Luna lleva poco más de 10 años sobrellevando la depresión, fue diagnosticada hace seis años y desde hace cuatro años toma medicamento psiquiátrico para intentar equilibrar los químicos cerebrales que, por diversas situaciones, se han desregulado. Si bien lleva bajo tratamiento psicológico casi siete años, no fue hasta que tuvo un intento de suicidio que decidieron acompañar la terapia con tratamiento psiquiátrico.

En México, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), 34.8 millones de personas han experimentado algún episodio depresivo en sus vidas (20.37% mujeres y 14. 48 % hombres) y, de acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente 300 millones de personas en el mundo padecen ese trastorno, así mismo, de los porcentajes registrados de personas con depresión, solo 1.63% toma antidepresivos.

Por su parte, la OMS define a la depresión como un trastorno común de salud mental caracterizado por una tristeza persistente y falta de interés o placer en actividades que previamente eran gratificantes y placenteras. Además, puede alterar el sueño y el apetito, y es frecuente que síntomas como el cansancio y falta de concentración acompañen el trastorno.

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La depresión se ha convertido en una causa importante de discapacidad a nivel global y presenta altos porcentajes de fallecimientos a causa del suicidio, a pesar de que existen muchas personas en el mundo que están diagnosticadas con algún tipo de depresión, aún hay muchos estigmas y una gran falta de apoyo para quienes la padecen, lo que impide que puedan acceder al tratamiento adecuado, incluso socialmente existe una desvalorización a todo lo que tiene que ver con las manifestaciones del estado de ánimo, lo que también afecta a las infancias y adolescencias en quienes se observan altos niveles de depresión que se asocian a la falta de condiciones de cohesión dentro de la familia y el entorno, afirma Gerardo Mora Gutiérrez, académico de la Facultad de Psicología en la UNAM.

Cuando empecé a sentirme triste, nadie me creía […] mi papá me decía que era una floja porque no me quería levantar de la cama, que tenía que rezar para que dios me ayudara a sentirme mejor y que le echara ganas para dejar de estar así, recuerda Luna en entrevista para La Cadera de Eva.

Debido a la gran cantidad de estigmas que existen en torno a la salud mental y en particular sobre la depresión, la Federación Mundial de Psiquiatría (WPA, por sus siglas en inglés) decidió en 1992 que el 13 de enero se conmemoraría el Día Mundial de Lucha contra la Depresión en donde cada año se busca recordar a las personas que padecen depresión y sensibilizar a la población en general sobre este trastorno.

De acuerdo con UC San Diego Health, la depresión puede producirse debido al desbalance de los neurotransmisores: dos de los principales neurotransmisores relacionados con la depresión son la norepinefrina y la serotonina, debido a que el cerebro no los segrega naturalmente, es necesario el uso de medicamentos antidepresivos para ayudarles a balancearse y con ayuda de terapia psicológica se pueden modificar los niveles de estos neurotransmisores y así es posible controlar los síntomas de la depresión.

Este desbalance químico es uno de los factores que debe tomarse en cuenta cuando se trata de pedir que le “echen ganas” para lograr salir de un episodio depresivo ya que no es cuestión de actitud, se trata de un trastorno que desequilibra la química cerebral y no se corrige “echándole ganas”.

Yo creo que la depresión se siente como un hueco frío y oscuro del que no puedes salir, la desesperanza que siento cuando llegan mis periodos depresivos es enorme, realmente no me puedo parar de la cama, no puedo dejar de llorar y quiero estar sola […] se siente como si nunca se fuera a terminar y realmente me quiero morir, afirma Luna.

Los síntomas de la depresión

Según el último manual de trastornos mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría, existen diferentes trastornos depresivos:

  • Trastorno de desregulación destructiva del estado de ánimo. Son personas que tienen estados de cólera que se deben producir al menos tres veces a la semana durante al menos un año.
  • Trastorno de depresión mayor. Es el más conocido de todos. Estas personas tienen al menos cinco de los siguientes síntomas: estado de ánimo deprimido, no tener interés por hacer actividades, pérdida de peso, problemas para dormir o exceso de sueño, agitación motora, fatiga o pérdida de energía, problemas para concentrarse, sentimientos de que son inútiles, pensamientos sobre la muerte, etc.
  • Trastorno depresivo persistente o distimia. Es similar al anterior, aunque los expertos dicen que reviste menos gravedad. Se deben producir dos de los siguientes síntomas: poco apetito o demasiado apetito, problemas para dormir o exceso de sueño, poca energía, baja autoestima, problemas de concentración o sentimientos de que todo va a ir mal.
  • Trastorno depresivo debido a otras causas. Algunas veces, cuando se consumen drogas o determinados fármacos, también se puede producir un trastorno depresivo debido al consumo de sustancias.

