Betty Dodson tiene ya 91 años y es quien por décadas ha enseñado a cientos de mujeres métodos de masturbación para llegar al orgasmo.

Betty, originaria de Kansas, Estados Unidos, es una sexóloga y profesora de masturbación. Se hizo conocida por sus terapias sexuales, y por ayudar a cientos de miles de mujeres a explorar sus propios cuerpos.

Sin embargo, esto no era parte de su plan. Todo comenzó cuando en los setenta montó orgías en un salón y se dio cuenta que muchas de las asistentes fingían su placer. La artista plasmó ésto en sus pinturas y fue así como cientos de jóvenes fueron acercándose para pedir ayuda.

Betty se mastubaba a los cinco años. Ella comenta, en entrevista con El País, que gracias a su madre pudo vivir una vida sexual libre.

La historia de Betty se desarrolló durante la segunda ola feminista, ola en la que se comenzó a incorporar el tema de la liberación sexual y los derechos reproductivos.

Betty, interesada por el movimiento, comenzó a asistir a reuniones de feministas, y posteriormente creó su propio grupo con sus amigas y vecinas. 

Las reuniones se denominaron como “fiestas sexuales”, pero no era tan divertido como se escucha. En realidad, las mujeres solo se sentaban a compartir sus experiencias, sin embargo, era muy aburrido, solo hablaban de sus relaciones con sus parejas: “creo que mi marido me engaña”, “nunca recoge la basura”, etc..

Betty comenzó a notar la represión sexual que había en las mujeres; fue así que sintió la necesidad de ayudarlas, de instruirlas de cómo tener un orgasmo. Las técnicas eran a través de vibradores.

Betty vivió comentarios misóginos y vulgares por estos talleres, incluyendo de sus hermanos, pero esto no le importó. Para ella, la autonomía sexual representaba una dosis de libertad para las mujeres; un momento donde se reconcilian consigo mismas y se alejan de sus inseguridades.

Para los 80’s, Dodson ya era un referente del feminismo y de liberación sexual en América. Betty recibía mujeres de entre 30 y 50 años que nunca se habían tocado en su vida. 

En los cursos, las asistentes hablan de su intimidad, se enfrentan a sus genitales frente a un espejo, se tocan, hacen ejercicios respiratorios; tienen orgasmos.

También, la profesora sentaba a sus alumnas en el suelo y las ponía a tocarse, mirarse la vulva y explorarse con los dedos. Muchas de esas mujeres jamás se habían atrevido a mirarse. 

Una experta en masturbación

Dodson se autodenomina una masturbadora profesional. Para ella es importante que cada mujer tome el control de sus genitales. 

“Lo primero es coger un espejo y mirarlas. Conocerlas bien.Y luego mirar otras, puesto que no todas son iguales”, dice en una entrevista con Vice.

“Hay muchas mujeres que no se han encontrado el clítoris. Algunos son diminutos, escondidos entre los pliegues”.

Una represión histórica

A más de cuatro décadas de escuchar las historias de mujeres, jóvenes y viejas, para Dodson es claro que existe una represión sexual, desde tiempos históricos, hasta ahora.

Para ella, la culpa de esta represión comienza en el momento en que un padre castiga la curiosidad -natural- que el niño siente con respecto de sus propios órganos sexuales. 

“Debemos tener acceso a nuestra propia sexualidad, a jugar con ella, a desarrollarla a disfrutarla”, dice.

También, culpa a la religión, principalmente la católica.

Dodson, además de sus pinturas que han sido publicadas es autora de los libros como Masturbation liberadora , Sex for One: The Joy of Self-Loving y Orgasms for Two: the Joy of Partnersex 

 

(Brenda Lugo)