Una multa de casi 30 mil pesos mexicanos y prisión preventiva fue el castigo que recibió un hombre de 28 años luego de haber retirado el condón cuando mantenía relaciones con su pareja, esto sucedió sin el consentimiento de la otra persona, convirtiendo el acto en un abuso sexual, mejor conocido como stealthing, un acto que atenta contra los derechos sexuales y reproductivos

Por primera vez, en la historia de Holanda se condenó por este delito a una persona y el tribunal señaló que quitarse el condón, vulnera a la otra persona y la expone a contraer enfermedades de transmisión sexual y a un embarazo no deseado, lo vulnera de manera directa a la otra persona al ir en contra de las libertades individuales y el consentimiento

Si bien se señaló que el delito no podía ser tipificado como violación, pues existía un acuerdo entre el acusado y su pareja de mantener relaciones sexuales, sí se procedería con prisión preventiva al existir un acuerdo entre ambos donde consensuaron utilizar protección en el encuentro. 

Le legislación de este país aún no estipula de manera concreta este delito a comparación de otros países como Suiza, Alemania y Nueva Zelanda que han emitido reformas para reconocer el stealthing como un delito sexual, aunque, de acuerdo con el medio holandés NOS esta práctica aún no es reconocida en muchos países europeos y con urgencia, debe ser visibilizada no sólo en Holanda sino en todo el mundo. 

Contextualizando este suceso, en México el stealthing se ha mantenido en conversación de manera reciente e incluso, ha sido impulsada una iniciativa de proyecto al código penal para tipificar como un delito sexual la remoción del preservativo sin consentimiento. 

“Este acto es un ataque a la integridad sexual de la víctima, pues es una modificación unilateral y no consentida de las condiciones previamente acordadas. Aunque no haya existido violencia o intimidación, sí hay falta de consentimiento lo que perjudica la libertad sexual de la pareja”, recoge el documento del Senado de la República.

Asimismo, estipula que la persona comete un delito sexual cuando, sosteniendo una relación sexual consentida, se retire el preservativo sin que se medie para ello consentimiento previo y acota que, si el acto diera como resultado embarazo o contagio de enfermedades de transmisión sexual, la pena aumentará hasta la mitad, es decir, 200 días de multa y hasta 10 años de prisión.

Esta iniciativa lleva congelada desde el mes de noviembre del 2021 y aunque en 2022 fue puesta a discusión nuevamente por la diputada panista Ana Laura Valenzuela Sánchez, en nuestro país aún no es reconocido como un delito.

¿Qué hay detrás de esta práctica?

De acuerdo con la Dra. Chapa Romero esta práctica de quitarse el preservativo es un tipo de violencia expresiva lo que implica que posee una carga de significados misóginos

“Te hago daño porque puedo, porque quiero y porque te hago notar que tengo el control de tu cuerpo”, comparte en entrevista para El Espectador. 

Además, reiteró que el stealthing refuerza el discurso de cosificar a la mujer e ignorar las decisiones que ella posee sobre su cuerpo.

En esta misma línea, la Revista Jurídica de la Universidad de Palermo en su artículo “Complejidades del no es no”, aborda que se trata de un pensamiento profundamente misógino donde el hombre ejerce desde el poder y se apropia del “derecho masculino” a poseer y a eyacular en el cuerpo de la mujer. 

“Los hombres lo hacen por su satisfacción, como un reconocimiento de su identidad y evidenciar su virilidad (…) es arraigar una acción misógina de odio hacia la mujer y cuerpos feminizados”, señala la especialista Sumayya Ebrahim para el artículo.