Saber nuestros antecedentes culturales y de dónde venimos nos ayudará a desarrollar un fuerte sentido de quiénes somos en realidad. La forma en que nos relacionamos con las historias familiares y creamos relatos acerca de nosotras mismas nos ayuda a establecer nuestra identidad esencial de forma individual, pero también colectiva. 

Esto se puede recabar por medio de un árbol genealógico que es una representación gráfica donde se ponen las relaciones familiares entre los miembros de la dinastía. Pero el feminismo, plantea que para las mujeres es importante reconocer a nuestras ancestras

Genealogía feminista, reconocer la historia de las mujeres

Para recabar la información familiar existe una ciencia llamada genealogía que se encarga del estudio y seguimiento de la ascendencia y descendencia de una persona o familia. El objetivo principal es identificar a estas personas y recoger datos sobre ellos, como mínimo el nombre completo, la fecha y lugar de nacimiento, matrimonio y muerte.

Sin embargo, el feminismo de la diferencia, propone una metáfora genealógica que “evoca y motiva la posibilidad de que cada mujer reconozca los vinculos familiares femeninos, reconociendo a las mujeres que vinieron al mundo antes que ella y a las que han llegado después”, es decir el estudio de la “genealogía femenina” y del movimiento feminista

El concepto de genealogía implica reconocer todos los vinculos femeninos, como abuelas, madres, hermanas, hijas e incluso amigas; es decir, reconocer que las mujeres aprendemos de otras, construyendo la historia de cada una de nuestras vidas con sus conocimientos que han resistido el paso del tiempo hasta llegar a nuestros días y los más sutiles de la vida cotidiana de millones de mujeres en su quehacer diario que han conservado y preservado conocimientos y prácticas fuera de la norma patriarcal

Entonces, desde el feminismo de la diferencia, “se busca en el pasado formas de experiencia y de vida femenina que les permitieran dotar de sentido propio los ámbitos del saber que ellas desarrollan y su propio ser mujeres, según el Centro Dolors Piera.

La mirada masculina de la genealogía 

Cada vez que se consulta sobre las mujeres en la historia, se nos presenta como si surgieran de la nada, como si hubiésemos vivido sin un pasado histórico común o sin el contexto de un presente compartido que dé sentido y continuidad a la contrucción del movimiento feminista con la experiencia de cada mujer. 

“Es importante hablar del concepto de genealogía porque la historia de las mujeres para vivir y expresar su libertad ha sido enterrada una y otra vez en el silencio y la invisibilidad a lo largo de los siglos”, comparten académicas feministas.  

Desde esta postura, se señala que la genealogía, al ser construída con base a la cultura patriarcal, sólo transmite la memoria de aquellas mujeres que se han distinguido por virtudes consideradas excepcionales en su género

El registro de la vida de “las mujeres ilustres”, se caracteriza por presentar las biografías femeninas escritas con la intención de valorar determinados modelos de género femenino, los cuales resultaban funcionales a la orden patriarcal, por ejemplo el ser la madre, esposa o profesional perfecta, al asignarles la marca de la excepcionalidad. Así, estas mujeres eran presentadas desde la visión de los hombres, pero a su vez no eran reconocidas como parte de la historia, de acuerdo con académicas feministas.