Main logo

La Unión ya extorsiona en Polanco, confirman empleados y policías

"No se puede mencionar a La Unión en voz alta, no les puedes negar ni la cuenta porque son clientes frecuentes, y de los que no pagan y causan peleas", narró el empleado de un bar en Polanco

Escrito en METRÓPOLI el

Primero fue el corredor Insurgentes, luego la Roma y Condesa, ahora Polanco está siendo asolado por el grupo criminal La Unión.

Temerosos para denunciar, empleados y propietarios de centros nocturnos de la zona advierten en entrevista, y bajo condición de permanecer anónimos, que el hampa trajo a Polanco el derecho de piso y la venta de droga.

LEE TAMBIÉN:  Si no pagas te secuestran por días: así extorsiona la Unión Tepito

“Con decirte que no se puede hablar en voz alta de esto, no se puede mencionar a La Unión en voz alta, no les puedes negar ni la cuenta porque son clientes frecuentes, y de los que no pagan y causan peleas, así de grave es”, aceptó Julián -cuyo nombre fue cambiado por su seguridad-, quien es gerente de un bar sobre Avenida Masaryk.

Agregó a La Silla Rota que desde finales del año pasado comenzaron a presentarse individuos que se ostentaban como miembros de La Unión: querían hablar con el dueño o que le enviaran un mensaje a través de un trabajador de confianza.

“En mi caso, te voy a decir, y sé que fue similar en otros (bares) de aquí de Masaryk; primero llegó un tipo, normal, con facha normal, diciendo que quería hablar con el dueño y le preguntábamos que para qué y respondió: ‘vengo de parte de la empresa’, y nosotros así de ‘¿cuál empresa?’ y este señor: ‘de la única, La Unión’”.

“Vino dos días y tranquilo, decía que él se ponía a nuestras órdenes, sobre todo para que no hubiera problemas en el bar, incluso con clientes borrachos, pero la tercera vez que vino dijo: ‘si su patrón no me quiere dar la cara pues dígale que si no la cree le voy a venir a aventar plomo, y si no quieren que los toque pues váyanse a chingar a su madre de aquí”, prosiguió Julián.

Recalcó que fue la última vez que vio a ese joven, bajo de estatura, de entre 20 y 25 años de edad, el cual llegaba junto con otro muchacho que conducía una motocicleta deportiva.

Sin embargo, recordó, el dueño le pidió que diera aviso a policías, que les diera una propina para que pasaran por el lugar cada determinado tiempo, cosa que no hizo.

“Yo desconfío de los patrulleros, muchísimo, y en febrero pasado vinieron unos tipos, un grupito como de cuatro, venían con cuatro chavas, todas operadas y con acento sudamericano, al final no quisieron pagar la cuenta y uno de ellos sacó una pistola y amenazó al mesero”, dijo.

Abundó que “por supuesto que dijo muy claramente que eran gente de la Uva, de la B, que por lo que he leído en los medios es la Unión, la del tal ‘Betito’ y la cuenta fue como de 12 mil pesos, pero mi patrón no quiso poner la denuncia”.

“Lo más preocupante es que desconfió de la gente de seguridad, pues ¿cómo este tipo pudo pasar a nuestro bar con una pistola?”, relató Julián, quien ha sido gerente en otros bares como La Chilanguita.

Aunque, de acuerdo con estadísticas de la Procuraduría capitalina (PGJ-CDMX) no hay una sola denuncia formal por extorsión a establecimientos de Polanco, en coordinación con la Secretaría de Seguridad Pública (SSP-CDMX) se montó ahí un operativo de seguridad permanente.

“Algunos de los locatarios se quejaron de que había gente molestándolos, los quieren extorsionar, llegan y amedrentan, les dicen que si no cooperan con ellos irán a agredirlos”, detalló Édgar Bautista Ángeles, subsecretario de Operación Policial, luego de una conferencia de prensa.

Unos 300 elementos, entre preventivos y de investigación patrullan la zona y se entrevistan con personal de los centros nocturnos para recabar testimonios.

Alberto, empleado de Valet Parking, externó que tienen instrucciones de sus jefes de no hablar con policías, debido al miedo que tienen de que estén ligados con las organizaciones criminales.

“No, definitivamente (hablar con autoridades), son órdenes. Lo que pasa es que se desconfía mucho de los policías, yo trabajaba igual de esto en la Condesa y a muchos compañeros les tocaron amenazas y a uno lo golpearon por andar hablando”, narró.

“De hecho, a dos compañeros los balearon hace como año y medio, igual por la cuestión de la droga y que si querían entrarle con éste o aquél, entonces la verdad es que ya hay mucha negativa a cooperar, pero lo que pasa es real”, expresó en entrevista con La Silla Rota.

fmma