Daphnia Ricalde llega a la redacción de La Cadera de Eva en modo divina, en medio de un calorón inesperado de primeros de diciembre, con un vestido veraniego, chamarrita de mezclilla y un fleco naranja fosfo fosfo que enmarca perfecto el delineado impecable de sus ojos. Es difícil imaginarse a esta mujer, que exuda confianza y carisma, muerta de miedo por entrar a una consulta médica donde, sabe, la van a juzgar por su peso. Pero así es, porque Daphnia es, además de directora de arte en la ONG cruces x rosas, la persona detrás de La Cuerpa, la cuenta en redes sociales que busca impulsar la liberación corporal, inspirar y romper tabúes a través de contenido en el que se mete de lleno a hablar de gordofobia, violencia estética, amor propio, aceptación y placer.

¿Cómo nace La Cuerpa?

“Empezó principalmente por el hartazgo”

Daphnia nos explica que, en marzo de 2020, cuando nos llegó el maremoto de la pandemia por Covid-19, ella ya llevaba tiempo en el activismo feminista y ya conocía el movimiento bodypositive.

“Lo había conocido nada más como como muy individual, algo que me ayudara a mí misma, algo que ayudara corporalmente y tratar de entender que realmente hay muchos cambios que puedo vivir corporalmente y principalmente el cómo, bajo el ojo de un sistema tan opresor, cuántas cosas no nos hacemos, cuántas cosas no queremos cambiarnos, moldearnos, quitarnos, ponernos y sin necesidad de quererlo a veces.”

Daphnia Ricalde, divina

“Está muy bien que quieras cambiar tu cuerpa a como tú quieras” aclara, “pero si lo estás haciendo por una imposición, es ahí donde yo dije: no me está gustando”.

Al empezar la pandemia, Daphia – como muchas de nosotras, aceptémoslo – se dejó de depilar, dejó de usar bra, dejó de hacer muchas cosas que, en sus propias palabras, la lastimaban y que hacía por imposición. Pero durante la pandemia, pasó mucho tiempo consigo misma y con el boom de tiktok, de las redes sociales, quiso crear algo que impactara, que incomodara, porque eso es una de las cosas que aprendió al momento de empezar en el activismo, que tiene incomodar para que funcione.

“Porque si no, no era bonita; si no, no era aceptable; si no, no era deseable.” 

“A mí no me funciona que sea un discurso que me lo diga una marca de ropa hegemónica si suena a un discurso que te lo puede decir incluso cualquier diputado, si no me está incomodando, simplemente me quiere atraer, comprar y callarme”, ironiza Daphnia, sin querer confesar qué diputado la ha querido atraer, comprar y callar.

Del miedo a La Cuerpa

En la noche del 20 de agosto de 2020, Daphnia se armó de valor, abrió Instagram, hizo la cuenta, y le puso @_lacuerpa, porque en ese momento también estaba practicando la feminización del lenguaje, el apoderamiento del lenguaje hacia las mujeres, a todas las mujeres y todas las personas que se identifican como mujeres. “El decir la cuerpa, para mí era eso, re-apropiarnos de todas nosotras. Por eso le puse La Cuerpa, porque sé que es algo que voy a incendiar. Me gusta la feminización del lenguaje”.

Así como existe el leguaje para las personas no binarias, el lenguaje LGBTIQ+, toda esta parte de la inclusión, claro que podemos hacerlo también en femenino.

“Así es como surgió La Cuerpa, empezó desde el hartazgo, desde el querer incomodar, desde el querer generar algo que impacte y sobre todo por crear un espacio que a mí me hubiera gustado leer, que a mí me hubiera gustado que me acompañara, y simplemente así creció el espacio de La Cuerpa”.

Verse a una misma desde el activismo gorde

Daphnia verbaliza sin dudar la presión social por ser delgada, para encajar en un modelo que nos valide diciéndonos “ella es la ideal, ella es la bonita y es la deseable”, y reconociendo que muchas buscamos encajar ahí, porque nos trae recompensas.

La primera persona a la que le empecé a decir gorda de un modo neutral -porque es un adjetivo como decir flaca, como decir alta, un adjetivo calificativo, descriptivo- fue a mí, yo fui a la primera persona que empecé a llamar gorda, que empecé a identificar como gorda.

Daphnia nos explica que no se atrevía a referirse a otra persona como gorda, porque aún tenía muy enraizado la idea de que “decir gorda es malo, es un insulto, es algo feo, es algo no aceptado”.

De acuerdo con el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (COPRED), la gordofobia es un fenómeno sociocultural, económico y político, que está cargado de prejuicios valorativos, incitadores de odio contra los cuerpos que no entran dentro de los cánones corporales normativos. La gordofobia atenta contra la salud mental, pues las personas que no cumplen con el cuerpo perfecto marcado por la era de la delgadez y el fitness, sufren discriminación en todos los espacios, generando odio contra sí mismas y contra su cuerpo.

A partir de este proceso, Daphnia empezó a identificar el activismo gorde con otras compas, con quienes se ha podido unir gracias a La Cuerpa, con quienes ha podido identificarse, hacer amistad, hacer amigas, hacer amigues, hacer una comunidad gorda, crear lo que le llama gordoridad que es esa unión y esa comunidad.

