Nadie ajeno a la Unión de la B podía entrar. Se trata de un predio en el 10 de Santo Domingo, en el Centro. Por fuera, parece una casona conectada con un estacionamiento público, pero en realidad era usada para ocultar personas secuestradas, drogas y armas.
La fachada es vieja, el piso marrón es quebradizo y los muros del primer pasillo son utilizados para recargar exhibidores de películas pirata. Aquí se escondían los jóvenes que extorsionaban a comerciantes de algunas cuadras del Centro de la Ciudad de México hasta que fueron detenidos este miércoles. Esto, tras el asesinato de Raymundo N, un comerciante que denunció el "cobro de piso", pidió protección a la autoridad, pero nunca fue protegido y fue asesinado en la alcaldía Gustavo A. Madero.
El predio donde se guarecían los detenidos cuenta con numerosas salidas, decenas de habitaciones y pasillos oscuros.
De acuerdo con investigaciones de la Procuraduría capitalina, recientemente estuvo cautivo aquí Pablo “El Balú”, un vendedor de tarjetas telefónicas que se negó a pagar cuotas a la Unión.
Su paradero aún es incierto, pero la información provino de los 9 individuos que custodiaban el sitio y que fueron detenidos tras un operativo de Policía de Investigación.
Un altar a la Santa Muerte recibe a los que se adentran en el lugar. Las ventanas son protegidas por cancelería herrumbrosa o papel periódico adherido a sus vidrios.
Hay también cocinas equipadas con estufa, refrigeradores y congeladores. Estantes donde lo mismo hay figuras de la Santa Muerte que café y salsa picante.
Inclusive el predio cuenta con un bar exclusivo para los miembros del grupo criminal. Se llama Cholo’s Bar y su pared es adornada con un grafitti. Hay mesas, sillas de plástico, una cantina y hasta rocola.
Aquí se parrandeaba noche y día, según lo que revelaron los sospechosos bajo arresto.
Tras cubrir el turno por el que recibían pagos desde 8 mil a 20 mil pesos mensuales, los extorsionadores se juntaban a beber tequila, whisky y cerveza.
En cajas o sobre las mesas había bolsas repletas con mariguana y dosis de cocaína y cristal.
Acorde con los testimonios, las únicas personas ajenas a la organización delictiva que de vez en vez entraban eran sexoservidoras. Los bailes y las risas se oían hasta el otro día, sin que ningún vecino se quejara.
Así vivían las 24 horas los encargados de exigir cuotas a comerciantes del Centro, cuyo líder Raymundo Pérez, fue asesinado a tiros por denunciarlos.
Uno de los detenidos está relacionado con dicho crimen, pero las pesquisas continúan para poder acreditarlo.
El más joven de la U
Bryan tiene únicamente 14 años de edad y ya un recorrido en el mundo delincuencial.
Él es uno de los 9 capturados luego de un mega operativo de la Procuraduría, el cual tuvo como objetivo mermar a los extorsionadores de La Unión.
En entrevista con agentes de Investigación, “El Bryan” relató que prácticamente vivía en el 10 de Santo Domingo. Su madre es drogadicta y vive en las calles. A su padre jamás lo conoció.
Desde que tiene memoria vagabundeaba las calles del Centro y Tepito, robaba para comprar de comer y a los 12 años fue reclutado por La Unión de la B.
Su bravura lo hizo ganarse la confianza de los líderes, los cuales le encargaron ser cobrador de cuotas a los vendedores de refacciones en la Buenos Aires y Doctores.
“Él asegura que le pagaban entre 10 mil y 15 mil pesos mensuales, que a veces le pagaban en especie, es decir, con droga, y que no tiene familia”, detalló un funcionario de la PGJ que participó en el operativo para su arresto.
Bryan quedó bajo resguardo de la Fiscalía del Menor, con cargos por narcomenudeo.
Hasta ahora, admitieron en la Procuraduría, las víctimas de los extorsionadores no han querido denunciarlos debido a que están amenazados. Tras el homicidio de Raymundo Pérez, su vocero, se mantienen renuentes.
Por lo pronto, los 9 miembros de La Unión, incluyendo “El Pollo”, hijo del cabecilla Omar Sánchez Oropeza “El Gaznate”, serán vinculados a proceso por delitos contra la salud.
AJ