Leslie Pérez, se desempeña como fotoperiodista para el medio de comunicación el Heraldo de México, se encontraba realizando un trabajo de reporteo en la calle Guadalupe Victoria de Nezahualcóyotl en el Estado de México, cuando una unidad de policía la abordó repentinamente y comenzó a intimidarla con una presunta detención. 

La unidad identificada con el número V-075 con placas NZV6589 originaria del cuadrante Juárez-Pantitlán, detuvo a la fotoperiodista de manera arbitraria, quien preguntaba porqué intentaban arrestarla, la única respuesta que obtuvo por parte de los cuerpos policiacos fue que en esa zona no se podían tomar fotografías, aunque Leslie Pérez se encontraba en plena vía pública. 

En un acto de criminalización, los elementos municipales hicieron descender de su auto a la fotoperiodista, la colocaron contra el vehículo y la hicieron levantar las manos con el pretexto de que se trataba de una inspección de rutina, no sin antes, exigir que entregara su teléfono celular como "parte del protocolo". 

Posteriormente, la fotoperiodista denuncia que se negó a entregarlo, pues es una pertenencia privada, sin embargo, los elementos policiacos no cedieron ante la negativa de Leslie y le pidieron una identificación oficial. Acto seguido, un policía tomó fotografías de sus documentos y placas. 

La detención arbitraria, sería sólo el principio de una constante intimidación por parte de estos policías, llegando incluso a mostrar su arma en un par de ocasiones, sin embargo, cuando Leslie Pérez cuestionó el motivo por el que lo hacían, los cuerpos policiales sólo dijeron que “la estaban acomodando”. 

Esta es la segunda ocasión en que la fotoperiodista es detenida, en 2021 cuando cubría la marcha del 8 de marzo en conmemoración por el Día de la Mujer, fue encapsulada por elementos de seguridad en compañía de otras mujeres fotoperiodistas; fueron agredidas, golpeadas y esposadas dentro de las instalaciones del metro Hidalgo. 

Amenazas, intimidación y detenciones arbitrarias 

Las mujeres fotoperiodistas en México no sólo sobreviven a la violencia de ejercer, sino que también, sobreviven como mujeres que son acosadas, intimidadas, víctimas de misoginia y hostigadas sexualmente. De acuerdo a información del informe anual "Palabras impunes: Estigmatización y violencia contra mujeres periodistas en México 2019-2022", el 78% de las mujeres que se desempeñan en alguno de los rubros del periodismo señalaron haber vivido campañas de desprestigio, violencia psicológica, sexual e institucional, este informe también recoge los principales tipos de violencia a los que se enfrentan:

  • 8 de cada 10: Amenazas, intimidación, descrédito a su labor
  • 3 de cada 10: Violencia física, especialmente, por parte de cuerpos policiales, detenciones arbitrarias, allanamiento de su material de trabajo, desapariciones o extorsiones
  • 6 de cada 10: Violencia  patrimonial
  • 4 de cada 10: Violencia económica, cuando el mismo medio las despide sin motivo aparente
  • 3 de cada 10: Violencia sexual, hostigamiento, violación a su vida íntima, insinuaciones de índole sexual y acoso. 

“Además de las agresiones, las mujeres deben enfrentar la invisibilización y aceptación social de la violencia que se ejerce en su contra, así como la pervivencia de estigmas, estereotipos y miedos, que, entre otras causas, impiden su acceso efectivo a la justicia y a los medios de protección” (El enfoque de género en la protección a defensoras de derechos humanos: Las experiencias de México y Honduras)

En un país donde la violencia de género, el abuso de autoridad y el acoso a periodistas es preponderante, es inadmisible que continúen aconteciendo situaciones que vulneren los derechos humanos fundamentales de quien ejerce. El periodismo es una profesión que demanda contar historias y realidades, sin embargo, la libertad de expresión se ha convertido en México en un acto que llena de temor; las mujeres fotoperiodistas son resilencia.