas punitivas.

“La castración química no resuelve nada, no estamos previendo la violencia, ni la reparación del daño; estamos centrando nuestro sistema de justicia en el castigo y eso es venganza”, opinó la activista Bárbara Aranda. 

Incluso, se ha señalado que quienes lo han propuesto lo hacen desde el privilegio y el punitivismo, no representan ningún avance en nuestros derechos.

¿De qué se trata la castración química?

La castración química consiste en aplicar inyecciones antiandrogénicas para disminuir la carga de hormonas masculinas, es decir, la libido. Este método no provoca un cambio físico permanente en el cuerpo, pero, los efectos pueden durar hasta quince años según algunos estudios, otras investigaciones afirman que una vez suspendido el tratamiento se recupera el deseo sexual aproximadamente en un mes.  

Otra forma de aplicar este método es suministrando diariamente una pastilla de acetato de ciproterona, sustancia que inhibe el deseo sexual. No obstante, este tratamiento ha sido criticado por organizaciones de derechos humanos porque esta práctica no reduce los delitos sexuales y puede ocasionar efectos secundarios graves. 

“La castración química fue diseñada para el tratamiento del cáncer de próstata avanzado” explicó el doctor Edgardo Becher de la Sociedad Internacional de Medicina Sexual, a la BBC.

Expertos afirman que este método no erradica la problemática de raíz ya que el individuo puede seguir teniendo actos sexuales, y únicamente será más difícil llegar a la excitación. Por otro lado, recordemos lo que dice la antropóloga argentina Rita Segato acerca de la violación, que un ejercicio de poder y dominación sobre la víctima y no una búsqueda de satisfacción sexual. La castración química, además de ser costosa, solamente inhibe la libido, pero no cambia la mentalidad del agresor, afirmó Becher. 

En algunos países han señalado que aplicar el método es una medida para evitar la reincidencia de los criminales. Por ejemplo, en Argentina se ofrece este tratamiento de forma voluntaria a personas privadas de su libertad por cometer delitos sexuales; no obstante, en otros países como Indonesia se practicó de forma obligatoria. Sin embargo, Amnistía Internacional consideró esta práctica cruel e inhumana.