En 1999 la UNESCO declaró que cada 21 de febrero se conmemoraría el Día Internacional de la Lengua Materna, como una fecha para visibilizar y proteger la diversidad cultural y lingüística en el mundo. De acuerdo con la UNESCO, actualmente la diversidad lingüística está en peligro, ya que de las 6,000 lenguas que se hablan en el mundo, el 43% están a punto de morir; así mismo la organización estima que, en promedio, cada dos semanas desaparece una, lo que trae como consecuencia la desaparición de todo un patrimonio cultural e intelectual.

Por otra parte, según la Coordinación General de Educación Intercultural y Bilingüe (CGEIB) de México, el lenguaje no solo es una forma de comunicación, sino que es una “manera de concebir el mundo”, por lo que perder una lengua implica la pérdida de “una forma propia de pensar”.

Las lenguas, con sus complejas implicaciones para la identidad, la comunicación, la integración social, la educación y el desarrollo, tienen una importancia estratégica para las personas y para todo el planeta, sin embargo, debido a los procesos de globalización, cada vez están más amenazadas o desaparecen por completo. Cuando las lenguas se desvanecen, también lo hace el rico tapiz de diversidad cultural del mundo. También se pierden oportunidades, tradiciones, memoria, modalidades únicas de pensamiento y expresión, recursos valiosos para garantizar un futuro mejor, afirmó la UNESCO.

Las sociedades multilingües y multiculturales existen gracias a sus lenguas, que transmiten y preservan de forma sostenible los conocimientos y las culturas tradicionales. Por eso, debemos cuidar de todas las lenguas, resalta Naciones Unidas.

Las lenguas como patrimonio

México es uno de los 10 países con mayor diversidad lingüística en el mundo, pues cuenta con 69 lenguas nacionales, de las cuales 68 son lenguas indígenas; sin embargo, a pesar de la diversidad lingüística que existe, estas lenguas han quedado relegadas al plano doméstico e informal y sus hablantes han sido excluidos de derechos básicos como la educación.

Según Adelfo Regino Montes, director del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas (INPI), de los 25 millones de mexicanos que se identifican como indígenas, poco más de 7 millones son hablantes de una lengua indígena; en 2010 el 6.6% de la población mexicana hablaba una lengua indígena, mientras que en 2020 esta cifra bajo al 6.1%. Esta rápida reducción de hablantes de lenguas indígenas ha llevado a que se tomen medidas para preservarlas y con ello todo el engranaje cultural que viene con ellas.

Es así como se han hecho algunos esfuerzos por mantener y cuidar la diversidad lingüística por medio de la educación. Por su parte, la Secretaría de Educación Pública (SEP) cuenta con la Dirección General de Educación Indígena Intercultural y Bilingüe, que busca “atender las políticas educativas e implementar una práctica integral de educación indígena intercultural”, por medio de una educación paralela a comunidades originarias en nivel educativo inicial, preescolar y primaria.

Sin embargo, la Dra. Anne Julia Köster experta en educación, afirma que el subsistema de educación indígena no cumple con los criterios del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU, que considera que la educación para los pueblos indígenas debe ser:

  • Asequible
  • Accesible
  • Aceptable
  • Adaptable

Educación multilingüe para incluir

De acuerdo con cifras de la UNESCO, en todo el mundo, el 40% de la población no tiene acceso a una educación en una lengua que hable o entienda, debido a ello se han impulsado estrategias como la educación multingüe en donde se busca crear espacios de inclusión, sobre todo en los primeros años de escolaridad.

La promoción de la educación multilingüe, basada en la lengua materna o primera lengua, se trata de un tipo de educación que comienza en la lengua que la alumna o alumno domina mejor y luego se introducen gradualmente otras lenguas. Este planteamiento permite a las alumnas y alumnos cuya lengua materna es diferente de la lengua de instrucción salvar la distancia entre el hogar y la escuela, descubrir el entorno escolar en una lengua familiar y, de este modo, aprender mejor.

El multilingüismo contribuye al desarrollo de sociedades integradoras que permiten la coexistencia y el enriquecimiento mutuo de múltiples culturas, visiones del mundo y sistemas de conocimiento, así mismo la educación multilingüe basada en la lengua materna facilita el acceso y la inclusión en el aprendizaje de los grupos de población que hablan lenguas no dominantes, lenguas de grupos minoritarios y lenguas indígenas, reafirma la UNESCO.