“Ser activista de lo que sea es súper cansado. Ahora imagínate ser activista que tiene un cuerpo no normativo, que todo el tiempo te están diciendo no tienes que ser gorda, por qué eres gorda; pero me cambió la vida 100% y me queda claro que no sería lo que soy hoy, incluso lo que se ve ahorita, el usar vestido, el mostrar así mis piernas, el poder tener así el cabello, el poder traer esta ropa”

Body-positive, body-neutrality y amor propio. La romantización de la lucha

Entrando de lleno en lo que significa resignificar su cuerpa, Daphnia acepta que muchas veces no le gusta su cuerpo. Su tarea, dice, no es aceptarse todos los días, ni amarse todos los días, sino respetarse. “En el momento en que empecé a identificar eso, dije ok, esta es la cuerpa que tengo y ni modo. Sí podría cambiarla, claro que se puede. ¿Quiero? No. Ahí fue cuando dije simplemente no quiero cambiarla, simplemente soy esto”.

“Si a la gente le incomoda, lo siento mucho. Yo tengo la panza, tú tienes el complejo”

No hay que generar este positivismo tóxico, insiste. No romantizar las cosas porque se cae en romantizar todo un movimiento de lucha que viene desde los sesenta.

A Daphnia le gusta decir que el amor propio no lo es todo ni lo puede todo. “Porque hay que ser realistas, del amor no se vive, es precioso, es maravilloso, es divino, pero no se vive de eso”. Insiste en que junto al body positive, muchas influencers se apropian del movimiento sin entender de dónde vienen esas disidencias.

Daphnia, se identifica como parte de una disidencia; “soy mujer, soy mujer bisexual, pero soy blanca y sé que tengo ese privilegio. Soy muy consciente de los privilegios que puedo tener, y ser consciente es parte de escuchar: yo no formo parte de cierta disidencia, no me voy a ir a meter a esa lucha, lo que voy a hacer es escucharte. ¿Qué necesitas y qué puedo hacer yo? Quedarme sentada, callada y que tú, tú, tú vayas dirigiendo esa lucha”

Ser gorde y tener TCAs

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) representan el mayor problema de salud en el mundo. Los TCAs son un conjunto de trastornos caracterizados por una conducta alterada en la ingesta de alimentos y comportamiento obsesivos.

Hay veces que ni siquiera te das cuenta de que tienes un TCA, nos dice Daphnia, hasta que llegas con una nutrióloga que es especialista en el tema y te diagnostica y se vive con mucha culpa.

La cultura de la dieta nos afecta a todas y todos

“Yo creo que ese es el sentimiento principal que puede tener una persona con TCA, porque llega un momento en que a veces crees que está sanando y a veces llega otros momentos donde te das cuenta de que no ha sanado nada o que es muy difícil sanarlo”

La última Encuesta Nacional de Salud y Nutrición llevada a cabo por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, Inegi, presentó un escenario desolador, con casi medio millón de casos de TCA detectados. El encierro y la pandemia de Covid-19 empeoraron la situación.

Si bien la cultura de la dieta no es la razón por la que existen los trastornos de la conducta alimentaria, sí es uno de los mayores detonadores. Daphnia ahonda en esto, recordándonos que la cultura de la dieta nos impide relacionarnos sin culpa con la comida, y es necesario desaprender lo que nos han dicho siempre y desde muy pequeñas.

El problema no es únicamente en México. Recientemente, en Chile, un estudio nutricional detectó que las niñas de seis y siete años relacionaban el realizar deporte con “no ser gorda”, antes que con mantener una vida sana.  

Para Daphnia, como para muchas de nosotras, es doloroso recordar que, desde muy pequeña, doce años más o menos, comenzó a recibir comentarios más violentos sobre su cuerpo y a hacer dieta. Insiste en que la cultura de la dieta y la gordofobia interiorizada afecta a todas las personas “claro que las personas delgadas tienen TCAs, por supuesto, las personas gordas también, cualquier persona puede generar un TCA y puede incluso no saberlo, puede estar sufriendo, puede estarlo padeciendo”

Las personas gordas también gozamos

"Si estoy delgada, depilada, pulcra, voy a ser sexualmente deseada, incluso hasta por mí. Si me veo así, completamente impecable voy a ser el boom, la sex bomb”

Daphnia recuerda entre risas nerviosas que antes cuidaba esos detalles, sumiendo la panza, que se viera nada, el típico "no prendas la luz, no quiero que me veas". Cuando empieza a deconstruir toda esta parte, Daphnia nos cuenta que comenzó a explorar su sexualidad todavía más y uno de los primeros shootings que hace, ya siendo La Cuerpa es en lencería.  

“Al momento en que me hacen ese shooting y yo ya al haber explorado, viendo mi cuerpa, empezar a comprar lencería, seguía siendo un poquito difícil el verme ya súper sexy, con mi panza, con mis muslos, con mis nalgas, con los senos…Fue un shock muy complejo”.

“Así es mi cuerpa y así hay que gozarla y al que le guste y si o, ni modo”

Las personas gordas somos merecedoras de placer, dice Daphnia. Ya sea individual, sea en colectivo, o sea con otra persona, pero 100% somos merecedoras de ese placer porque por mucho tiempo nos estuvieron negando. A cualquier persona gorda, y si eres de la comunidad LGBTQ, más ¿Eres lesbiana y gorda? Olvídalo. ¿Eres bisexual y gorda? No.

No nacimos para ser bonitas, no le debemos belleza a nadie

Nuestra tarea en la vida no es ser bonita, concluye esta activista que ha realizado campañas seguidas por miles de personas, “no le debemos delgadez ni salud a nadie, porque, aunque sea una cuerpa gorda y soy una cuerpa gorda enferma, esa no es una razón para que no me respetes”.

Es sentirnos libres y dignas con nuestra cuerpa, y no pasa nada si no te aceptas todos los días, siempre y cuando empieces a tener compasión y respeto y honramiento por ti.

Puedes ver la entrevista completa en nuestro canal de youtube: