En dos semanas la pandemia del coronavirus logró lo que los activistas contra el aborto habían luchado por cinco décadas.

El mundo entero se encuentre frente a una situación de salud pública donde el foco se va a parar la epidemia, pero se descuidan otros temas, como el aborto o la interrupción legal del embarazo (ILE).

En diversos países se está trabajando la implementación de la telemedicina y otras herramientas en línea para brindar asesoría médica a las personas que tengan coronavirus.

Pero esta asesoría también sería útil para las mujeres que necesiten practicarse un aborto.

“Si se legalizara, los médicos podrían recetar de forma remota medicamentos que podrían tomarse en el hogar para interrumpir el embarazo hasta por 10 semanas”, escribe Robin Marty para la revista Time.

En Estados Unidos ya se ordenó que en los estados de Ohio y Texas se cerraran todas las clínicas de aborto. El argumento fue que esos recursos médicos debían destinarse para los pacientes que tengan covid-19.

Marty advierte que podrían ser más estados que tomen esta decisión, ya que los opositores al aborto en el país exigen que las clínicas atiendan la pandemia.

Pero la interrupción de un embarazo no deseado es un servicio de salud esencial. Frente a esto, The American College of Obstetricians and Gynecologists emitieron un comunicado donde no respaldaban la decisión de cancelar o retrasar los procedimientos de aborto por darle prioridad a la emergencia de la pandemia del coronavirus.

Datos del Centro para el Control de Enfermedades las personas embarazadas en Estados Unidos tienen 50% más de probabilidades de morir durante el parto o poco después de lo que era hace 30 años, y esas muertes ocurren con mayor frecuencia en los estados con más restricciones al acceso al aborto.

El Centro señala que el aborto temprano con medicamentos de forma remota es más seguro que el parto, a menudo salva la vida de una persona que experimenta una emergencia médica durante un embarazo.

Las mujeres que no pueden acceder a un aborto cuando lo desean no sólo se exponen a mayores riesgos de salud, sino que también sufren consecuencias emocionales y económicas.

Se prevé un repunte de embarazos no deseado, históricamente estos aumentan durante las recesiones.

Sin servicios de abortos legales sólo hay dos resultados: métodos ilegales que ponen en riesgo legal o físico a las mujeres y embarazos no deseados.

Las acciones de los activistas contra el aborto podrían ocasionar otra crisis de salud. Habrá un aumento de abortos incompletos, complicaciones en abortos espontáneos, que se podrían evitar con la legalización de medicamentos que facilitan el proceso.

En Inglaterra se lanzó una campaña para aprobar el aborto remoto con la finalidad de disminuir la propagación del virus y salvar vidas.

(Diana Juárez)

Con información de Time