Un director y maestro de una escuela primaria se volvió viral tras publicar en su cuenta de TikTok fotografías de su cuerpo, el cual denota que ha seguido cierto entrenamiento físico, los comentarios fueron favorecedores para él, ¿qué pasa cuando una profesora sube fotografías de su cuerpo?

El maestro Conrado Salazar como se identifica en redes sociales publicó fotografías de su cuerpo en su TikTok. El hombre se autodenomina director, ya que según su explicación al terminar la licenciatura, a los profesores los envían a zonas rurales donde tienen que realizar todas las labores, desde ser el director, el profesor y la persona encargada de la limpieza.

Los comentarios en redes fueron favorecedores para él, le decían: “Dios de mi vida donde es (sic) esa escuela”, “Pago el triple de inscripción no hay problema”, “Yo le diría a mi hijo portarte mal para que me hable el director”, entre otros comentarios. Sin embargo, esta reacción se comparó con las que se ha tenido sobre profesoras que también han subido fotografías parecidas.

El CASO DE LAS MAESTRAS

En el Estado de México madres de los menores pidieron que se despidiera a una profesora de kínder por subir fotos inadecuadas a sus redes sociales. Aunque medios aseguran que esta situación se suscitó después de que una madre viera a su esposo revisando las redes de la maestra. En este sentido salta la pregunta ¿por qué a las maestras se le juzga y a los profesores se les congratula?

Una situación similar pasó en Estados Unidos donde los padres y madres de un colegio solicitaron el despido de una maestra, ya que consideran que tiene un "cuerpo inapropiado" que supuestamente distrae a los estudiantes.

Los padres de familia opinaron que el físico de la profesora tiene relación con su desempeño; sin embargo, feministas han señalado que esto no tiene fundamento pues la idea de que “se necesita cierto tipo de cuerpo” para ser maestra, es parte de los estereotipos de género y la sexualización de los cuerpos de las mujeres.

¿REGLAS DEL SIGO PASADO SE SIGUEN IMPONIENDO?

Lo que observamos en lo digital es un reflejo de lo que pasa en el campo físico donde las mujeres y sobre todo maestras son romantizadas por ser maestras de kínder. Esta exigencia se remonta a los requisitos para ser maestras en 1923, donde se les pedía utilizar vestidos largos y ser solteras.

Hace 99 años los requisitos para ser maestra eran diferentes a los de ahora, más allá de tener experiencia o vocación, se tenían que cumplir con ciertos lineamientos, algunos de ellos, eran barrer o no usar ropa brillante.

Un documento histórico de la provincia de Castilla-La Mancha señala que el contrato que firmaban las maestras las obligaba a aceptar al menos 14 condiciones para poder ocupar el cargo al frente de un salón de clases.

El convenio establecía que las mujeres estarían durante ocho meses en el puesto y de no cumplir quedaría sin efecto lo firmado. Entre los requisitos estaba no casarse, no estar con hombres, estar en casa antes de las 8 de la noche, no pasar por las heladerías de la ciudad.

¿Será que los criterios de hace años se quieran aplicar ahora a las maestras?