Es importante desmitificar las creencias sobre lo que se piensa que son las personas bisexuales, pues aún existen ideas que pueden ser discriminatorias y estigmatizantes sobre la orientación sexual. Cuando una mujer se reconoce bisexual suele pensarse que es promiscua o se le hipersexualiza, es decir, se cree que sólo son objetos para consumo masculino, de acuerdo con el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación.

Para los hombres los estigmas también los impactan al momento de reconocerse bisexuales, pero de diversas maneras que a las mujeres. Mientras a ellas las sexualizan, a ellos se les intenta imponer estereotipos de masculinidad. Tal es el caso de Cristhian Román, un hombre bisexual de 35 años, quien cuenta en entrevista para La Cadera de Eva cómo ha lidiado con los mitos de la bisexualidad. 

“Creo que todes los que somos LGBTQ+ en algún punto de nuestras vidas nos sentimos diferentes al resto, aunque no supiéramos porque[...] En mi caso, desde siempre supe que mis ideas sobre cómo veía yo a los hombres o me podía expresar de ellos, era muy diferente al machismo homofóbico del que crecí rodeado”, comparte. 

Los mitos de la bisexualidad:

1. “Ser heterosexual es lo natural”

Cristhian tenía 20 años cuando tuvo su primer encuentro con otro hombre que era cercano a él; “aún después de eso pensé e incluso era como le contaba al resto de gente, que solo había sido una experiencia puntual con alguien especial y que no se iba a repetir”, cuenta en entrevista. 

“Cuando más adelante empecé a notar que seguía teniendo afinidad por otros hombres, empecé a admitir más la posibilidad de que también me gustaran, lo que me llevó a empezar a dejarme ir en situaciones de romance con otros hombres”, dice. 

El concepto “naturaleza” se ha usado para desacreditar o, incluso, para negarle derechos a personas y colectivos enteros. En una sociedad patriarcal, donde las relaciones entre hombres y mujeres son la base del mismo, “se asume que la heterosexualidad es la única orientación sexual posible, legítima, deseable y aceptable de cualquier persona, por lo que sólo esas personas pueden tener garantizados derechos tan básicos como casarse, registrar a sus parejas en la seguridad social, o tener una vida libre de violencia”, establece el CONAPRED. 

Las personas bisexuales reciben críticas por su orientación sexual constantemente. Se les dice que la bisexualidad no existe, sino que son gays y no quieren admitirlo, muy común para los hombres bisexuales, o que sólo están experimentando y quieren parecer “interesantes”. 

“Es común que mi perspectiva u opinión sean minimizadas al expresar que soy bisexual. A veces, cuando les digo que soy bi, me dicen ‘no, eres gay’”, dice Cristhian Román. 

Las personas bisexuales existen y no hay nada que distinga el número de relaciones sexuales y afectivas que tienen con quienes son heterosexuales u homosexuales, indica el Consejo. 

2. “Hay más mujeres bisexuales que hombres bi”

Desde la experiencia de Cristhian Román, sí es notorio que las mujeres suelen aceptarse como bisexuales que los hombres, pero considera que no se trata de que haya más mujeres bi, sino que son hombres que aún se encuentran en un proceso de aceptación, “tal vez sigan en esa fase que yo antes de mi primer encuentro con un hombre”, relata. 

Esta falta de aceptación tiene un motivo cultural que se basa en los mandatos de género; tradicionalmente los hombres han tenido una masculinidad muy marcada según su orientación sexual, e incluso según las prácticas sexuales; por ejemplo, frases o palabras como “Por el culo es de maricones”. Entonces, visibilizar que te puedan gustar otros hombres puede suponer un problema para esas masculinidades frágiles, mal entendidas y construidas. 

Por lo que, por presión cultural, es posible que haya hombres que ya no solo no lo digan, sino que incluso no se permitan a ellos mismos la posibilidad de ser bisexuales, de acuerdo con María Luisa Quintero Soto, investigadora de la Universidad Autónoma del Estado de México. 

“Puedo pensar en muchos casos de hombres que es cuestión de tiempo terminen con alguna experiencia con otro hombre. Algunos incluso deben ya de tener esa experiencia y simplemente no lo admiten”, expresa el entrevistado. 
 

3. La pansexualidad es diferente a la bisexualidad

La pansexualidad se define como la atracción hacia personas, independientemente de su género. Algunas personas entienden esta orientación como un agravio hacia la bisexualidad e incluso hacia la transexualidad. De hecho, hay quien considera que la pansexualidad es bifóbica y transfóbica. 

Se considera bifóbica porque está negando que la bisexualidad incluye la atracción hacia todas las personas, que el bi no implica sólo dos géneros, sino que implica mi género y otros. Y transfóbica porque las personas trans son hombres o mujeres, así que ya están en esas dos categorías.

“No es algo que no he experimentado de primera mano y más bien veo de lejos, pero creo que así es Son comunes los chistes de personas pansexuales sobre que ‘confían en cualquiera menos en los bisexuales’. Esto junto con el estigma de que luego ni nos creen la bisexualidad, sí hace que haya cierta discriminación hacia nosotros”, comaparte Cristhian Román.

Cualquier orientación sexual es válida, hay que respetarla y apoyar a la defensa de los derechos humanos de las mujeres lesbianas, los hombres gays, las mujeres y hombres bisexuales, las personas trans, queer y no binarias. Por ello, cada 23 de septiembre se celebra el Día Internacional de la Bisexualidad; desde 1993 esta fecha tiene su origen con el fin de reivindicar la visibilidad de la población bisexual, mujeres y hombres que son parte, buscan combatir los prejuicios y la imagen manipulada que se tiene de la bisexualidad tanto en la sociedad como dentro de la comunidad LGBT+ (Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans, Queer).