Pasteles recién horneados, huertos perfectamente cuidados, casas arregladas a la perfección. Las redes sociales siempre han estado llenas de imágenes que evocan un ideal del cuidado de la casa y la familia, de ahí el éxito que tuvieran hace algunos años los tableros de Pinterest, una especie de pizarrón de deseos. Pero hay quien lo ha llevado a más. Es la tendencia Tradwife (esposa tradicional), que se viraliza particularmente en TikTok e Instagram, también con los hashtags #esposasumisa y #mujersumisa.

Recientemente, cada vez se encuentran más perfiles con estas imágenes acompañadas de mandiles, tacones de tres centímetros, maquillaje y peinado impecable; además de declaraciones sobre ser sumisa o “regresar al estado natural” en el que las mujeres se dedican completamente a “servir” a sus esposos, permitiéndoles a ellos total control sobre las agendas y el dinero.

A diferencia de mujeres que deciden de forma personal dedicarse a las tareas de cuidados de hogar e hijos, el término Tradwife se refiere a mujeres -usualmente jóvenes- que deciden adoptan un rol ultra-tradicional en el matrimonio; particularmente impulsando la creencia que la mujer debe dedicarse únicamente al hogar y estar “bajo la protección” de su esposo, replicando roles de género convencionales, relacionados con el modelo familiar de los años 50s y 60s e incluso, la estética.

En muchos casos, estas mujeres eligen someterse económicamente a sus maridos, quienes tienen control absoluto de las finanzas familiares, y únicamente permitiéndoles a ellas una “mesada” para los gastos de despensa.

Una de las más visibles seguidoras de este “estilo de vida” es la británica Alena Pettitt y sus redes The Darling Academy (@thedarlingacademy), quien en múltiples entrevistas ha hablado sobre sentirse “enajenada” siendo una mujer profesionista e independiente y anhelar los modelos de mujer que veía en las series de televisión de los 50s.

Amas de casa o “esposa tradicional” ¿Movimiento anti-feminista?

En muchísimos casos, la decisión de dedicarse al hogar no está enlazada a una agenda política sino a una situación personal o de pareja, así como a un privilegio financiero. Ser “ama de casa”, “soccer mom” o cualquier término que uno elija para identificar su situación, es una decisión que debe ser respetada y apoyada desde la comunidad y políticas públicas. Por eso, varias personas en redes sociales han llamado la atención sobre la diferencia entre ser ama de casa y “tradwife”.

El fenómeno de las “esposas tradicionales” busca fortalecer los roles de género tradicionales, impulsando la idea que las mujeres son sumisas por naturaleza y que únicamente “regresando” a ese estado, en el que "sirven" a sus esposos en todo momento, poniendo siempre sus necesidades antes de las propias, es que serán felices y plenas.

Ser una tradwife requiere ser perfecta cocinera, siempre con vestidos que halaguen la figura, pero recatados; maquillaje y pelo impecable, lo que sea necesario para “hacer feliz a tu marido”. Muchas de ellas refieren como guía un libro escrito en 1963 “La mujer fascinante”, de Helen Andelin, el cual tiene “trucos” para ser la “mujer ideal”, así como la autora Laura Schelessinger, quien en 2005 publicó “Cómo cuidar y tener contento al esposo”, donde argumenta que el secreto para la felicidad de las mujeres es someterse a sus maridos. La propia Alena Pettitt ha publicado varios libros sobre este “estilo de vida”, en los que “utiliza los principios bíblicos” para explorar la feminidad natural, de acuerdo con la misma autora.

Las tradwives abiertamente declaran sentirse “hartas” del feminismo, usando frases motivacionales como “el lugar de una mujer es su casa” o “sirve a tu marido como si fuera 1959”.

Por otro lado, académicos y expertos en tendencias y feminismo, como Jo Piazza, explican que, si bien esta tendencia lleva muchos años desarrollándose, las crisis mundiales de los últimos años han impulsado una nostalgia por lo que se puede creer que fueron “tiempos más simples”, y mucha gente se siente reconfortada al replicar estos modelos y estéticas.

Las redes sociales dan un escaparate para que muchas niñas y jóvenes vean en estas imágenes ideas obsoletas y incluso peligrosas sobre el papel de las mujeres en la sociedad, en la familia y el equilibrio de poder y cuidados en una pareja.

En ese sentido, la especialista en extremismo, Kristy Campion, ha estudiado el fenómeno de las tradwives y, en entrevista con ABC Australia, explicó que hay un subgrupo en las tradwives cercano a ideas extremas, como la “necesidad” de que las parejas heterosexuales blancas tengan más hijos para evitar la “sustitución étnica” (una idea racista extendida particularmente en Estados Unidos, Reino Unido y algunos países de Europa occidental que cree que la migración y las parejas multiétnicas lograrán una mayoría en la sociedad que convertirá a las personas blancas en minorías discriminadas). El riesgo de la estética llamativa y retro de las tradwives es que le dan una fachada “suave” a este tipo de ideas más radicales y violentas.

GRM