Cada día que pasa se convierte en un recuerdo que está destinado a morir en un rincón de la memoria y son pocos los que trascienden y marcan un cambio en la historia, este fue el caso de una mujer que debido a su hartzago e impulsada por su espíritu de libertad se negó a ceder su asiento por ser afrodescendiente. El 1 de diciembre de 1955, en Montgomery (Alabama, EE.UU.), Rosa Parks volvía de su trabajo como costurera, cuando subió al autobús se sentó en la parte atrás ya que eran los únicos lugares en donde estaba permitido que los ciudadanos afrodescendientes se sentaran.

El autobús siguió su ruta de manera cotidiana, todo parecía ser una copia del día anterior; los asientos se llenaron hasta que algunas personas blancas quedaron de pie, debido a la supuesta superioridad racial que se predicaba en ese momento el conductor paró el autobús para pedir a tres mujeres negras que cedieran su lugar, entre ellas se encontraba Rosa Parks quien se negó a hacerlo porque estaba cansada. El conductor la denunció y ella fue arrestada, enjuiciada y condenada por transgredir el ordenamiento municipal.

Fue así como Rosa Parks se convirtió en un símbolo de lucha, atravesada por una doble violencia (el machismo y el racismo) declaró que estaba cansada, pero el cansancio iba más allá de lo físico, más bien estaba cansada de ceder, de esconderse, de ser racializada y ser considerada inferior por su color de piel y fue este hecho lo que puso a la luz un problema que, aunque han pasado muchos años de esto, aún existe: el racismo.

Después de este evento se suscitaron diversas protestas en las que participó Rosa Parks y finalmente en noviembre de 1956, el Tribunal Supremo de los Estados Unidos declaró inconstitucional la segregación racial en los autobuses. La orden del Tribunal Supremo llegó a Montgomery el 20 de diciembre. El 21, la población que había sido segregada volvió a subir a los autobuses, solo que ahora podían sentarse donde quisieran, confirma la CNDH.

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El racismo representado en un autobús

Cada autobús de Montgomery tenía una sección para gente considerada de color, esta sección no era de un tamaño fijo, sino que variaba según la colocación de un cartel:

  • Las cuatro primeras filas solo eran para personas blancas y los asientos de atrás, para los demás.
  • Las personas que no eran blancas solo podían sentarse en las filas de en medio si no había blancos de pie. Si llegaba un usuario blanco, tenían que irse atrás, quedarse de pie o salir del autobús y el conductor del autobús podía reducir el espacio permitido a estas personas, o incluso quitar el cartel de delimitación.

Incluso subir al autobús suponía un problema: las personas afrodescendientes tenían que pagar su billete entrando por la puerta delantera, para luego salir y entrar por la trasera. En ocasiones el autobús cerraba sus puertas mientras iban de una puerta a otra, dejándolas en tierra después de haber pagado su viaje, afirmó UNICEF.

La situación dentro de los autobuses sólo era un reflejo de lo que pasaba en la sociedad y un simple “no” se convirtió en el fuego revolucionario que buscaba quemar los ideales de superioridad de una raza. A partir de las acciones de Rosa Park más ciudadanos respaldaron aquella acción y comenzaron una serie de protestas en donde boicotearon el sistema de autobuses, según datos de UNICEF las protestas duraron 381 días (poco más de 13 meses) y en ellas estuvieron implicadas unas 42.000 personas, que suponían el 75% de los usuarios de los autobuses.

Al inicio de estas protestas las autoridades creyeron que, siendo ciudadanos pobres con grandes familias que tenían que desplazarse grandes distancias para ir a trabajar, la protesta no duraría mucho. Pero los ciudadanos se unieron masivamente a la protesta pacífica y encontraron alternativas de transporte: taxis, camionetas, coches particulares compartidos, bicicletas, o simplemente, andar varios kilómetros todos los días, cualquier cosa en lugar de continuar usando un sistema de autobuses que, al igual que el gobierno, los violentaba todo el tiempo.

No tenía ni idea de lo que mis acciones podrían provocar. Cuando me arrestaron, no sabía cómo reaccionaría la comunidad. Me gustó que hicieran lo que hicieron al no subirse a los autobuses. –Rosa Parks

Tras su muerte a los 92 años, en octubre de 2005, Rosa Parks fue velada en el Capitolio de Washington. Ha sido la primera mujer y la segunda persona afroamericana en recibir este honor, concedido sólo a 28 personas en la historia de los EE.UU.

La segregación racial: una lucha pendiente

Si bien la esclavitud fue abolida por la Proclamación de Emancipación del año 1863, promulgada por el presidente Abraham Lincoln, el racismo y la segregación racial continúan arraigadas en la sociedad y como una forma de burlar la ley en EE.UU. comenzaron a implementarse políticas que segregaban a las personas afrodescendientes, al garantizar instalaciones "separadas pero iguales", los estados cumplían nominalmente con la Constitución de Estados Unidos. Sin embargo, en la práctica, las instalaciones "iguales" proporcionadas a los ciudadanos negros solían ser inferiores a las que disfrutaban los blancos, señala National Geographic.

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Básicamente, este sistema de segregación racial consistía en la creación de lugares separados, tanto habitacionales como de estudio o de recreo, para los diferentes grupos raciales, en el poder exclusivo de la raza blanca para ejercer el voto y en la prohibición de matrimonios o incluso relaciones sexuales entre blancos y negros.

La discriminación racial y étnica es un fenómeno cotidiano que impide el progreso de millones de personas en todo el mundo. El racismo y la intolerancia pueden adoptar diversas formas: desde la negación de los principios básicos de igualdad de las personas hasta la instigación del odio étnico que puede llevar al genocidio, todo lo cual puede destruir vidas y fraccionar comunidades.

La lucha contra el racismo es una cuestión prioritaria para la comunidad internacional, así, desde su fundación, las Naciones Unidas ha mostrado su interés por esta cuestión, por lo que la prohibición de la discriminación racial ha quedado consagrada en todos los instrumentos internacionales básicos de derechos humanos. Esos instrumentos imponen a los Estados obligaciones y tareas destinadas a erradicar la discriminación en las esferas pública y privada. El principio de igualdad exige también a los Estados que adopten medidas especiales para eliminar las condiciones que causan o propician la perpetuación de la discriminación racial.

Al respecto, la Encuesta sobre Discriminación de la Ciudad de México 2021 de la COPRED, revela que una de cada cuatro personas encuestadas se ha sentido discriminada al menos una vez, siendo su color de piel la segunda causa más común de ello, con un 16.2%, solo después de la pobreza, con un 16.4%, mostrando una mínima diferencia.

Las acciones de Rosa Parks se convirtieron en un parteaguas para la lucha en contra del racismo y aunque desde ese momento la sociedad ha avanzado, aún existen muchos actos de discriminación y racismo que continúan reproduciéndose.