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La obsesión de “El Chapo” por espiar a su esposa y sus amantes

A Emma Coronel y a su amante Lucero Sánchez les regaló un celular con software para espiar sus conversaciones, relata técnico

Escrito en NACIÓN el

El relato del señor Rodríguez fue una especie de advertencia de lo que ocurre en el Siglo 21. ¿Su moral? Siempre trata tu tecnología bien. Fue una novela sobre espionaje de alta tecnología ligado a la obsesión de Joaquín “El Chapo” Guzmán por temor de ser escuchado.

Todo empezó cuando Rodríguez, ahora de 32 años, tomó 100 mil dólares para construir una red encriptada para el capo, lo que permitía que cerca de 100 integrantes del cártel de Sinaloa hablaran unos con otros de forma segura al marcar extensiones de tres dígitos en sus teléfonos. Parte de ese contracto, según Rodríguez, incluía capacitar al equipo del jefe a usar los celulares, y además darle un tutorial a la secretaria de “El Chapo” en un automóvil blindado.

Pero “El Chapo” –quien de acuerdo con el testigo siempre tuvo una inclinación a espiar- quería algo más. El experto dijo que le pidió instalar software espía FlexiSPY en los “celulares especiales” que le dio a su esposa, Emma Coronel Aispuro, así como a dos de sus amantes, incluyendo a un que fue legisladora, Lucero Sánchez López.


El capo hizo otras peticiones extrañas, dijo Rodríguez a los jurados. Una vez, declaró, Guzmán le pidió encontrar una manera de interceptar todos los mensajes que fueran enviados de cualquier café internet de Culiacán, una ciudad con alrededor de 800 mil habitantes.

No mucho después de que se le pidiera espiar en los cibercafés, militares catearon un escondite secreto de “El Chapo”. Rodríguez dijo que fue obligado a viajar tres días por la sierra con “El Chapo” y un grupo de guardaespaldas fuertemente armados.

Luego de esa experiencia, Rodríguez dijo que el decidió poner distancia entre él y Guzmán, entrenando a otros técnicos para llevar las comunicaciones día a día del cártel. Poco después, el FBI lanzó una operación para que él cooperara.

En 2012, Rodríguez interceptó una llamada entre dos de los hermanos de Jorge Cifuentes, narcotraficante de Colombia, en la que escuchó que decían estar enterados de que el técnico de “El Chapo” trabajaba con los americanos. Luego de viajar a Estados Unidos, Rodríguez dijo que tuvo una crisis nerviosa durante un año.

Cuando finalizó su testimonio, Rodríguez dejó su lugar y caminó hacia afuera del juzgado, nervioso y evitando la mirada de “El Chapo”.