Michelle Garza Cervera comenzó a estudiar cine de manera formal a los 23 años en el Centro de Capacitación Cinematográfica, sin embargo, desde que tenía 15 años la pasión por las películas la llevaba a ver hasta 20 filmes a la semana y a tomar diversos cursos de análisis cinematográfico. En este proceso, el feminismo llegó a su vida acompañado de grupos de activismo que la llevaron a cuestionarse sobre las problemáticas sociales y políticas que contribuyeron a que su propia voz y rumbo se definieran.

Huesera es su ópera prima como directora y la convierte en la tercera mujer en estrenar una película de horror en México, después de Eva Aridjis (Los Ojos Azules, 2012) e Issa López (Vuelven, 2017). Esta cinta explora la vida doméstica y la maternidad desde una perspectiva disidente. Los procesos emocionales y físicos de una mujer son expuestos al transformarse en madre. Por lo que, desde ahí, profundiza en los estereotiposexpectativas sociales que ciñen a las mujeres.

“El cine no se trata del cine, el cine se tiene que tratar de otras cosas”, comenta Michelle Garza Cervera en entrevista para La cadera de Eva, donde nos habló sobre las historias que inspiraron Huesera, los mandatos sociales sobre las mujeres y una industria masculinizada del cine.

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El cine ha sido una industria cultural a cargo de hombres, las mujeres que hacen cine son minoría y más si se acota esta reflexión al cine de terror. La directora mexicana nos cuenta que una mujer que haga cine es un poco más normal que una mujer que haga terror. Y hace una analogía con el metal y la música punk, que tampoco corresponden con el imaginario patriarcal de lo femenino.

Michelle Garza Cervera
Huesera es la ópera prima de Michelle Garza Cervera

El Anuario estadístico de cine mexicano (2020), del Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE)muestra que de cada mil mujeres ocupadas en la industria cultural, solamente 12 trabajan en cine y audiovisual. Michelle Garza explica que desde estos espacios masculinizados se tiene un concepto de lo que es ser un “director”, y no una mujer directora.

En el anuario se ha registrado el trabajo de las mujeres en largometrajes mexicanos en las áreas: escritura de guión, dirección, cinefotografía y producción. El periodo 2010 a 2020 las mujeres representaron el 37% del total de personas involucradas en estas actividades, destacándose la producción como una de las que contó con mayor participación femenina, como puede verse a continuación:

  • 56% de mujeres en producción
  • 39% de mujeres en escritura de guión
  • 30% de mujeres en dirección 
  • 23% de mujeres en cinematografía

Así mismo, los proyectos documentales fueron el principal género con participación femenina, con un 33%. Los principales temas desarrollados por mujeres fueron relaciones de pareja, violencia de género, identidad, racismo, trastornos mentales, prácticas culturales, memorias familiares, activismo feminista, lenguas y tradiciones en riesgo, semblanzas de personajes artísticos, entre otros.

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Una red de personas que han creído en ella y en el proyecto, fueron la fortaleza de Michelle Garza Cervera a lo largo de los cuatro años en que fue concibiendo la idea de Huesera. Y eso tuvo que ver con muchas mujeres, comunidades disidentes y amigas suyas. Lo que la directora mexicana buscaba era un proyecto horizontal y colaborativo.

“Yo tenía todo para demostrarme a mí misma que era capaz, ya tenía seis, siete cortometrajes, nunca había dejado de escribir, llevaba un buen de tiempo escribiendo el guión, pero todavía había personas que me decían: no, es que no sabes”.

Para la construcción del guion se involucraron historias de mujeres cercanas al equipo de trabajo, así como libros que abordan el tema de la maternidad. Para Michelle Garza era importante mostrar la incomodidad y la humanidad que hay en este proceso: los pensamientos de frustración de querer salir corriendo, de querer que la vida no cambie por completo. Menciona que  todo eso es válido, existe y es real, pero nadie lo dice porque es incómodo.

“Encontré un libro escrito por una mujer que justo estudia los usos políticos del horror y de la fantasía y, justamente ella fue una mujer que dejó a su familia y escribió un libro de ensayos que se llama “Las madres que se van” y que analiza también cine y literatura de este tipo de de personajes”. 

Somos seres elásticos, menciona la directora, y nos estamos transformando todo el tiempo, a pesar de que las narrativas quieren decirnos que somos de una manera que corresponde a ciertas clasificaciones sociales y culturales. En su película expone una idea de libertad que describe como la posibilidad de no tener un camino marcado y contar con alternativas todo el tiempo.

La leyenda de La Huesera

En el libro de Clarissa Pinkola Estés, “Mujeres que corren con los lobos”, se aborda la leyenda de La Huesera, una anciana que recoge huesos de animales muertos en el desierto y los va colocando hasta formar un esqueleto. La mujer, por medio de un ritual místico, le va dando vida y hasta que este toma la forma de una loba que se escapa y corre libre por el desierto y que, poco a poco, irá tomando forma de mujer.

En Huesera, Valeria es una mujer que sueña con ser madre, pero el día que se confirma su embarazo, una entidad siniestra llamada Huesera comienza a acecharla; por lo que, para combatirla, la protagonista se adentrará a un mundo de brujería urbana que la llevará a reencontrarse con su pasado, cuando era una joven punk que no deseaba una familia tradicional

La leyenda de La Huesera fue inspiración para el nombre de la película, sin embargo, Michelle Garza Cervera, reestructura a la huesera a partir de un asunto pendiente que tiene que ver con encontrar las partes de nosotras mismas que no queremos voltear a ver y que nos empiezan a carcomer por dentro. De ahí que, Huesera, resalte el crujir de huesos como símbolo de una entidad que se está tronando por dentro. 

“Queríamos que -Huesera- se tratara más de lo psicológico, de cómo se está sintiendo ella y de cómo su sentir es que algo la está partiendo (...) tiene mucho que ver con los procesos de pérdida de identidad que conllevan suscribirte de madre y el ideal del rol doméstico”.

La producción de la película se dio en colaboración con un grupo de mujeres que discutían el proyecto desde diversas aristas, pero de principio la idea surgió de algo muy personal que tuvo que ver con la muerte de la madre de Michelle Garza, lo cual la llevó a tratar de ver otros aspectos de la vida de su madre, pero como una mujer separada de su maternidad.

Esto la llevó a conocer la historia de una de sus abuelas, “la innombrable”, como ella la menciona y, desde ahí, conectar con la complejidad de las decisiones que la atravesaron y la idea de maldad que había en torno a ella. La directora explica que todas estas ideas correspondían a creencias sociales respecto a las mujeres y las mujeres que son madres, estos roles de género y expectativas representan lo que, en realidad, puede ser el terror mismo para la vida de ellas.

También puedes consultar la entrevista completa a Michelle Garza en El Podcast de Eva, disponible en Spotify y Apple Podcast:

 

*Huesera ha ganado más de 30 galardones nacionales e internacionales entre los que destacan:  Mejor Director de Nuevas Narrativas y el Premio Nora Ephron que premia a la mejor película realizada por una mujer en el Festival Internacional de Cine de Tribeca 2022; Premio Blood Window para la mejor película Iberoamericana y Citizen Kane para el mejor director novel en el Festival de Sitges; Premio del público en el Festival Internacional de Cine de Morelia; y el Premio a mejor película de la sección Crazies del Torino Film Festival.