Infinidad de veces hemos escuchado “trabajo mejor con hombres, con las mujeres no puedo” o que “el peor enemigo de una mujer es otra mujer”. En redes sociales, se hizo viral una fotografía con invita a no relacionarse con mujeres que no tienen otras amigas, feministas criticaron esta frase. 

En México existe un refrán popular que dice “mujeres juntas, ni difuntas”, que como la imagen viral, quiere decir que las mujeres no podemos trabajar o colaborar en equipo por razones diferentes como: la envidia, celos, protagonismo, entre muchas otras; este tipo de expresiones reflejan una perspectiva machista sobre cómo se relacionan las mujeres entre sí.

El peor enemigo de una mujer es el patriarcado

A las mujeres se les imponen diversos mandatos de género, que tienen el objetivo de reafirmar la “feminidad”, estos mandatos son una serie de roles y determina cómo deben ser las relaciones entre mujeres y hombres, pero también entre pares. 

“Se nos enseña cómo ser y cómo comportarnos para cumplir con las expectativas del patriarcado, que son impuestas durante el proceso de socialización”, afirma la asociación Generando Igualdad. 

También existe un mandato de rivalidad entre las mujeres, se refiere al dicho sobre que las mujeres deben ser enemigas entre sí, y como consecuencia, las mujeres terminan aislandose de otras, para relacionarse sólo con varones, de acuerdo con Julia Didriksson, creadora de contenido feminista. 

Y es que, hay muchas razones por las que una mujer no tiene amigas, pero ¿por qué pensarías que es tu enemiga solo por eso? Los mismos mandatos de género, imponen que las mujeres deben tener una actitud suave, tranquila y dulce. Por lo que, expresar enojo, ira o disgusto es algo asociado a la masculinidad, indica la pensadora feminista Marcela Lagarde. 

Esto provoca que la expresión de la ira o enojo por parte de las mujeres, sea de forma pasivo-agresiva, es decir, a través de un “patrón que consiste en expresar sentimientos negativos de forma indirecta en lugar de abordarlos abiertamente”, según la Mayo Foundation for Medical Education and Research (MFMER). Entonces, esa agresividad, enojo o ira se expresa en la creación de conflictos entre las mismas mujeres. 

No tener amigas siendo mujer, ¿red flag?

Si bien es verdad que, no todas las mujeres son buenas amigas, sí es una actitud machista y misógina el decir “nunca se hagan amiga de la mujer que no tiene amigas”, señala la creadora de contenido feminista. Los conflictos que se generan entre mujeres, suelen venir de actitudes patriarcales, tales como “inventar chismes o rumores, hablar mal a espaldas de otra mujer, poniendo a otras en su contra, haciendo la ley del hielo, entre otras; lo que alimenta el aislamiento entre las mujeres, haciéndoles creer que la única forma de relacionarse es criticando a la otra”, dice Julia Didriksson. 

“Yo también fui la ‘niña’ que decía no tener amigas, y no porque les iba a demostrar después por qué no tengo, sino que como todas también me creía el cuento de que 'entre mujeres solo somos enemigas', no hacía nada contra nadie, pero marcaba mi distancia y aunque me sentía sola, mi temor me hacía quedarme ahí”, compartió la página feminista La Costilla de Eva. 

Por otro lado, las usuarias cuestionaron el por qué no sucede lo mismo con los varones: 

“¿También piensan eso del wey que no tiene amigas, del que ya han escuchado malos comentarios, del que se burla de las mujeres, también piensan eso de su amigo que se les lanzó porque no sabe tener amigas? ¿También comentan que de el no deben ser amigas? No, para ellos, el beneficio de la duda”, comentan. 

Al respecto, Didriksson explica que dentro de los mandatos de género sobre “masculinidad”, a los hombre se les permite expresar la ira y el enojo de forma libre, “está permitido que los hombres se agarren a golpes para afrontar sus conflictos. Nosotras no hacemos eso, porque mientras ellos ganan masculinidad, nosotras perdemos feminidad”, explica. “Por eso, utilizar canales indirectos para expresar la agresión nos permite a las mujeres conservar nuestro papel femenino”, agrega. 

Entonces, la creadora de contenido feminista, sugiere que para cambiar las dinámicas en las relaciones entre mujeres y evitar conflictos, es importante reflexionar el motivo o el origen del mismo; explorar que la expresión del enojo o la ira es válido pero que existen diversas formas de hacerlo sin agredir a otras mujeres.