Luis Castillejo, mejor conociendo en las redes sociales como “El Temach” es un tiktoker y youtuber que se encarga de dar “consejos” a los hombres, de cómo relacionarse con mujeres.  El tema principal de su discurso es el "Modo Guerra", que busca “empoderar” a los hombres enseñándoles cómo posicionarse respecto al rechazo de las mujeres, crear hábitos y a calificar a las mujeres con base en sus experiencias sexuales y de vida.

Esto ha generado críticas por promover estereotipos y actitudes negativas hacia las mujeres, llegando incluso a caer en el machismo y la misoginia, por lo que ha sido cancelado en varias ocasiones. A pesar de las polémicas y la efervescencia en los movimientos que defienden los derechos, la libertad y equidad hacia las mujeres discursos como los de El Temach siguen siendo visibles y sumando seguidores, tan sólo en 2023 tuvo más de 2 millones de reproducciones en Spotify.

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Foto: Spotify México

Términos como "mujeres de alto valor" son frases que utilizan algunos hombres para referirse a las mujeres que, de acuerdo con ellos, son dignas de tener una relación debido a que han logrado mantener su estatus social al encontrarse alejadas del feminismo; los hombres que clasifican a las mujeres de esta forma son pertenecientes a una "filosofía" llamada 'red pill', que sólo es otra forma de nombrar la violencia machista que se encuentra arraigada en la sociedad.

En esta nueva corriente supuestamente filosófica que los hombres han bautizado como ‘red pill’ (píldora roja, como en Matrix), los incels (abreviatura de la expresión "célibes involuntarios") afirman que “han despertado” de la realidad que el feminismo busca “imponer” y con discursos cargados de machismo y misoginia, dicen estar en contra de las mujeres feministas ya que, según ellos, “las feministas afirman que quieren igualdad, pero lo que realmente quieren es tener derechos sin tener responsabilidad. Desean tener tanto a los privilegios masculinos como a los femeninos, alterando así el equilibrio entre géneros”.

Manifiesto Red Pill

En su “filosofía” hablan de una "red pill" con la cual dicen abrir los ojos ante la realidad, dejan de estar hipnotizados por las mujeres y se definen como víctimas. También la pastilla azul (viven en un mundo engañado por las mujeres), o pastilla negra (no hay remedio ante ese mal y serán vírgenes para siempre). También tienen su categoría de hombres, desde omega, gamma, delta, beta, alfa y sigma, un superhombre, afirma el portal Público.

Manifiesto ‘red pill

Esas asociaciones de hombres que dicen estar afectados por la ley de violencia de género, los que acuden con carteles a las marchas y las llaman "feminazis", se hacen pasar por víctimas cuando no lo son y con los incels o los machistas en general, ocurre lo mismo. Han aprendido ese mensaje como educación, no está en su biología ni tienen una enfermedad mental, afirma el portal Público.

Este movimiento se ha solidificado a tal punto de que las redes sociales como Facebook se encuentran plagadas de grupos que difunden la ideología y donde continúan debatiendo y “nutriéndose” de las nuevas ideas machistas de otros hombres; así mismo se ha creado el “manifiesto de la red pill” donde se explican los detalles de las creencias y justifican el machismo y misoginia que los incels consideran como algo “natural”.

Manifiesto Red Pill

Masculinidades alternativas

Debido al alcance de las redes sociales, esta “filosofía” sumamente machista ha crecido en los últimos años y ahora son cada vez más hombres que adoptan esta posición para justificar su odio hacia el feminismo y hacia las mujeres mismas. Y de acuerdo con distintas activistas feministas, este comportamiento puede dañar a los adolescentes que se encuentran formando sus ideales con base en lo que ven en Internet, por lo que quedan expuestos a adoptar este machismo como algo normal.

La masculinidad alternativa a la tradicional se construye desde otras nociones sobre lo que implica ser varón y ser padre. Al respecto, Óscar Godínez señala que, para erradicar los mandatos de género, es fundamental la renuncia del poder y la dominación masculina. Los temas de género se habían considerado como un tema que era único y exclusivo de las mujeres. Por esa razón, los hombres están distanciados de estas temáticas; hay una resistencia cultural, la cual sostiene que a los hombres no les interesan estos temas porque “no les compete, no nos toca y es un asunto que deberían de arreglarlo las mujeres, pero no es así”, señala Óscar Godínez.

En su artículo “La otra cara de la moneda y los peligros de los nuevos gurús para ‘hombres’”, Abel Ramírez Guerrero, sociólogo por la Universidad Central del Ecuador, menciona que este comportamiento se debe a que:

  • Consciente o inconscientemente los hombres, en todos los estratos sociales, saben que las mujeres tuvieron menos espacios de acción y verse en ese lugar (de exclusión) les aterra
  • A los hombres les asusta perder la capacidad y el rol de proveedores de economía, de fertilidad y de cuidados que son, en esencia, parte fundamental de lo que significa ser hombres (identidad)
  • Repensarse requiere de un ejercicio diario y constante que implica cuestionarse cada comportamiento y palabra

“No queremos conciliar, relacionarnos de manera saludable. Queremos demostrar, sin importar cómo, que seguimos siendo hombres. Esos de siempre, los que “conquistan”, los que no sienten, los que demuestran que los hombres son/somos mucho más útiles y capaces que las mujeres”, (Abel Ramírez Guerrero)

Al respecto, Ramírez señala que el contenido que difunden influencers como el Temach proponen que “los hombres deben blindarse hasta el punto de “recuperar” esa masculinidad (violenta y hegemónica) que las mujeres y los feminismos paulatinamente les arrebatan”. En ese escenario, el sociólogo identifica que el crecimiento en redes sociales de este contenido refleja que no se comprende que las masculinidades y la no-violencia no tienen nada que ver con ser sumisos, sino con una forma distinta de relacionarnos con las demás personas.

“Mucho se habla de los hombres y las muertes en las guerras, en los trabajos y de los suicidios, pero no logramos comprender que estas cifran podrían reducir drásticamente si empezamos a trabajar en nosotros mismos, en nuestros sentires, en nuestras culpas o traumas. Mucho se haría si dejamos de competir entre nosotros y dejamos de lado esa urgencia de ser eternamente proveedores” (Abel Ramírez Guerrero)

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