De acuerdo con el sitio MedlinePlus, algunos de los síntomas más comunes de la depresión incluyen:

  • Estado de ánimo irritable o bajo la mayoría de las veces.
  • Dificultad para conciliar el sueño o exceso de sueño.
  • Cambio grande en el apetito, a menudo con aumento o pérdida de peso.
  • Cansancio y falta de energía.
  • Sentimientos de inutilidad, odio a sí mismo y culpa.
  • Dificultad para concentrarse.
  • Movimientos lentos o rápidos.
  • Inactividad y retraimiento de las actividades usuales.
  • Sentimientos de desesperanza o abandono.
  • Pensamientos repetitivos de muerte o suicidio.
  • Pérdida de placer en actividades que suelen hacerlo feliz, incluso la actividad sexual.

Uno de las repercusiones más graves que trae la depresión es el suicidio ya que en un 50% de la población con intentos de suicidio, se presentaron causas como trastornos psicóticos, ataque de pánico, ruptura de la pareja, la muerte de un ser querido, una enfermedad crónica terminal, o más recientemente, la pérdida de estatus económico o del empleo por la pandemia de COVID-19, afirma la doctora Laura Barrientos Nicolás, médica psiquiatra y académica de la Facultad de Medicina de la UNAM.

Yo intenté suicidarme y aunque no me guste decirlo hay días en los que me siento así, mi psicóloga me explicó que volver a equilibrar los químicos es un proceso muy lento y ahora sé que tener recaídas está bien y me siento orgullosa de que a pesar de sentirlas, puedo salir de ellas y controlar mis impulsos […] no sé si es por el medicamento que tomo o porque llevo muchos años en terapia, pero se me hace muy importante saber que tengo más herramientas para sobrellevarlo, comenta Luna durante la entrevista.

La depresión y el trabajo

Luna ha logrado llevar una vida tranquila con ayuda de los medicamentos y la terapia, pero cuando llegan los periodos depresivos uno de los ámbitos que se ven más afectados en su vida es el trabajo ya que la mayoría de las empresas no toman en cuenta los trastornos como una razón válida para tomar un día de descanso.

En México, dos de cada diez mujeres y uno de cada diez hombres en edad de trabajar padecen depresión, esto implica que en promedio afecta al 15.1% de la población adulta del país, de acuerdo con la última Encuesta Nacional de Bienestar Autorreportado (Enbiare) del Inegi.

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Por otra parte, en 2021 se suicidaron 8,433 personas en México mientras que en 1990 se reportaron 1,941 fallecimientos por suicidio, de esta manera, la cifra se ha cuadruplicado en tres décadas, afirma el Inegi. El grupo con mayor riesgo de fallecimiento por suicidio es el de hombres de entre 15 y 29 años, con una tasa de 16.2 decesos por cada 100,000 hombres entre estas edades. Personas que, bajo la valoración del sistema económico, deberían ser productivas.

Trabajar con depresión implica un gran esfuerzo para quienes lo están viviendo ya que además de cumplir los objetivos laborales de la empresa, mantener su rendimiento y concentrarse en las actividades, muchas veces deben fingir que no les ocurre nada debido a la poca empatía que existe en las empresas.

Ahora tengo 24 años y por suerte conseguí mi primer trabajo, pero ha sido muy difícil mantenerlo cuando me vienen los bajones porque mi jefa piensa que le estoy mintiendo y no me dejan faltar […] creo que hace falta tomar la salud mental en serio y no nada más aplica para quienes tenemos algún trastorno, sino también para los que no entienden que es incapacitante, expresa Luna durante la entrevista.

De acuerdo con la OMS, los lugares de trabajo pueden ser un riesgo para la salud mental, es por ello que se convierte en obligación de los empleadores y los gobiernos crear oportunidades laborales para las personas con trastornos, así como promover y proteger la salud mental de todos los trabajadores y trabajadoras.

Así mismo, es urgente que los centros de trabajo se informen sobre los trastornos como la depresión para así entender a quienes la padecen y saber que esto les impide rendir de manera adecuada en los empleos, sólo así podrán crearse entornos seguros y empáticos en donde las personas que padecen depresión o algún otro trastorno puedan validar sus permisos médicos y tomarse el tiempo necesario dentro de la incapacidad.

Hoy y siempre es urgente y necesario hablar sobre la salud mental; no estás sola.