Tras un año de pandemia, para el primer trimestre de 2021, se había reducido en más de dos millones el número de mujeres con un trabajo remunerado y para los hombres la reducción fue 50% menos (un millón), esto se debe a que las tareas de cuidado se recrudecieron durante la pandemia y, de acuerdo con Rocío Espinosa, investigadora en el Centro de Estudios Espinosa Yglesias la reducción de las mujeres en el mercado laboral tiene que ver con los roles de género donde se piensa que las mujeres son cuidadoras casi por naturaleza.

De esta forma, Rocío Espinosa indica que las mujeres no tienen espacios donde pueden dejar el cuidado de sus hijas o hijos, lo cual interrumpe su vida laboral o no pueden insertarse el mercado laboral, por ello es importante crear espacios de cuidado tanto para niñas, niños y personas mayores en donde las mujeres puedan dejarles para poder generar ingresos económicos.

El Centro de Estudios Espinosa Yglesias realizó el estudio Puertas Cerradas donde se buscaba investigar las desigualdades de las mujeres dentro del mercado laboral. El estudio demostró que con la pandemia cayó drásticamente el porcentaje de mujeres con trayectoria laboral ascendente a alrededor de 10 %.

{"quote":"Sin lugar a duda, es necesario contar con espacios de cuidado con gente capacitada que pueda prestar este servicio para que las mujeres que así lo deseen, puedan salir a generar ingresos, comenta Rocío Espinosa."}

Por otra parte, Espinosa menciona también que es sumamente importante hablar de la flexibilidad del mercado laboral: “creo que algo que nos ha dejado la pandemia como enseñanza es que no siempre es necesario estar en las oficinas”, pero de manera casi discriminatoria, los empleadores prefieren evitar contratar mujeres debido a las tareas de cuidado que la sociedad les asigna.

{"quote":"Primero está el rol que se asume casi de que por naturaleza de que las mujeres somos cuidadoras y aparte de eso, ese trabajo no está remunerado. Simplemente por cuántos años asumimos que muchas de las madres no trabajaban, pero siempre tuviste ropa limpia, siempre hubo comida y eso es trabajo no remunerado. –Rocío Espinosa."}

Las mujeres y la pandemia

Las mujeres que permanecieron con una ocupación remunerada tras la pandemia sufrieron un deterioro en el acceso a los servicios de salud casi del doble del que tuvieron los hombres, aunque la capacitación laboral siguió favoreciéndolas. Sin embargo, con la pandemia cayó drásticamente el porcentaje de mujeres con trayectoria laboral ascendente a alrededor de 10 %, así como su remuneración promedio (casi 2 %), según el estudio realizado por Espinosa Yglesias.

Por otra parte, antes de la pandemia, cerca de 22.2 millones de mujeres estaban dispuestas a realizar actividades productivas más allá de las del mantenimiento del hogar. Esta cifra puede parecer enorme, pero se compara desfavorablemente con los 35.1 millones de hombres en la misma situación.

Puesto de otra forma: menos de la mitad de las mujeres y más de tres cuartas partes de los hombres participan en el mercado de trabajo.

Así mismo, cerca de 7 de cada 10 mujeres que entran al mercado de trabajo mantienen un empleo remunerado durante todo un año, mientras que esta cifra es de 9 de cada 10 para los hombres. Esto significa que, del total de mujeres mayores de 15 años, solo 16 millones alcanzan un empleo remunerado continuo: de un número similar de hombres, casi el doble lo logra. Esta es la gran barrera de género para iniciar una movilidad laboral ascendente.

De acuerdo con el Centro de Estudios Espinosa Yglesias, ante esta situación, se requiere el fortalecimiento de las políticas públicas que permitan la inserción de las mujeres en actividades remuneradas, dentro de las cuales, la creación de un sistema de cuidados que les libere el tiempo es fundamental.

También se requiere equidad de trato e igualdad de oportunidades por parte del sector privado en sus prácticas laborales, en áreas como la fijación de salarios, el acceso a seguridad social, la flexibilidad laboral y los permisos.

Así mismo, es importante eliminar la creencia de que las mujeres deben cumplir el rol de cuidadoras tanto de infancias como de adultos mayores ya que, de acuerdo con Rocío Espinosa, debido a estas creencias y acuerdos familiares, las mujeres no tienen la libertad de decidir si quieren entrar al mercado laboral o no.