El muralismo se convirtió en una parte fundamental de la historia, pero cuando se habla del talento que protagonizó el movimiento sólo hemos escuchado nombres de hombres gracias al sistema patriarcal en el que se invisibiliza a las mujeres por el simple hecho de serlo. Esta invisibilización se ha dado por muchos años, pero cada vez hay más mujeres rescatando de las sombras el talento de las artistas que también han protagonizado la historia del mundo, por lo que aquí te contamos de cinco muralistas latinoamericanas que merecen ser reconocidas en este sistema patriarcal.

Rina Lazo

Rina Lazo Wasem, nace en la Ciudad de Guatemala en 1923, de su madre y su abuelo materno hereda el gusto por la pintura. Rina, desde pequeña estuvo en contacto con las artes, tomó clases particulares de dibujo y música.

El 30 de octubre del 2019, la pintora guatemalteca Rina Lazo anunció en la celebración de su cumpleaños número 96 que, tras 10 años de trabajo, por fin había concluido el mural Xibalbá, el inframundo de los mayas; sólo un par de días después, el 1 de noviembre tendríamos sin haber podido ver su obra en su totalidad ya que, al momento de finalizar, los andamios que requirió para pintar la parte superior, cubrían más de la mitad del mural.

El lienzo que mide 2,70 metros de alto por 5 metros de ancho se ha convertido en una de las obras más importantes en México debido a que es el primer mural realizado por una mujer que se exhibe en el Museo del Palacio de Bellas Artes. Rina plasmó muchos elementos de la cosmología maya y no dudó ni un momento en subir a los andamios más altos para pintar los detalles más importantes del mural.

El mural está lleno de referencias al Popol Vuh , el libro sagrado de los mayas, así como a diferentes piezas artísticas de esa misma cultura, con la que Rina estuvo estuvo ligada desde su infancia. Esta obra hace un recorrido no solo por el inframundo, sino por toda la cosmología del mundo maya antiguo, organizada en tres planos: el cielo, la tierra y el inframundo. Para realizarla, además de dedicar prolongados periodos de tiempo al estudio, la artista viajó a las grutas de La Candelaria, en la zona central de Guatemala, para estudiarlas y poder representarlas a la perfección en el lienzo.

Mural de Rina Lazo
Xibalbá

Aurora Reyes

Aurora Reyes fue una mujer crítica y sensible a las injusticias de su tiempo. Esta inconformidad y rebeldía quedó plasmada en su obra pictórica y escrita. A la par, siendo amiga de Diego Rivera y Frida Kahlo, se adentró en el movimiento muralista, convirtiéndose así en la primera mujer muralista mexicana, afirma el portal México Desconocido.

Hasta ahora se sabe que Aurora Reyes dio vida a siete murales. Todos ellos se encuentran en la Ciudad de México. Entre ellos podemos destacar el del Primer encuentro, ubicado en la Sala de los Cabildos en Coyoacán. No obstante, pese a que Aurora fue la primera mujer en crear murales, también cultivó otras artes como la poesía y la enseñanza.

Dentro de los poemarios que creó Aurora podemos destacar el de Hombre de Mexico. En este nuestra autora hacía una denuncia en contra del sometimiento al que eran condenadas las mujeres por los hombres y la sociedad en general.

María Izquierdo

Nacida en San Juan de los Lagos, Jalisco, María Izquierdo se casó con un militar siendo muy joven. Con dos pequeños hijos, se separó de su marido y se mudó a la ciudad de México en una época en que era muy osado para una mujer divorciada el vivir sola y ser pintora. Ingresó a la Escuela Nacional de Bellas Artes donde estudió bajo la tutela del pintor Germán Gedovius.

Tuvo su primera exposición individual en la ciudad de México en 1929, y poco después mostró su trabajo en el Arts Center de Nueva York. En este mismo año, Izquierdo se involucró sentimentalmente con Rufino Tamayo, y durante cuatro años fueron compañeros y compartieron estudio. Las obras producidas por ambos a finales de los veinte y comienzos de los treinta presentaban varias correspondencias e influencias mutuas estilísticamente.

Representaron temas semejantes incluyendo naturalezas muertas, retratos y desnudos. Sus paletas eran también similares. Tamayo compartió con Izquierdo sus conocimientos, enseñándole la técnica de la acuarela. En 1936 adoptó algunos principios del surrealismo, debido a su amistad con el poeta Antonin Artaud, que visitaba México en ese tiempo.

Definió su trayectoria bajo la influencia de las ideas de vanguardia como de diversas manifestaciones de la cultura popular. Como mujer artista sufrió por el monopolio de los muralistas Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros, quienes bloquearon sus esfuerzos por pintar murales en la ciudad de México. Murió de una embolia en 1955, afirma el portal Colección Blaisen.

Lilia Carrillo

Lilia Carrillo (Ciudad de México, 1930-1974) tuvo una corta carrera como artista debido a su prematura muerte, pero su práctica constituye un legado clave para el arte moderno en México. Fue la única mujer en pertenecer a la llamada Generación de la Ruptura por su oposición al arte institucionalizado de la Escuela Mexicana de Pintura.

A finales de 1950, su obra figurativa y con tintes surrealistas transitó hacia la abstracción por influencia de las vanguardias europeas. Su obra, sin embargo, se inclinó hacia el lirismo plástico más que al discurso existencialista. La crítica de arte Margarita Nelken y, posteriormente, Juan García Ponce definieron la pintura de Carrillo como “abstracción lírica” por la cual se le considera precursora del informalismo en México, el cual hace de la materia una herramienta para representar expresiones poéticas y gestuales, explica el Museo Amparo.

Maris Bustamante

Maris es reconocida como una de las pioneras del arte conceptual y del feminismo desde la práctica artística en México. Entre 1977 y 1983 fue integrante fundacional del colectivo artístico No-Grupo, junto a Melquiades Herrera, Alfredo Núñez y Rubén Valencia (quien también fue su compañero y padre de sus dos hijas). Desde la colectividad, el No-Grupo buscó distinguirse del ánimo estético que prevalecía entonces e introdujo el humor como herramienta de transformación y señalamiento. El grupo defendía el uso del cuerpo como vehículo de enunciación a través del arte acción (o los Montajes de momentos plásticos, como los llamaban) y recurrir a una crítica ácida al sistema artístico que entonces, relegaba su producción frente a otras, afirma Brillantinas MUAC.