El medio Animal Político respondió a las denuncias contra Arturo Ángel, quien era jefe de información. En su carta, el medio señala que está comprometido con los derechos humanos y trabaja todos los días y contar con un espacio libre de violencia de género, por lo que anunció su destitución.

En el comunicado se confirma que la decisión se tomó en asesoría con un comité externo de mujeres feministas, académicas y especialistas, a quienes se convocó semanas atrás.

El periodista Arturo Ángel publicó  el 30 de septiembre su cuenta de Twitter una disculpa sobre las acusaciones en su contra y dijo aceptar sus errores.

¿De qué fue la denuncia?

La usuaria de Twitter @unadiana ha denunciado por medio de esta plataforma vivir acoso dentro de un medio de comunicación y aunque dentro de la publicación no mencionó cuál era el medio donde había sucedido esto, otros usuarios, que al parecer conocen el caso de cerca, afirman que se trata de Arturo Ángel, periodista colaborador de la plataforma Animal Político.

Las respuestas de distintas usuarias sumaron más casos de acoso por parte del periodista, así lo afirma Yuri Ávila (@yag1310) quien afirma que realizó una denuncia interna en el año 2017 debido a que Arturo Ángel la acosó. En respuesta a este tweet, la usuaria Itxaro (@iartetam) realizó un hilo contando su experiencia de acoso.

Itxaro cuenta que después de una reunión virtual Arturo Ángel le mandó un mensaje hablando sobre la blusa que ella llevaba ese día, Itxaro afirma que ese comentario no solicitado la incomodó debido a que ni siquiera tenían la confianza suficiente como para externar algo así.

Ella sabía que Arturo Ángel ya tenía una denuncia interna por acoso y al indagar más entre las periodistas que trabajaban en la redacción de Animal Político, se dio cuenta de que cada una de ellas había sido acosada por él, incluso se “echaban volados” para ver quién de ellas hablaba con él cuando era necesario sacar alguna nota, ¿la solución de los ejecutivos? Poner a un hombre como intermediario de comunicación.

Muchas usuarias se han posicionado ante esta denuncia y exigen trabajos dignos donde el acoso no sea normalizado y, cuando suceda, se tomen las medidas legales necesarias para castigar al culpable.

Acoso laboral

De acuerdo con la Dra. Erika Villavicencio-Ayub, investigadora y consultora de organizaciones y coordinadora de Psicología Organizacional de la UNAM, la violencia hacia la mujer también tiene manifestaciones en el ámbito organizacional, conocida como acoso laboral o mobbing, término que hace referencia a la violencia psicológica de forma sistemática y por tiempo prolongado en el lugar de trabajo, cuya finalidad es afectar a la víctima en su desempeño, relación con los otros, reputación, generarle estrés, dificultar las actividades diarias, agotarlo mentalmente para lograr que renuncie. Este fenómeno se puede presentar tanto en mujeres como en hombres, sin embargo, al ser una columna hecha para la mujer, me centraré únicamente en el acoso que reciben éstas en empresas.

El mobbing se manifiesta con diversas conductas como maltrato verbal, aislamiento, calumnias y rumores, esconderle cosas, no convocarla a juntas, bloquearle la comunicación, ataques a la vida privada, ridiculizarla, desacreditarla en su trabajo, quitarle responsabilidades, asignarle tareas rutinarias, ignorarla, incluso violencia física. Para sensibilizarnos de la magnitud de este riesgo psicosocial, según cifras actuales de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) el 26% de las mujeres que trabajan sufren algún tipo de violencia laboral principalmente de tipo sexual o discriminatorio. Encontrando mayor incidencia en las trabajadoras que son madres solteras y se ven obligadas a “tolerar” estas conductas por la necesidad de llevar el sustento a su casa.  Tan solo el primer trimestre del 2019, 10 mil mujeres abandonaron su empleo por motivos de acoso laboral según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), afirma la Dr. Villavicencio.

La consecuencia de estar sometida a este factor de riesgo puede manifestarse de diversas formas en la trabajadora. Uno de los efectos más comunes es el estrés tanto de carácter emocional como físico, que se refleja en agotamiento, malestares físicos tales como dolores de piernas, de cabeza y problemas gastrointestinales como gastritis y colitis, trastorno de ansiedad generalizada, depresión, síndrome de estrés postraumático, trastornos de somatización, como migrañas, cansancio, adicciones, pérdida de la capacidad de concentración, ganas constantes de llorar, trastornos de sueño, sentimientos de inseguridad, entre otros, finaliza la Dr. Erika.

APVB