AmorrAs Taxis es una colectiva feminista que se han organizado para brindar transporte seguro a las mujeres,  en respuesta a la violencia de género por parte de varones que trabajan en transporte público y privado, de acuerdo con testimonios

Recientemente, una usuaria de Twitter denunció a un conductor de taxis que, en el tablero del automóvil tenía el mensaje de "te duermes y te cojo"; la mujer le pidió que la bajara y él se negó. 

AmorrAs Taxis se ha posicionado como una de las redes de mujeres transportistas que, principalmente, en el Valle de México brindan servicio de transporte privado exclusivamente a mujeres, pues no hay ningún hombre conductor, ni tampoco se aceptan a pasajeros varones. 

“Nuestro servicio es exclusivo de y para mujeres sin excepción alguna. La restricción aplica también para tu amigo, para tu novio, para tu papá, si es gay, no importa quién sea, no admitimos hombres”, comparten AmorrAs Taxis en sus redes sociales. 

Tal ha sido el éxito de esta red de mujeres que abrieron una convocatoria para que más mujeres se sumen a su equipo alrededor de toda la república. Para ser parte del equipo hay que contactar directamente a la colectiva para contestar la información pertinente. 

La movilidad también es patriarcal

Las personas del Valle de México pasan en promedio hasta dos horas en el transporte público en trayectos que van de un municipio a otro dentro del Estado de México, o de la periferia de la entidad mexiquense hacia la CDMX. 

Las mujeres representan 51% de quienes realizan viajes en transporte público entre semana y fin de semana en el Valle de México y en la CDMX, de acuerdo con datos de la Encuesta Origen- Destino del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi)

La planeación de las ciudades, que responde a una lógica patriarcal, privilegia las necesidades de los hombres y generalmente deja fuera las necesidades y experiencia de vida de las mujeres, según la organización Greenpeace

Por ejemplo, de acuerdo con el texto Urbanismo desde la perspectiva de género. Buenas prácticas con perspectiva de derechos humanos, los sistemas de movilidad eligen rutas y horarios con base en quienes realizan trabajo remunerado, que son 60% por ciento hombres. "Esto deja fuera a las más de 27 millones de mujeres que no reciben un pago por su trabajo, pero que se encargan de tareas domésticas y reproductivas y cuyos desplazamientos son más complejos” y tienen más diversidad de horarios, afirma la organización.

"Esta exclusión de los espacios públicos, que es una violación al derecho humano de las mujeres a la movilidad, da como resultado que se restrinjan otros derechos para ellas, como es la educación, la salud, la vivienda y a la vida libre de violencia", señalan.