El 8 de marzo (8M) es un día de movilización para las mujeres de todo el mundo. Desde hace algunos años, las protestas feministas han tomado fuerza en nuestro país, donde atravesamos una ola de violencia en la que las mujeres son asesinadas por el simple hecho de ser mujeres. Es por ello que, cada año, en el Día Internacional de la Mujer, mujeres de todas las edades, razas y orígenes se unen para exigir el fin de la violencia de género y la defensa de sus derechos.

En marzo de 1857, en el contexto de la Revolución Industrial, las trabajadoras de una fábrica textil en Nueva York salieron a protestar por las duras condiciones laborales que enfrentaban. Aunque las condiciones de trabajo eran difíciles para todos los trabajadores, las mujeres eran particularmente vulnerables, ya que a menudo ganaban menos de la mitad de lo que ganaban los hombres por el mismo trabajo. La manifestación fue violentamente reprimida por la policía, pero tuvo una gran repercusión que hoy en día continúa.

En apoyo a aquella huelga, en 1909 una organización de Mujeres Socialistas celebró en Estados Unidos el primer Día Internacional de la Mujer, aunque solo tuvo seguimiento en Nueva York y Chicago, se calcula que unas 15.000 mujeres participaron en una marcha que recorrió la ciudad de Nueva York. En 1910, durante el segundo encuentro Internacional Socialista de Mujeres en Copenhague, se propuso establecer un día simbólico para reivindicar los derechos de las mujeres, especialmente el derecho al voto.

Es así como el primer Día Internacional de la Mujer se celebró el 19 de marzo de 1911 en algunos países europeos. A lo largo de las décadas siguientes, muchas organizaciones de mujeres de otros países se unieron a las reivindicaciones que se llevaban a cabo durante el mes de marzo y en 1975 la ONU reconoció oficialmente el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer.

Aunque no hay un sólo acontecimiento que explique por qué se escogió el 8 de marzo, se trata de una lucha prolongada en el tiempo, en la que cada generación ha heredado el deber de luchar por sus derechos y por los de las generaciones futuras. El 8 de marzo está lejos de convertirse en un día para celebrar “la creación más bella de dios”, ya que este día es usado como un estandarte de lucha en donde las mujeres de todo el mundo buscan una sola cosa: ser tratadas como seres humanos con derechos y derrocar el sistema patriarcal que las ha oprimido desde hace siglos.

¿Qué se pide durante las marchas feministas?

A pesar de que en los últimos años ha habido un avance significativo en materia de equidad de género, todavía existen desigualdades estructurales que afectan a las mujeres en todos los aspectos de la vida. En el ámbito laboral, las mujeres todavía ganan menos que los hombres por el mismo trabajo y enfrentan barreras para ascender en sus carreras, por lo que se quedan estancadas.

En el ámbito político, las mujeres están invisibilizadas en los cargos de poder, lo que limita su capacidad para influir en las decisiones que afectan sus vidas y continúa perpetuando un sistema patriarcal y paternalista en donde se les ve como seres que no pueden tomar sus propias decisiones.

Finalmente, en el ámbito social, las mujeres aún enfrentan una cultura de violencia de género que normaliza la violencia sexual, el acoso y la discriminación. Así mismo, sin víctimas de distintas violencias que afectan su calidad de vida y merman sus derechos humanos, siendo el máximo ejemplo de ello los feminicidios.      

Violencia de género: ¡Se mata a las mujeres en la cara de la gente!

Por otra parte, y siendo esta razón una de las más poderosas para salir a marchar cada 8 de marzo, las mujeres exigen el fin de la violencia de género. Las mujeres son oprimidas de distintas maneras por el sistema patriarcal y una de las violencias más claras que evidencia la desigualdad es la violencia de género, esta se trata de una violencia que afecta a las mujeres por el mero hecho de serlo, por lo que las víctimas son mujeres de cualquier estrato social, nivel educativo, cultural o económico.

El término de violencia de género es relativamente nuevo, pero llegó a nombrar las violencias que están dirigidas únicamente a las mujeres, lo que antes estaba considerado un “asunto privado” que no debía ser hablado afuera de las casas, ahora se nombra y con ello ha creado protocolos para atender a las víctimas de esta violencia, así como redes de apoyo que acuerpan a las mujeres que antes no denunciaban por miedo.

La discriminación de las mujeres y la violencia de género (como la manifestación más brutal de las desigualdades entre hombres y mujeres) es un problema que traspasa fronteras y las estadísticas son alarmantes: según la ONU, una de cada tres mujeres ha sufrido violencia física o sexual en algún momento de su vida. En muchos casos, la violencia de género es perpetrada por personas cercanas a la víctima, como parejas o familiares.

De acuerdo con del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), en los 12 meses del 2022 se sumaron 3 mil 754 muertes de mujeres, de las cuales sólo 947 (33.7%) se investigaron como feminicidios (los cuales son abordados como “presuntos” ante la falta de pruebas), mientras que el resto se consideraron homicidio doloso.

Con estas dolorosas cifras, se mantuvo el promedio de 10 mujeres asesinadas diariamente en México manejado a lo largo del actual sexenio presidido por Andrés Manuel López Obrador. Esta tendencia posiciona al 2022 como el segundo año más violento después del 2019.

Del mismo modo, en cada uno de los doce meses del 2022 registraron más de 200 asesinatos de mujeres: con 279 víctimas, junio se colocó no sólo como el más mortal de ese año, sino que también como el más violento desde el 2015, cuando el Secretariado comenzó con este registro. Es por ello que las mujeres salen a marchar para exigir un cambio en la cultura que normaliza y justifica la violencia de género, así como para exigir medidas concretas para prevenirla y combatirla.

Defensa de derechos: ¡Ante violencia machista, autodefensa feminista!

Otra de las razones por las que el 8 de marzo se llena de lucha es porque los mismos medios han logrado dar gran visibilidad a este día, convirtiéndolo en el momento perfecto para que el foco se centre en las exigencias de las mujeres; otra de las principales demandas es la defensa de sus derechos humanos.

Parece contradictorio y violento que en muchos lugares del mundo las mujeres todavía enfrentan restricciones en cuanto a sus derechos reproductivos, el acceso a la educación y la atención médica, y su capacidad para tomar decisiones sobre sus vidas y sus cuerpos, es por ello que dentro de los reclamos dentro del Día Internacional de la Mujer también se busca que las mujeres de todo el mundo puedan decidir sobre sus cuerpos y que sus decisiones no sean cuestionadas por el sistema patriarcal, así como el denunciar las políticas y prácticas que los violan.

Es así como el 8 de marzo se convirtió en un símbolo de lucha y resistencia en donde las mujeres de todo el mundo se reúnen, cada una desde su trinchera, para exigir el fin de la violencia de género y la defensa de sus derechos ya que, de acuerdo con el feminismo, estas demandas son fundamentales para lograr una sociedad justa e igualitaria para todas las personas.

Pero a pesar de que en el Día Internacional de la Mujer la lucha se hace más mediática, la batalla en contra de las violencias sistémicas y la opresión se da todos los días del año porque se posiciona en contra de un sistema que se encuentra arraigado en lo más profundo de la sociedad.