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“La Fiera”, la amante secreta de “El Chapo” con quien evadió una captura

A Agustina Cabanillas Acosta, “La Fiera” o “La Tinita”, Joaquín Guzmán la conoció en una fiesta de Badiraguato, en octubre de 2007

Escrito en ESPECIALES LSR el

A Agustina Cabanillas Acosta, “La Fiera” o “La Tinita”, como le dicen sus familiares cercanos, Joaquín Guzmán Loera la vio por primera vez durante una fiesta popular de Badiraguato, en octubre de 2007.

Aquella noche, Agustina lució la corona de reina de las fiestas municipales de este municipio serrano. Un familiar recuerda que en ese tiempo “La Tinita” era una jovencita atractiva, de belleza cautivante, que contaba con apenas 18 años.

Ella no era maliciosa, era joven, bonita y humilde, educada por su familia en el poblado El Aguaje, cerca de Los Sitios”, cuenta también un ex funcionario del Ayuntamiento badiraguatense.

En ese tiempo, Badiraguato celebraba a fines de octubre su aniversario. Como alcalde se encontraba el priísta Antonio López García. Según testimonios, fue en la fiesta principal donde Guzmán Loera la conoció y pidió a sus hombres que se la llevaran a presentar. Ese sería el inicio de una relación que ahora, más de 11 años después, sale a relucir en el juicio que se le sigue a “El Chapo” Guzmán en la Corte Federal del Distrito Este de Nueva York.

Conversaciones con “La Fiera”, como se le conoce ahora, fueron dadas a conocer gracias al software espía que instaló el informático colombiano Cristian Rodríguez. Rodríguez, convertido en colaborador del FBI, logró interceptar para esta agencia miles de mensajes y llamadas con su esposa Emma Coronel Aispuro, socios y autoridades que colaboraban con el cártel. Al dar a conocer el material en la Corte, Emma pareció incomodarse sobremanera.

El capo la llamaba “mi amor” a su fiera, y ella respondía “te adoro”. “Eres la persona más importante para mí”, le decía Guzmán. Pero ella a una amiga le confiaba sobre “el idiota”: “No confío en estos BlackBerries que me da aquí, porque el bastardo puede localizarme”. “Soy mucho más viva que él”.

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LA LLEGADA A LOS CABOS, EL NIDO DE AMOR

En el juicio salió a relucir que “El Chapo” le había pagado una liposucción a Cabanillas Acosta, y que fue ella la amante con la que estaba cuando logró evadir una redada de la Policía Federal, en la exclusiva zona residencial de Punta Ballena, en Los Cabos, el 22 de febrero de 2012, en los últimos meses del sexenio de Felipe Calderón.

Diversos expedientes judiciales consultados por este medio relatan aquel episodio que incluye las declaraciones de un piloto, una cocinera y a “La Tinita”. Todo comenzó cuando aterrizó la avioneta Cessna que trasladó a Guzmán Loera de Sinaloa en un terreno contiguo al campo de golf del desarrollo Cabo Real, dos días antes del operativo.

Omar Hinojosa Villegas, el piloto, contó a las autoridades al ser arrestado que primero habían trasladado a Agustina desde Mazatlán a la residencia que meses atrás había sido arrendada mediante un contrato de 350 mil dólares a una mujer de origen estadounidense, la cual terminó siendo comprada en un millón mediante una transacción en Los Ángeles, California.

Según Hinojosa Villegas, él no sabía que trasladaría a “El Chapo” Guzmán, que lo supo cuando lo vio subirse a la avioneta. Al final del viaje le regaló 50 mil dólares, y los encuentros con la joven se repitieron en varias ocasiones, en las que él recibía propinas de hasta 10 mil dólares por servir de mandadero.

EL PRIMER CONTACTO Y LA LIPO

Al ser detenida por la Federal, Cabanillas Acosta relató al Ministerio Público que ella no conocía a “El Chapo”, y que llegó a ese domicilio porque semanas atrás, cuando salió con sus amigas al antro Kuwa de la Isla Musala, en Culiacán, conoció a un sujeto con el que bailó.

En confianza, ella le dijo que quería hacerse “la lipo”, a lo que el joven reviró y le contó que “alguien” le podía pagar la operación a cambio de que pasara una noche con el financiador. Cuando salieron del Kuwa, el sujeto le pidió el celular a ella, y a los días le envió la cotización de la operación estética, la cual costaba 50 mil pesos.

La liposucción se llevó a cabo en la clínica privada San Javier de Guadalajara el 24 de enero de 2012, según el relato de la joven a las autoridades. Estuvo internada cuatro días más mientras convalecía, pero todo ese tiempo se mantuvo en contacto con el hombre del antro.

A su regreso a Sinaloa se fue dos días más a su casa para guardar reposo, y más tarde que temprano ya estaba tomando una avioneta de Mazatlán a Los Cabos, con destino a ese refugio amoroso.

LA “SORPRESA” DE “EL CHAPO”

En la residencia conoció a la cocinera María Luisa Macías Amarillas. Sin saber -según su declaración- quién era la persona que pagó la operación, se instaló en una de las habitaciones y fue hasta la noche del 21 de febrero cuando llegó aquel desconocido.

