En 2021, las redes sociales y los medios de comunicación se inundaron con la premisa #FreeBritney, con esta presión mediática y las pruebas presentadas en la corte, la jueza Brenda Penny puso fin a la tutela de la cantante tras más de 13 años en los que su vida personal y profesional estuvo bajo el control de su padre.

Desde noviembre del año 2021, el Tribunal Supremo de California, en Los Ángeles, le devolvió a Britney el dominio sobre su día a día, su trayectoria y su dinero. Desde ese momento, Britney comenzó a vivir de nuevo su propia vida y, de acuerdo con información de El País, celebró el fin de su tutela bebiendo su primera copa de champán en 13 años, seis meses más tarde se casó con su pareja, el iraní Sam Asghari y, recientemente, ha vuelto a la música de la mano de Elton John con un tema titulado Hold Me Closer.

Poco a poco, Britney ha comenzado a reapropiarse de su vida y, para ella, una parte importante para poder sanar es hablar públicamente de lo que vivió durante esos 13 años bajo la tutela de su papá, por lo que hace unos días, Britney publicó en su canal oficial de YouTube un audio de 22 minutos donde habló de todo lo que vivió durante esos años, lamentablemente, el audio ya fue eliminado, así como su cuenta de Instagram, no se sabe por qué.

Las declaraciones

El relato de Britney empieza con una disculpa y afirma que todavía le cuesta hablar de lo sucedido y, mientras cuenta su historia, ella misma reconoce no ser capaz de comprender cómo le pudo suceder todo lo que le sucedió ni cómo sus familiares lo permitieron.

Realmente, no he compartido esto abiertamente porque siempre he tenido miedo del juicio. Y también he sentido mucha vergüenza, comienza el relato de Britney.

Britney fue internada en una institución mental cuando tenía 25 años: “Recuerdo que mi madre estaba sentada en el sofá y me dijo: ‘Hoy vendrán unas personas aquí a hablar contigo’. Nunca entendí lo que quería decir”. Britney confiesa que, cuatro horas más tarde, con paparazis fuera de su casa tomando fotos, fue metida en una camilla y trasladada en una ambulancia a un hospital: “Ahora sé que todo fue premeditado”, explica, “no había drogas en mi sistema, alcohol, nada. Fue todo puro abuso”. Tras salir del hospital, su padre, Jamie Spears, se hizo cargo de sus finanzas y su vida mediante una tutela con la que controlaba todos los aspectos de su existencia, así comenzó su pesadilla.

En el momento en que su padre comenzó a hacerse cargo de su vida, la explotación laboral comenzó: “Todo lo que recuerdo es que tenía que hacer lo que me decían. Me decían que estaba gorda todos los días, que tenía que ir al gimnasio. Nunca me sentí tan desmoralizada. Me hicieron sentir que no era nada. Y lo acepté porque tenía miedo”.

Aterrada y sin tener el control de su vida, Britney aceptó hacer cuatro giras y lanzar cuatro discos. Más tarde, tuvo su propia residencia en Las Vegas durante cuatro años y medio: “Tenía 30 años y vivía bajo las reglas de mi padre”, confiesa Britney, “en Las Vegas, los bailarines jugaban, bebían y se divertían. Yo no podía hacer nada”.

Era como un robot. Ya todo me daba igual. No podía ir a los sitios a los que quería ir, no tenía dinero y todo era desmoralizante. Como tener a un grupo conspirando a mi alrededor, diciendo que era una superestrella, pero tratándome como si no fuera nadie, Britney confiesa que en aquellos momentos se sentía completamente deshumanizada.

En medio de esta deshumanización, Britney confiesa que tuvo un momento de catarsis cuando grabó su último álbum de estudio, Glory, en 2016, afirma que durante el proceso de grabación y producción consiguió ganar algo de confianza en sí misma y analizar lo que estaba sucediendo alrededor: “Creo que con la confianza llega la claridad, lo que te hace pensar mejor y eso es lo último que querían que yo hiciera. Porque entonces, ¿quién tendría el control?”. En esos momentos, Britney decidió fingir que todo seguía igual mientras buscaba una salida: “Tenía que interpretar el papel de que todo estaba bien porque si no, sabía que podían hacerme daño. Así que me sentaba ahí mientras mis amigos bebían alcohol y se divertían, y yo ni siquiera tenía mi propio dinero. Me sentía una monja”.

El inicio del fin

A pesar de intentar ocultar la nueva confianza que estaba adquiriendo, esto no resultó por mucho tiempo debido a que mientras se estaba preparando para un nuevo espectáculo, Britney se negó a hacer un movimiento dentro de la coreografía y ante la negación fue internada nuevamente en una institución mental: “Al día siguiente, me dijeron que me tenían que enviar a un centro. Y se suponía que debía decir en Instagram que la razón era que mi padre estaba enfermo y yo necesitaba tratamiento”. Su padre la llamó por teléfono y ella le preguntó, llorando, que por qué le estaba haciendo eso. Él le respondió con una amenaza: “No tienes por qué ir, pero si no vas, iremos a los juzgados, habrá un gran juicio y lo perderás. Tengo mucha más gente de mi parte que la que tienes tú. Así que ni se te ocurra no ir”.

Actuaba para miles de personas por la noche en Las Vegas, la emoción de ser una artista, las risas, el respeto… Era una máquina. Yo era una maldita máquina, ni siquiera humana. Fue una locura. –Britney Spears.

Este fue el inicio para buscar salir de esa tortura familiar ya que, durante el audio Britney afirma que distintas voces comenzaron a visibilizar el infierno que estaba viviendo: Diversos documentales, papeleo legal filtrado a la prensa, declaraciones de amigos y bailarines y su extraña cuenta de Instagram, en la que la artista parece querer pedir ayuda de forma indirecta, hacen el resto. Tras meses de lucha en los tribunales y años del activismo de sus seguidores, Britney consiguió la libertad, afirma El País.

Para ella, ha sido muy difícil alejarse de su propia familia y comenzar a conocer el mundo a través de sus propios ojos. Si bien el audio ya fue eliminado de YouTube, Britney afirma que lo hizo porque quiere hablar sobre lo que pasó y que el mundo sepa que es un ser humano que no está buscando lucrar con su historia, por lo que nunca ha aceptado hablar de ello frente a las cámaras.

¿Cómo coño pudieron hacer algo así y salirse con la suya? ¿Dónde estaba Dios? ¿Existe Dios? –Britney Spears.

APVB