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La Mexicana: malos negocios

Bastan unas simples multiplicaciones y reglas de tres para darse cuenta de que la Ciudad salió perdiendo con el Parque la Mexicana | Martha Delgado

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Escrito en OPINIÓN el

En la entrega anterior hablábamos de malas decisiones que se han tomado en la Ciudad de México, en donde inversiones aparentemente benéficas y vanguardistas, son en realidad un pésimo negocio financiero para la ciudad, como la Planta Incineradora de Residuos, eufemísticamente llamada planta de “termo-valorización”. Hoy me referiré al Parque La Mexicana inaugurado el pasado 24 de noviembre en Santa Fe.

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La mexicana


El terreno de La Mexicana son 42 hectáreas de propiedad pública en Cuajimalpa, con uso de suelo urbano.

El gobierno de Marcelo Ebrard propuso destinarlo para la construcción de vivienda popular, tomando en cuenta que miles de personas se desplazan diariamente por horas para llegar a trabajar a la zona corporativa y residencial, sin posibilidades de encontrar acceso a una vivienda digna más cerca. Pero la idea no fue bien recibida ni por los vecinos de Santa Fe, ni por los desarrolladores inmobiliarios que no verían grandes ganancias, ni por el actual Jefe de Gobierno.

Argumentos clasistas como “riesgos de proletarización”, “miedo por la inseguridad” y “problemas de movilidad” se dejaban escuchar durante las discusiones para determinar el destino del predio de propiedad pública. Muchos proponían la creación de un parque público, pero el gobierno de la ciudad no tenía un presupuesto para ello en ese momento.

Después de casi cuatro años de deliberaciones, el gobierno de Mancera decidió aportar la propiedad a un Sistema de Actuación por Cooperación (SAC) creado el 21 de abril de 2016. El SAC es un instrumento que la Ley de Desarrollo Urbano contempla para crear asociaciones entre el gobierno local y el sector privado con la finalidad de realizar proyectos de mejoramiento urbano.

El 70% de La Mexicana (27 has.) fue asignado en el SAC a la construcción de un parque público, dejando 15 hectáreas para el desarrollo inmobiliario. El parque fue inaugurado el pasado 24 de noviembre.

Cuenta con nuevo arbolado de especies locales, sistemas de captura de agua de lluvia, iluminación eficiente, WiFi gratuito, hamaqueros, juegos infantiles, ciclopista, fuentes y hasta dos lagos. Es un nuevo espacio público de tres veces el tamaño de la Alameda Central, de esos que tanta falta le hacen a la ciudad, realizado sin escatimar costos, con una inversión de 2 mil millones de pesos del sector privado. ¿Quién podría estar en contra de un parque con estas características, que no le cuesta un peso al gobierno?

La ciudad salió perdiendo


Bastan unas simples multiplicaciones y reglas de tres para darse cuenta de que la ciudad salió perdiendo. Mancera declaró que La Mexicana era un “terreno baldío” que se convirtió en un nuevo pulmón, en el parque más moderno de América Latina. Pero en realidad el “terreno baldío” era una propiedad pública con un valor de más de 6 mil millones de pesos, y con un potencial de desarrollo urbano de casi 20 mil millones de pesos.

Aunque en manos de gestiones responsables los SAC pueden ser buenas oportunidades para realizar proyectos de desarrollo urbano ordenado y sustentable, la administración mancerista los ha convertido en instrumentos sumamente opacos: se constituyen fideicomisos privados que no se apegan a la legalidad en materia de rendición de cuentas y transparencia, aun cuando incorporan bienes públicos; no se realizan licitaciones públicas para determinar los constructores de las obras ni los prestadores de servicios, quedando a decisión de los proveedores y los precios de compras en manos de los contratantes privados; se cambian los usos de suelo a criterio de la SEDUVI sin apego a los programas de desarrollo urbano delegacionales y sin la aprobación de la ALDF; y se otorgan a los constructores facilidades en permisos y licencias. Por ejemplo, no hay forma de conocer por qué el parque tuvo un costo de 74 Mdp/ha., cuando otros proyectos similares o mejores, como el magnífico Parque Hídrico La Quebradora, que actualmente se construye con recursos públicos en Iztapalapa por el equipo de la UNAM liderado por Manuel Perló y Loreta Castro, está costando 62 Mdp/ha.

En el caso de La Mexicana, el gobierno de la Ciudad no solo malbarató la propiedad, cambiando un terreno con valor de 6 mil Mdp por un parque que costó 2 mil Mdp, sino que la ciudad no participa del potencial económico del SAC: si se trataba de hacer un acuerdo público-privado, lo menos que podría haberse negociado era compartir el beneficio comercial de cambiar el uso de suelo para construir más niveles en el desarrollo, donde se construirán 1,650 departamentos de 180 m2 con vista y acceso al parque La Mexicana, además de oficinas y espacios comerciales.

20 mil millones de pesos


El valor de este negocio inmobiliario superará los 20 mil Mdp. De haber compartido los excedentes económicos del proyecto, podrían haberse utilizado para construir parques en otras zonas necesitadas de la ciudad, o para apoyar a las personas que se vieron afectadas en el sismo del 19 de septiembre sin necesidad de créditos.

A estas decisiones, habría que sumar la de concesionar el 100% de manejo del Parque La Mexicana, y todos los recursos que se obtengan del aprovechamiento de sus espacios, a la Asociación de Colonos de Santa Fe, lo cual pone en riesgo el carácter público del proyecto si es que no se conocen y transparentan los términos de dicha concesión, y se incluye al gobierno en la toma de decisiones.

Aunque el modelo le ha resultado conveniente a los colonos y a los desarrolladores inmobiliarios, no es precisamente un ejemplo a seguir. Sorprendentemente, esta fórmula es la que Mancera quiere replicar en la Barranca de Tarango, omitiendo que se trata de un Área de Valor Ambiental decretada en 2009. Aquí, la propiedad pública pretende fusionarse con predios privados (268 ha.) para dar paso a un inmenso desarrollo inmobiliario de 20 mil viviendas, a cambio de la construcción de otro parque de 27 Ha. (SAC publicado el pasado 30 de junio).

Es importante que en este último año de gobierno la ciudadanía se mantenga vigilante, y quienes aspiran a gobernar a partir de 2018 analicen si estos SAC están respondiendo al interés general de los habitantes de la Ciudad de México.

@marthadelgado | @OpinionLSR | @lasillarota