Lo supo, dijo, porque escuchó las camionetas detenerse en la cochera, y oyó pasos y plática casual, mientras ella aguardaba en la habitación.

--Te puedes tapar los ojos—le dijo entreabriendo la puerta, antes de entrar a la habitación.

Agustina dijo que obedeció, y él le dio un beso en los labios. Al abrir los ojos vio a quien después supo era “El Chapo”. Le preguntó cómo seguía de salud tras la liposucción.

--Estoy bien y mejor -, le dijo.

--¿Ya estás lista?

Asintió. Acostada en la cama, siguieron platicando, pero ella notó algo raro. Comenzaron sus días de menstruación. Se lo comunicó al capo, por lo que abandonó la habitación sin tener sexo, indicó. El capo la dejó sola en el cuarto y a la mañana siguiente hizo ejercicio, se bañó, se arregló y bajó a desayunar, pero ya no estaba Guzmán.

Fue en ese momento que irrumpieron los federales en la casa, con gritos y amenazando con sus armas. Agresivos, la interrogaron. Jalonearon a la cocinera, y la insultaron. La amenazaron que seguiría ella. Buscaban a “El Chapo”, pero él hacía horas que había desaparecido.

A Agustina primero la trasladaron a la Ciudad de México para su declaración ante la SEIDO, junto con los pilotos Omar Hinojosa y Ángel López Urías, así como la cocinera y el jardinero.

En el parte informativo, los federales consignaron que el operativo fue a las 23:00 horas del 22 de febrero de 2012, y que irrumpieron en la casa cuando observaron el ingreso de una camioneta Suburban color blanco.

La unidad, indicaron en el documento, era conducida por Agustina Cabanillas, quien era acompañada por la cocinera y por los dos pilotos. Al identificarse como agentes federales, uno de los pilotos gritó: “¡Bájate las granadas, cabrón!”.

Fueron sometidos sin ningún disparo. Los dos pilotos quisieron intimidarlos diciéndole a los policías que “no la hicieran de pedo” y que “se los iba a cargar la chingada”.

Los detenidos, salvo la cocinera y el jardinero, fueron enviados al penal federal de Nayarit, en donde fueron sujetos a proceso judicial por portación de armas de fuego. Agustina corrió con más suerte, pues el 30 de abril de ese año fue dejada en libertad, libertad que le duraría un año.

LA SEGUNDA DETENCIÓN EN CULIACÁN

De acuerdo con partes informativos, fue el 11 de julio del 2013 cuando “La Tinita” fue capturada por segunda vez, en esta ocasión en posesión de un paquete de metanfetaminas.

Los policías federales indicaron que a “La Señora”, como también se le apoda, la ubicaron en un domicilio de la calle Teresa Villegas en la colonia Gabriel Leyva de Culiacán.

Por la tarde la vieron salir en una camioneta GMC Sierra, doble cabina, color gris, matrícula UC-26199. Los agentes la siguieron por varias calles de la ciudad hasta que se introdujo en un estacionamiento público de la calle Mariano Escobedo en la colonia Centro.

Agustina iba en compañía de una amiga, y al solicitar una revisión a la unidad encontraron una bolsa de plástico transparente con cristal, localizada por un perro entrenado.

Cabanillas Acosta y su amiga dijeron que desconocían qué hacía el paquete en la camioneta, pero ya era tarde. Esa misma noche las dos mujeres fueron puestas a disposición en la PGR, y dos días más tarde fueron trasladadas al penal de Aguaruto.

En las documentales que más tarde se agregaron al expediente, se supo que fue traicionada. La información con la que la rastrearon los policías señala que era apodada “La Señora”, de 25 años de edad, quien usaba varias identidades falsas.

De estatura de 1.68 metros, blanca, delgada y por ocupación “mover libras de cristal en Culiacán”, la relacionaron con un traficante apodado “El Chico”. La denuncia anónima incluso señalaba que se movía en tres vehículos diferentes, un automóvil Bora, una Ram Hemi gris modelo 2013, y la Sierra.

Los policías declararon que por días estuvieron vigilando de manera discreta el domicilio de la Gabriel Leyva, hasta que esa tarde la vieron salir en la camioneta. Después del proceso penal por portación de metanfetamina, Agustina Cabanillas fue sentenciada.

Una de las credenciales falsas que utilizaba estaba a nombre de Andrea Acosta Bojórquez. Dentro del penal culichi instaló una panadería en donde dio trabajo a varias reclusas.

Ella siempre ha sido una mujer muy entrona, muy trabajadora y siempre ha tratado de superarse. Nunca se le atoró la carreta con nada, es bien luchona”, cuenta un amigo cercano.

En septiembre de 2015 salió en libertad, confirmó una fuente de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado. Su nombre ya no había sido noticia hasta el pasado miércoles 9 de enero cuando en el juicio fueron dados a conocer mensajes entre ella y “El Chapo”.

Con ella, Guzmán cruzó mensajes comprometedores en torno a la adquisición de químicos en China y Alemania para fabricación de droga, así como la creación de una empresa de cítricos en Ecuador para exportar meta a Europa, Canadá, Australia y Estados Unidos. En otros mensajes hablaron de la compra de 700 toneladas de cocaína en Belice de una pureza de 95-97%.



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