Hace un par de años una guerra estalló en Rusia, cientos de personas fueron detenidas y las protestas para lograr un país democrático fueron apagadas por la fuerza policiaca. De entre las mujeres protestando por la violencia institucional se encontraba la poeta, escritora, activista y una de las fundadoras del movimiento Resistencia Feminista contra la Guerra, Daria Serenko. Fue en 2019 que gracias a las protestas en Rusia cuando Daria decidió escribir un libro para retratar la violencia que viven las mujeres que trabajan en las instituciones del país.

En el libro se muestran distintas historias de mujeres que han sido violentadas por las instituciones rusas, pero las historias no son ajenas a la autora ya que ella misma vivió la violencia institucional durante cuatro años; de acuerdo con su testimonio, Daria trabajó en la galería Peresvétov Pereúlok y en la Biblioteca Nekrásov hasta que fue despedida por su activismo político que estaba dirigido principalmente a defender los derechos de las mujeres y de la comunidad LGBTIQ+.

Pero las acciones institucionales no se limitaron únicamente a despedirla, sino que se creó toda una campaña para acosarla; según el medio Efeminista, en esa época sufrió acoso laboral, amenazas y ciberataques en los que sacaron fotos antiguas de sus redes sociales, compartieron videos de su vida privada o fue acusada de “depravar” a jóvenes por impartirles clases de historia y de defensa de los derechos civiles en Rusia.

Hubo una puesta en marcha toda una campaña de ciberacoso desde el gobierno, directamente hacia mi persona. Es decir, había toda una serie de denuncias organizadas y de personas que fueron contratadas para escribir esas denuncias, para acosarme, afirmó la activista Daria Serenko.

La guerra en rusia
Daria Serenko

Resistencia Feminista contra la Guerra

La guerra en Rusia llegó a destrozar cientos de vida, pero dentro del país también se creó una resistencia de mujeres que estaban dispuestas a visibilizar la violencia institucional; con este impulso Daria, en compañía de otras mujeres, fundaron el movimiento de Resistencia Feminista contra la Guerra para protestar contra la invasión. Debido al impacto que tuvieron el gobierno ruso comenzó a perseguir a las activistas de manera muy violenta.

Daria afirma que por medio de órdenes de allanamiento registraron sus casas, muchas de ellas fueron detenidas de manera violenta y torturadas en las estaciones de policía, esto como un mensaje para otras activistas. Debido a su activismo fue exiliada de Ucrania y a pesar de amar su país afirma que es muy peligroso ser activista dentro de él y al no existir estabilidad el peligro se hace aún más grande.

He hablado con muchos activistas sobre este tema y muchos describen esta sensación de no poder echar raíces en el país en el que has nacido por esta continua sensación de inseguridad en la que vives, comentó Daria Serenko.

Desde su exilio y bajo el contexto de la guerra, las integrantes de Resistencia Feminista contra la Guerra han logrado mantener una comunicación muy estrecha entre quienes se han quedado en Rusia y quienes se han visto forzadas a irse del país.

La Resistencia ha creado redes para ayudar a las personas ucranianas que han sido deportadas, además, han construido redes de propaganda antibélica con una revista casera en la que informan a la ciudadanía sobre cómo evitar ser movilizado o la situación de las mujeres en el contexto de la guerra, con especial énfasis en la violencia de género, afirma Efeminista.

Sobre el futuro del país, dice ya no tener fuerza para sentir esperanza; en cambio, intenta centrarse en su trabajo y no pronosticar: “para mi trabajar es la única forma que sé ahora de existir con dignidad”, afirmó para el mismo portal.

guerra en rusia
Protestas en Rusia ante la guerra.

¿Qué es la violencia institucional?

La violencia institucional es ejercida por agentes del Estado; puede realizarse a través de normas, prácticas institucionales, descuidos y privaciones en detrimento de una persona o grupos de personas, esta se caracteriza por el uso del poder del Estado para causar daño y reforzar los mecanismos establecidos de dominación.

Las y los servidores públicos ejercen violencia institucional cuando:

  • Obstaculizan el acceso a la justicia y a una tutela judicial efectiva.
  • Contravienen la debida diligencia; no asumen la responsabilidad del servicio que tienen encomendado.
  • Incumplen el principio de igualdad ante la ley.
  • No proporcionan un trato digno a las personas y omiten brindar protección a la integridad física, psíquica y social de las mujeres.