La emergencia sanitaria por covid-19 está afectando a las mujeres artesanas e indígenas de San Juan Colorado, pertenece al distrito de Jamiltepec dentro de la Región Costa, Oaxaca, quienes no han podido vender su mercancía debido al periodo de asilamiento.

“Ahorita estamos viviendo de maíz y frijoles. Hay familias que sólo alcanzan hacer dos comidas al día”, cuenta Ricarda, artesana de Oaxaca, para La Cadera de Eva.

La situación que están viviendo las mujeres de San Juan Colorado es crítica. “No tenemos dónde vender, nos da mucha tristeza, porque dependemos de nuestra prendas”.

Ricarda reclama que en su comunidad no cuentan con espacios para ofrecer sus productos, no las invitan a exposiciones ni eventos donde podrían ofrecerlos. Tampoco hay gente en la zona turística de Pinotepa Nacional donde vendían.

En apoyo a la comunidad, MaraMora apoyará a las mujeres a vender sus productos en línea.

Al respecto, el gobierno de Oaxaca no les ha dicho nada. “Todo está cancelado, nos piden que no salgamos de nuestra casa, pero cómo vamos a sobrevivir. No tenemos otra fuente de ingreso, el 90% de la mujeres de nuestro pueblo somos artesanas”.

Las mujeres son las proveedoras de sus familias, “ellas llevan ingreso ya que los hombres se dedican al campo. Muchas tienen cataratas o carnosidad porque cocinan con leña, cuando cosen deben fijar mucho vista, lo que las afecta”, dice Mara González, especialista en pueblos indígenas y coordinadora de delegación en la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México.

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Lo que buscan las mujeres de San Juan Colorado es poder vender sus productos porque “gracias a dios”, dice Ricarda, “aún tenemos hilos para seguir cosiendo pero no sabemos dónde vender. Hacemos huipiles, rebozos, trabajamos puro telar de cintura”.

“Estamos muy desesperadas, no tenemos cómo salir adelante, nuestra fuerte es la artesanía, así que pedimos a medios, a fundaciones, dependencias que nos apoyen porque no sabemos qué hacer”, exclama la artesana.

El pueblo de San Juan Colorado espera que la enfermedad no llegue a su comunidad, porque la gente está muy débil ya que no se alimenta bien y no hay acceso a las instituciones de salud.

“Nos preocupa enfermarnos, somos gente humilde, indígena, hay familias que sólo hacen una o dos comidas al día. Se oye que ataca a la gente que no está fuerte. Le pedimos mucho a diosito, pedimos que no nos llegue esa enfermedad”, comparte Ricarda